Más caras y pequeñas

            La gente mayor siempre está llena de mucha sabiduría, solo es cuestión de ponernos a escucharlos y aprender a viejo, ya que como dice el dicho “el que no escucha concejo no llega a viejo”, y así también están llenos de dichos y refranes que los dicen muy atinadamente.

Pero los ancianos son más conocidos que con pocas palabras dan enseñanzas a los demás y uno de ellos más escuchados siempre son para los nuevos matrimonios: “el casado casa quiere”

Y no es para menos, ya que uno de los grandes sueños e ilusiones de la mayoría de las familias del país, es el dejar de vivir en casa ajena, ya sea cortarse el cordón umbilical familiar porque vive con sus suegros o bien, ya no quieren  pagar renta donde siempre la incertidumbre estará dentro de los hogares porque no se sabe nunca cuando el arrendador pedirá a los inquilinos la devolución del inmueble,  ya sea para venderla o para dársela a uno de sus familiares cercanos porque se casó el hijo o hija del dueño de la propiedad y no sabe dónde vivir.

La causa o motivo no es lo que importa, pero cuando una familia de bajos recursos logra adquirir una casa de interés social en cualquier colonia del país por lo general es una vivienda de dos cuartos, con sala comedor, cocina, baño y cochera.

Como pasa en cualquier familia con nueva vivienda se adapta a la distribución y espacios de la misma, o bien cumple con las expectativas de ese momento.

Pero sí se suman nuevos descendientes se ven a la necesidad de transformar una de las habitaciones, y donde antes dormía uno ahora son dos o más.

Hay casos por no decir en la mayoría que resulta imposible la distribución original de la casa, cuando se toma la decisión de ampliarla cerrando la función de cochera para la construcción de un nuevo cuarto para abrirse espacio, aunque mutilen el garaje.

Sin embargo, la situación sigue como al principio al igual que miles de casas de interés social, es decir, la privacidad es una palabra que no se conoce, porque hasta para cambiar de idea es preferible salirse del hogar, porque siempre hay gente que entra y sale, ya sea para utilizar el sanitario esperando el turno de cada quien inclusive para bañarse hay necesidad de establecer tiempos.

El ruido de las viviendas de cada lado se escucha perfectamente bien si encienden una lavadora o cualquier aparato de sonido como la radio o televisión y no siendo suficiente se oye las discusiones diversas que se puede tener entre los cónyuges.

Casos como éste es muy común en todo el país, cuando se trata de viviendas de interés social, donde una familia puede accesar, a una de ellas resuelve un problema que es un techo propio, sin embargo, no en forma completamente satisfactorio.

Esto hace reflexionar si este tipo de casas están diseñadas acordes a lo que una familia mexicana demanda actualmente, porque mientras éstas aumentan en su número de integrantes, el tamaño de las casas se ha venido reduciendo paulatinamente ante los incrementos en los costos y los limitados créditos otorgados para vivienda.

El fenómeno va en aumento ocasionado que cuando una familia adquiere una casa de interés social, vaya ahorrando dinero y como puede poco a poco vaya realizando una serie de modificaciones para ir ampliando la vivienda para que esté acorde a sus necesidades de espacio, por ello es común ver casas de una sola planta que con el transcurso de los años se convierten en una de dos, para así acoplarse a los requerimientos de espacio que tienen sus integrantes familiares.

Si cualquiera le pregunta a un presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), sin importar la delegación, opinarán que las casas de interés social sí satisfacen la necesidad de una familia que vivía anteriormente a una de renta y que ahora cuenta con un patrimonio.

Aunque muchos constructores no estén de acuerdo con los espacios tan chicos éstos se manejan según a como el mismo mercado demande o para decirlo más claro, de acuerdo a lo que el mismo Infonavit acuerde los créditos, es decir, a como se presente el proyecto de vivienda al trabajador para pagar un crédito con otorgamiento del Infonavit será el tamaño de la casa.

Mientras el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, siga reduciendo su crédito de vivienda, las casas cada vez serán más chicas encontrándose viviendas en el mercado menor a los 48 metros cuadrados de construcción para que se puedan vender o que simplemente esté al alcance de los bolsillos de los mexicanos, o de lo contrario se tendrá que tomar una decisión entre casa o menos hijos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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