Para fraudes, no acabamos

Por Guillermo Robles Ramírez

Cuando de fraudes y engaños se trata, son varios los negocios que se las gastan, es decir, abusan demasiado porque no hay quién; ni autoridad que los detenga, siendo lo peor que una vez denunciado públicamente ya sea en redes sociales o noticias, tampoco existe intervención por alguna autoridad para indicarles a esos defraudados que no están solos, aunque no se les resuelva nada. Es  por eso que se cometen injusticias y tropelías en muchas de las promociones comerciales y de otro tipo que se realizan con impunidad e indiferencia.

Cuando no son pequeñas o medianas empresas, lo son grandotas que se autodenominan cadenas nacionales, consorcios, corporativos, etc., al grado de que se ha ido perdiendo la confianza por parte de los consumidores.

Existen muchos ejemplos, como tal es el caso de las empresas de aerolíneas nacionales o internacionales, cuando promueven de manera masiva vuelos muy económicos hasta el grado de saturar que venden asientos de más. Teniendo que ofertar entre sus pasajeros como si fuera una especie de rifa a ver quién sede su lugar para irse en otro vuelo.

Algo que a la falta de autoridad y sobre todo tiempo de los pasajeros para denunciarlo, han optado por normalizarlo, aunque todos saben de ante mano que no es correcto, pero las aerolíneas se aprovechan del corto tiempo que cuentan los pasajeros, ya sea para llegar a su destino o para no perder el próximo vuelo cuando se trata de una escala hacia otra ciudad o país.

Hay muchos engaños en este rubro de las aerolíneas, puesto que también existen vuelos económicos que son válidos exclusivamente para determinado mes y, aunque como las famosas letras chiquitas o durante el proceso de la compra la aclaración viene de manera desapercibida. Una pequeña advertencia en donde el descuento será válido hasta la fecha indicada, pero es más la emoción del consumidor por comprar el vuelo económico que ni siquiera se percata de ello. Se puede considerar como una publicidad engañosa, pero para los pasajeros afectados ya es muy tarde y se quedan como dice el dicho popular, “como novia de rancho vestida y alborotada”, son quienes pagan su propio descuido. Una historia que es ya común y platicado por los mismos usuarios que se quedan varados en aeropuertos nacionales e internacionales, e indecisos sobre cuál decisión tomar entre reclamar la devolución o continuar su viaje comprando otro vuelo aunque tengan que pasar la noche entera en el mismo aeropuerto.

Pero no son las únicas pillerías que hacen las aerolíneas, sino que hay víctimas para todo tipo de negocios, o prestadores de servicios, como son las agencias de viajes turísticos, quienes llegan a ofrecer hasta las perlas de la Virgen, para luego resultar todo un fraude. Esto ya se ha convertido más que común, hasta un descaro de tener bien establecido sus fechas fraudulentas como es la temporada de Semana Santa, los meses vacacionales de julio, agosto en vísperas y durante la temporada decembrina en que muchas familias salen a las playas o bien a recibir esas fiestas con sus familiares.

Estos negocios aparecen y desaparecen con el dinero de los consumidores que estuvieron pagando durante semanas o meses para realizar las vacaciones de su vida, llevándose todo el dinero y como se trataba de una agencia fraudulenta no hay registro de dónde encontrar a los responsables. Aunque también existen casos en donde son tan sinvergüenzas que abren nuevamente la agencia con otro nombre y dirección diferente, pero son los mismos que robaron el dinero de muchos viajeros encontrando una manera deshonesta para vivir impunemente.

Y los gasolineros son otra gama más de quienes abusan de sus consumidores, ya sea dando menos litros por más dinero, o bien, la mala calidad de la gasolina que aunque ellos digan que respetan el octanaje siendo la de mayor calidad el que contiene 92; aun así, existen muchísimos casos en donde los vehículos sufren daños en el motor. Aquí en esta situación siempre dejan al afectado entre la espada y la pared, ya que las agencias de carros se protegen argumentando que en el manual y especificaciones del tipo de gasolina adecuado para el buen funcionamiento de sus motores; la calidad de gasolina tendrá que ser de 97 octanaje, a sabiendas de que en México no existe esa calidad de hidrocarburo. Y por parte de los gasolineros nunca reconocerán que es de mala calidad su gasolina, no teniendo manera el afectado el cómo comprobar que la gasolina no cumple con la calidad que venden así como tampoco pueden demostrar que fue esa gasolinera teniendo en cuenta que se carga combustible en diferentes puntos de la misma ciudad e incluso en diferente cabecera municipal y entidad federativa.

En fin, podríamos llenar párrafos tras párrafos sobre estas tropelías que se cometen en perjuicio y daño patrimonial de los consumidores y usuarios, pero a final de cuentas llegamos a la conclusión de que estas víctimas son el pan de cada día, gracias a la apatía de las autoridades. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023). www.intersip.org

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