Guillermo Robles

¡Oh!, y ahora, ¿quién podrá defendernos?

Por Guillermo Robles Ramírez

Al igual que inicio de año con incrementos en los impuestos, hidrocarburos, agua, y luz. Aunque el salario mínimo tuvo su incremento en este 2021, también es cierto que la canasta básica se disparó hasta los cielos su costo, siendo insuficiente el susodicho aumento salarial de la 4T.

            También ha aumentado el desempleo, más pobreza, hechos delictivos sanguinarios que rebasaron la imaginación de las películas de terror creciendo la inseguridad y el temor entre los ciudadanos, pero a la falta de acción de combatirlos como anteriormente se hacía, sino ahora es “abrazos y no balazos”, todos los delincuentes hacen de las suyas porque al fin de cuentas hay un pelele de la filosofía de Gramsci. Algo que es totalmente utópico.

            Pero si no fuera suficiente también subió el índice de robo de casa habitación no solamente a nivel nacional, sino también para los coahuilenses.

            Mientras unos salen en busca de ganarse la vida dignamente, otros aprovechan el vacío de los hogares para vaciarlas con todo aquello que represente algún valor para alimentar las familias de las ratas de dos patas, o simplemente para mantener sus propios vicios.

            Ya no existe un respeto o distinción en clases sociales, porque hasta en eso la modalidad de años atrás ha cambiado pues la mayoría de estos atracos se cometían en colonias principalmente de un nivel alto, es decir, en las residenciales.

            Pero ahora es diferente pues no hay distinción sobre clase social, simplemente con el hecho de estar sola la casa es suficiente motivo para meterse a robar.

            Sin ninguna complejidad en su logística ilícita, simplemente se hacen pasar por mecánicos, plomeros, albañiles, carpinteros, limpia coches y hasta como el personaje cómico “el Milusos”, para ofrecer sus servicios, pero en realidad nada más están midiendo los camotes.

            Ahora ni siquiera los amantes de lo ajeno, los puede detener aquellas colonias bajo el concepto de “cerrada”, pues burlan a las casetas de vigilancia privada, argumentando cualquier cosa mintiendo de supuesta contratación de servicio de algún colono o invitado de un residente de aquellos fraccionamientos bajo el concepto de bardas en todo su alrededor protegidos del paso a su interior sino es filtrado por un elemento de seguridad privada.

            La manera en cómo operan estas ratas de dos patas, en donde han sido insuficiente las medidas de seguridad que antiguamente funcionaban porque los viejos trucos como el dejar una luz prendida, papeles a la vista como si se estuviera trabajando, alguna televisión o radio prendida para aparentar que alguien está dentro de la casa, ya no funcionan. tampoco los perros ya no representan una amenaza para los delincuentes comunes porque simplemente los envenenan o los dejan libres.

            Por desgracia casi el noventa por ciento de las denuncias por este delito quedan impunes por la falta de la cultura de la denuncia, porque no basta con ir molesto o por el impulso del enojo las victimas acuden al Ministerio Público a declarar los hechos del despojo de sus pertenencias.

            La mayor parte de las denuncias se pierden gracias a la burocratización del sistema y lo largo que se lleva a cabo los casos para poder integrar la averiguación son muchos días perdiendo interés conforme pasan las semanas y sus víctimas se sienten frustrados y terminan dejando abandonado la continuidad de la denuncia.      Una minoría los raterillos resultan ser familiares otorgándoles el perdón, pues con eso de que hasta en las mejores familias hay de todo consideran mejor no meterse con los familiares a que reciban su castigo.

            Por eso es importante darle continuidad a cada uno de los procesos legales y no utilizar el Ministerio Público como un escaparate sicológico donde se pueda reventar con un enojo porque fuiste víctima de una rata de dos patas.

            En este se predice un incremento de los robos de casa habitación, sin importar si están vacías o no, pero de algo que estamos siendo testigos de ello por las noticias que circulan, es que estos robos tampoco son como antes, es decir, en donde la rata de dos patas solo iba con su bolsa para echar adentro las cosas de valor, sino también van acompañado con armas de fuego y violencia. 

(Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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