Nació con las mejores intenciones

Todas las naciones del mundo tienen algún tipo de tratado. Unos son entre solo dos países, como también los hay aquellos internacionales conformado por más de tres o cuatro naciones.

Sin importar que sea una potencia mundial o uno considerado tercermundista, existen tratados. Simplemente ahí tenemos el caso de México con EE.UU. con el famoso y polémico en su tiempo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), para los cultivos básicos de la competencia entre Estados Unidos y Canadá se veía venir un descenso en los precios de los productos mexicanos.

El programa de PROCAMPO, inició con tres propósitos. Político para gestionar la aceptación de un acuerdo de libre comercio entre el sector agrícola. Económico para gestionar una liquidez para equilibrar la producción a la nueva estandarización de precios en un libre mercado y por último social, para evitar un aumento en los niveles de pobreza entre los pequeños propietarios que trabajaban las tierras.

PROCAMPO diseñado como una transacción progresiva para un periodo aproximadamente a 20 años, con la intención de ayudar a la agricultura mexicana para que pudieran competir con los estadunidenses en donde en nuestro país el subsidio del gobierno mexicano lo tenía muy fortalecido y, sin embargo, no se supo aprovechar el subsidio nacional.

Muy al estilo del mexicano en donde todos aquellos programas que nacen con buenas intenciones terminan con desviaciones o se pierden, resultando algo mal en algún lugar del camino.

Lejos de ayudar a los más necesitados, terminó ayudando al que más tiene; es decir a políticos o inclusive en manos del crimen organizado teniendo una mayor preparación empresarial porque muchos de ellos estudiaron en el extranjero, siendo éste el nuevo concepto de cómo lavar el dinero de una manera ingeniosa haciendo las operaciones y licitaciones legales.

Su falla inicial es desde el registro de padrón, es decir, realmente no se sabe ni quiénes son y mucho menos se lleva un control de cuántos están registrados o quienes fueron beneficiados con ese subsidio, no existe transparencia sobre la adquisición de los recursos como, por ejemplo, si el beneficiario se le aplicó algún estudio socio económico para justificar el beneficio del programa.

El famoso dicho “conocimiento es poder”, es muy cierto y a la falta de ello muchas familias dedicadas a la agricultura fueron llevadas a la ruina, pero hay quienes encontraron el caminito sacándole jugo al programa, beneficiándose entre ellos la familia del capo “El Capo” Guzmán, alentándolo a la siembra de cultivos ilícitos financiados por PROCAMPO, y aunque les duela a muchos empresarios es por eso que fue considerado en el 2009 dentro de la lista de la revista Forbes de los más ricos del planeta, porque muy independientemente de que su producto es algo que atenta en contra de la salud no se le puede desconocer su habilidad para hacer de ello toda una compañía empresarial.

Otro de los beneficiados del programa fue Francisco Javier Mayorga Castañeda, quien fue Secretario de Agricultura en el gobierno de Vicente Fox y ratificado como el titular de la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), en el gobierno de Felipe Calderón, quien afirmó haber recibido los subsidios antes de su nombramiento dentro del gabinete así que; hay para todos, sin importar a que se dediquen.

México en lugar de ser un país productor de agricultura, se convirtió en un importador de alimentos tanto para consumo interno de la población y animales agrícolas.

No existe una reserva de alimentos, no hay capacidad de almacenes y bodegas porque las pocas que se tienen se encuentran rentadas a particulares existiendo a lo mucho una capacidad para sobrevivir no más de seis meses como reserva alimenticia sin considerar la de los animales agrícolas.

La dependencia alimentaria ha alcanzado grandes dimensiones e irresponsabilidad por no aprovechar programas que nacieron con buenas intenciones como la de PROCAMPO, y solamente salen a relucir o se escucha nuevamente su nombre cada vez que hay campañas electorales, es decir, son programas condicionadas con propósitos electorales que maneja la federación a su antojo pero gracias a esa tipo de decisiones y manipuleos; México se vio a la necesidad de tener que firmar un convenio para importar granos de Colombia pero para que su precio fuera competitivo se incluyó también cierta cantidad de ganado cuando se sabe que ellos tienen una calidad más baja en sus carnes que la de nosotros. Así que a masticar plástico.

Fue insuficiente la importación estadunidense, haciendo de PROCAMPO una incubadora industrial para políticos y narcotraficantes sin importar de cuál bando o de que partido político, es una lástima que no sepamos aprovechar programas bien intencionados para solo malgastarlos.

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