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Directa, dura, en ocasiones hasta retadora, la dirigente estatal del PRD, Socorro Quezada Tiempo, está acostumbrada a ser cuestionada al interior y exterior de su partido, porque no tiene un modo muy sutil de hacer política.

Así, durante algún tiempo se le ha acusado de supuestas anomalías en el manejo de las prerrogativas del partido e, incluso, se ha pedido que la audite el CEN. El problema para sus detractores, como su compañero diputado, Carlos Martínez Amador, es que andan bastante errados respecto a la forma y fondo de cómo se dispone de los recursos perredistas.

Miguel Barbosa

La realidad es que Socorro Quezada NO maneja las prerrogativas del PRD, ya que lo hace Ruth Castro…por decisión de Luis Miguel Barbosa Huerta, alias el “ñoño”, que siempre está presto a involucrarse en los asuntos de $$$$$$.

Ruth Castro es gente de Barbosa Huerta y es la que maneja las prerrogativas del PRD. Incluso, formó parte de la anterior dirigencia estatal perredista, cuando era encabezada por Miguel Ángel de la Rosa Esparza, a quien no le quedó de otra más que aceptarla como su titular de Comunicación.

Así que -¡lástima Margarito!- Carlos Martínez Amador, Arturo Loyola y los demás perredistas detractores de Socorro Quezada tendrán que buscar nuevos elementos contra ella…o atreverse a investigar qué han hecho “Ñoño”l Barbosa y su gente con los fondos del partido.

Socorro Quezada Tiempo

ENRIQUE AGÜERA PUDO SER SENADOR…POR LA IZQUIERDA

Sucedió en la contienda presidencial del 2012, cuando –como se recordará-uno de los precandidatos más fuertes del PRI a la senaduría era Enrique Agüera Ibáñez, cuyo posicionamiento como personaje público era elevadísimo, aunque competía con priístas como Blanca Alcalá, Javier López Zavala, Enrique Doger Guerrero.

De pronto, a Agüera Ibáñez le llegó una oferta que no esperaba, pero que le movió: emisarios del PRD, de AMLO, de los llamados “Chuchos”, le ofrecieron ser candidato a senador por la izquierda, con todo el apoyo de los “amorosos” de ese entonces.

Él sabía que el candidato presidencial del PRI, su partido, Enrique Peña Nieto, había pedido a las dirigencias estatales y al CEN, entonces presidido por el “honesto” y “honorable” Humberto Moreira, que privilegiaran a las mujeres en las postulaciones por el senado y que dieran posiciones al PVEM.

Así que Agüera Ibáñez se reunió en varias ocasiones con gente de “Los Chuchos” (Jesús Ortega y Jesús Zambrano), hasta que les dio el sí…pero con una condición: que lo pusieran a él en el primer lugar de la lista de candidatos al senado, por encima de Manuel Bartlett Díaz, que –como se sabe- es el “hombre fuerte- de Andrés Manuel López Obrador en Puebla.

Los “Chuchos” le hicieron la propuesta a AMLO y le resaltaron el fuerte posicionamiento que en ese entonces tenía Enrique Agüera, pero, fiel a su tozudez, no quiso ceder: su 1er candidato al senado por Puebla en la fórmula tenía que ser –a fuerzas- Manuel Bartlett Díaz.
Al final, no hubo acuerdo político y el resto es historia.

Enrique Agüera