Guillermo Robles Ramírez

Por unos pocos

Por Guillermo Robles Ramírez

Ayer 19 de febrero se conmemoró un día más dedicado al Ejército Mexicano. Si bien es cierto que oficialmente es una fecha en la que se debe rendir póstumo homenaje al Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, el coahuilense don Venustiano Carranza, la tradición y los años han hecho costumbre que se le califique como el Día del Ejército o al menos que se le conozca más de esa manera, aunque para el caso es lo mismo porque se busca más que nada reconocer la labor que realizan nuestros soldados que no se concreta solo a salvaguardar y proteger la soberanía de nuestro México, sino hay otras muchas actividades que por falta de comunicación no se difunden y las conocemos a lo más quienes estamos metidos en los medios de comunicación.

Los tiempos han cambiado y mucho en todos los ámbitos, sectores y niveles. Allá en los tiempos mozos, cuando mi papá vivía, la palabra Ejército no solo era respeto, sino también tabú, leyenda, reconocimiento y consideraciones.

Entre los jóvenes de los años 50”s y 60”s ni soñar el faltar el respeto a un militar en la calle, en un bailongo u otro lugar público. La verdad, se les veía con miedo, aunque hay quienes prefieren decir, respeto.

Los medios de comunicación de aquel entonces que, por cierto, predominaban demasiado los escritos, es decir, periódicos, qué soñar de dar un “periodicazo” al Ejército o alguno de sus elementos. Era tabú criticar a un militar con grado superior, pero también hay que reconocerlo, eran pocos los motivos que daba la Institución o al menos sus hombres, para que se les hiciera una severa crítica o se les mencionara en un periódico.

Ahora todo es muy diferente, en especial porque unos cuantos miembros del Ejército, han desviado el camino de la rectitud, honestidad y seriedad que fue parte muy importante de su formación. Ahora lo mismo se les ve involucrados en cosas de narcotráfico que, en riñas, homicidios y otros ilícitos que a los superiores de antes les hubiera avergonzado.

El Día del Ejército, obliga una reflexión para retornar y aspirar a esos tiempos pasados y viejos, no precisamente porque hayan sido mejores, sino porque el Ejército inspiraba respeto y admiración y, además, porque el Ejército se lo merece, pues no es justo ni correcto que por unos cuantos, su imagen cambie y se deteriore.

Los miembros del Ejército, lo mismo, combaten incendios forestales que salvaguardan nuestros territorios terrestres, aéreos y marítimos, que apoyan y ayudan a los damnificados de terremotos, inundaciones y otras tragedias causadas por la naturaleza, al igual que participan en campañas de reforestación, vacunación, etc.

En años recientes y más en la actualidad se ha necesitado la participación del Ejército Mexicano para poder hacerle frente a un problema social que se dejó crecer por parte de la omisión y pereza de quien es la máxima mando superior del Ejército y Fuerza Aérea mexicana, que es el Presidente México. Se trata del narcotráfico y sus diferentes ramificaciones del crimen organizado como la prostitución, trata de blanca, tráfico de órganos, secuestros, etc.

Pero lo anterior no significa que el Ejército Mexicano esté fallando, ellos siempre han estado ahí, sino el problema radica en que su máximo mando superior, es decir, el Presidente de México, nunca tuvo una estrategia en el tema de seguridad, el cual se ocultó sobre el lema “abrazos no balazos”, un mensaje muy claro no solo a los mexicanos sino también al crimen organizado, en donde retiro las acciones del Ejército Mexicano para que se pierda la soberanía del país.

No hay que confundir el fracaso de una política de seguridad, si es que alguna vez lo hubo, y la carencia de pantalones o carácter del máximo mando superior del Ejército y Fuerzas Armadas mexicanas para poner orden ante la violencia e inseguridad de nuestro país para que diera una simple orden: salvaguardar la integridad de los ciudadanos. No es justo y es una lástima, se cambie la imagen de nuestro Ejército Mexicano. Los jefes, los superiores de ahora, tienen la palabra y tienen muchas razones de hacerlo, porque el Ejército es de las pocas Instituciones serias y responsables que nos quedan y en las que los mexicanos queremos y debemos confiar.  (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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