Hace unos días dimos cuenta de quién es la poderosa en el manejo de los dineros del Poder Judicial del Estado, por encima del presidente José Alberto Vázquez Quintero. Resulta que a Mirone llegó el dato de que el poder de doña Patricia Bencomo Ferralez, llega al grado que maneja una caja chica que se aproxima a los 600 mil pesos. Imaginen ustedes estimados lectores el control de los recursos que tiene.

Ya quedó claro que el control del Poder Judicial del Estado actualmente lo ejercen el matrimonio Anchondo-Bencomo, es decir el magistrado Marco Emiliano Anchondo Paredes, en la materia jurisdiccional y operativa, y su esposa Carmen Patricia en la materia financiera mientras Vázquez Quintero sólo cobra como presidente.

Desde las mismas entrañas del Palacio de Justicia nos reportan que cada vez que Anchondo Paredes permanece por más de media hora con Vázquez Quintero, se presenta un nuevo cambio; el más reciente fue en el Centro de Formación Judicial, mejor conocido como Ceforaj, en donde le dieron las gracias a Héber Sandoval e impusieron a una juez de Adolescentes Infractores de nombre Perla Guadalupe Ruiz González.

Eso no es todo, la fobia por todo lo que huela a la pasada presidencia llegó al extremo que le exigieron al magistrado Armando Ruiz Gámez que cambiara todos los materiales de la clase que se impartía en la Maestría en Derecho Familiar, porque estaban basados en el proyecto de nuevo Código de Procedimientos Familiares que se elaboró en la anterior administración. El malestar de Ruiz fue tal que al informarlo a sus alumnos, dejó en claro que fue una decisión tajante de Vázquez Quintero, y explicó que eso provocaría un retraso en el programa.

Los actuales mandones del Poder Judicial tienen más: han vuelto a realizar los foros de consulta para las reformas en materia civil y familiar, llevándose al baile -con esta acción- incluso a los otros dos poderes, pues Vázquez Quintero, cilindreado por Anchondo Paredes, desapareció los cinco foros que se realizaron en los meses de junio, julio y agosto del año pasado y convenció al Poder Ejecutivo y al Legislativo de volver a firmar una nueva convocatoria.

Esta “nueva” consulta, pero ahora con el sello de Vázquez Quintero, es idéntica a la que se realizó en el 2013, dirigido a los mismos sectores, dividida en los mismos temas, incluso hasta en los mismos lugares, y embarcaron a gobierno estatal y al Congreso, para hacer la versión de una oralidad más controlada porque la propuesta anterior “exponía” demasiado a los jueces y magistrados.

Así andan las cosas en el hache Supremo. ¡Hasta la vista!…