“Patitas” por delante

Por Guillermo Robles Ramírez

Como siempre y desde hace muchos, pero demasiados años, las injusticias durante el inicio de clases de las escuelas de educación básica en Coahuila, siguen siendo el tema del día y no solamente de nuestra Entidad, sino algo general en el país.

Muy a pesar de que autoridades federales hacen la declaración pública de que no existe queja alguna sobre el cobro de cuotas escolares, para este nuevo inicio escolar 2024-2025, la realidad es otra o al menos eso es lo que se escucha por parte de muchos padres de familias en diferentes reuniones, en donde no se deja de escuchar la queja y aunque exista los mecanismos de denuncia. Simplemente, las mamás y los papás, prefieren no hacerlo por el temor de que sus hijos sufran las represalias, o bien, que por algún motivo injustificado se les niegue el cupo para el reingreso de las alumnas o alumnos.

El incumplimiento, rechazo o negación de los padres de familia para cubrir las cuotas de las sociedades de padres de familia, el no acudir los alumnos con el uniforme normal y de deporte exigido por los directores y maestros de grupos, la falta de ciertos libros, no de texto; sino de temas que quieren y exigen los maestros, así como el no pago de las cuotas pedidas para las celebraciones del día del niño, de la madre, del maestro y el estudiante, entre otros festejos, siguen siendo las principales inconformidades que denuncian públicamente los papás y mamás.

¿Qué hace la Secretaría de Educación?. Además de que nada, simples y sencillas recomendaciones de saliva o babas, como se le quiera llamar, sin pasar de ahí, convirtiéndose esas autoridades de cómplices, lo acepten o no. Pero tampoco me malinterpreten, ya que no estoy generalizando las que pertenecen a alguna entidad federativa en específico, ya que no son todas las escuelas, pero sí un porcentaje de estas instituciones públicas estatales y federales continúan ese tipo de prácticas a las que es imposible erradicarlas.

Tradicionalmente, los titulares de la SEP estatal y federal, a los reclamos de los padres de familia porque sus hijos son devueltos y se les niega la entrada al centro educativo o, en otros muchos casos una vez que están ya en los salones, no faltan los maestros que los sacan y los ponen en la calle.

A esto, los directores se concretan a decir que no están obligados los padres de familia a colaborar o pagar esas cuotas dizque exigidas por las asociaciones de padres de familia, advirtiendo que ellos o, sea, las autoridades de las escuelas no son quienes las piden. Aunque no pueden negar que son las que se encargan de poner en la calle a los chamacos y jóvenes que no cumplan con lo pedido, acciones que no pueden negar porque sería demasiado desvergonzado negar lo que todos ven y son testigos de esas injusticias.

Los directores, inspectores e incluyendo a secretarios de educación de cualquier entidad federativa, sin señalar ninguna en específico, puesto que tanto las mamás y los papás saben de quienes se tratan, conocen que son funcionarios de pura saliva, babas o palabras sobran en la negación de las violaciones a los derechos de los niños y jóvenes de asistir a clases.

La SEP no se cansa de responder a los medios de comunicación que en las escuelas públicas o llamadas de gobierno, no debe condicionarse y menos impedirse la entrada de las alumnas y alumnos de educación básica, y media superior; sin embargo, el arraigado sindicalismo magisterial siempre se ha impuesto y los “profetas” se pasan las declaraciones de las autoridades, además de que por el tradicional arco del triunfo, por un lado, y por todos los frentes.

Existe una simple y llana razón respecto a la desobediencia a la más alta autoridad educativa por parte de los maestros sindicalizados y hasta de confianza y ésta es que jamás al menos públicamente no se conoce que secretario estatal o federal de Educación; alguno se haya osado en sancionar con lo más mínimo a un maestro por impedir la entrada a un alumno y si a un sencillo profesor no se le aplica un extrañamiento disciplinario, menos se hace a un director.

Para qué rodear la verdad y hechos que viven y sufren los padres de familia, si de todos modos la última palabra la da el magisterio o sindicatos del sector educativo, cuyo crecimiento y fuerza está encima de los patrones que en teoría son los titulares en su momento es decir, la Secretaría de Educación Pública.

Las quejas y denuncias públicas o en su defecto en redes sociales, son cada vez más constantes, no porque sea nuevo el problema, sino por el crecimiento de la población escolar y consecuentemente son más las niñas, niños y jóvenes que asisten y acuden a las escuelas y son puestos “patitas” por delante si se atreven a no llevar el uniforme llamado de “el diario”, “gala” o el de deporte, así como no pagar las famosas y tan pregonadas aberrantes cuotas “voluntarias”.

¿Cuándo se hará caso a las autoridades educativas?Jamás, pese a que esta conclusión sea más que cruel, porque los maestros siempre tendrán la razón y apoyo de sus patrones, o mejor dichos de sus líderes sindicales. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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