Guillermo Robles

¿Por qué no usan la “macana”?

Por Guillermo Robles Ramírez

Hay programas y buenas intenciones que jamás tendrán efectos positivos con simples invitaciones, exhortos, peticiones nobles, etc., de eso estoy totalmente convencido y como caso concreto siempre reconoceré el hecho de que en muchos países fuera de México, hay cultura en el cumplimiento de sus leyes y reglamentos de programas de bienestar, buen orden de la comunidad, etc.

Esos países, algunos de América Latina, otros del continente asiático, de la Unión Europea, etc., pudiéndose mencionar entre otros el caso de los Estados Unidos y Canadá, donde están muy avanzados, por mencionar, en el respeto de sus leyes en el tráfico vehicular; en China por largos años hubo fuertes castigos económicos para aquellos que tuvieran más de un hijo y peor si era mujer; en Italia la evasión fiscal llegó a clasificarse hace alrededor de 40 a 50 años, peor que México y, eso es un decir. En Italia italianos lograron someter a gran cantidad de evasores fiscales y, así puede enumerarse otros muchísimos casos.

En todos los ejemplos anteriores, la fórmula fue la “macana”, como el burro para que camine. Para quienes no tengan conocimiento cuál es la macana a la que me refiero, es sinónimo de multa, sanción económica, se trata de pegarle al bolsillo que es donde más le duele a la gente, etc.

Las multas por violación al reglamento de tránsito en Canadá y Estados Unidos, son fuertes sanciones económicas impuestas, incluyendo cárcel cuando no se obedecen los citatorios, para que se presenten ante un juez.  Ya algunos mexicanos y en particular coahuilenses o al menos residentes en el Estado, por no echarle monedas a un simple parquímetro y burlarse de las multas, han estado tras las rejas. Saben cuándo lo volvieron a hacer, jamás.

La macana que se aplica en esos países es aplicada realmente por las autoridades estadounidenses y no simplemente se quedan apuntados en las leyes y reglamentos como en el caso de México, que es letra muerta la mayoría de los procedimientos legales. Tan así que estamos conscientes que pronto brincamos el charco, es decir, pisamos Estados Unidos, el mexicano enciende el “chip” del buen ciudadano y respetuoso de la ley.

La verdad es que es cierto, pues pasando el puente, hasta el chicle de la boca va a la parte inferior del tablero en donde lo pegamos, porque del lado americano no tiramos a la vía pública el más mínimo trozo de papel, menos un chicle ya masticado y peor, una colilla de cigarro.

En China por años se premiaba con dinero a los matrimonios que solo tenían un hijo y le retiraban beneficios asistenciales a quien tuviera más de uno.

En Italia, la evasión fiscal se combatió con trabajo. Por sectores de cada ciudad, en las afueras de los negocios estuvieron por días, semanas y meses, inspectores o agentes fiscales que cuando salía el cliente de la negociación, le preguntaban si le habían entregado factura o nota hacendaría. En caso negativo, inmediatamente se procedía a la multa.

En México, dejamos todo a la Divina Providencia y a la buena voluntad y fe de los ciudadanos, lo que jamás ha funcionado, ¿por qué? No se usa, indebidamente, la macana.

En Alemania, diputados de su parlamento aprobaron una ley en la que se sanciona económicamente a todos aquellos adultos con sobrepeso, para que paguen un impuesto especial.

El razonamiento de uno de los legisladores alemanes, fue sustentado porque consideraron que quienes tienen voluntariamente una vida insana deben de asumir la responsabilidad financiera de la misma, ya que la obesidad representaba un gasto público en las instituciones de salud pública. Cuesta más al gobierno su atención asistencial en la salud.

¿Y México?; bien, gracias. Nos sentimos orgullosos de estar dentro de los primeros lugares en gordura que representa más gasto en medicamentos por las enfermedades que implica, pero estamos a gusto y satisfechos. ¿No? (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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