MACRO POLITICA

– Leonel Luna, chapulín perredista de cargo en cargo.

Aún en funciones como delegado en Álvaro Obregón, pidió permiso y se fue a la cargada con la mayoría de perredistas que suman 14 y que ostentaban la jefatura delegacional en la ciudad de México.

Ahora ya están inscritos por ese partido que le encanta el “chambismo” y fomenta el sistema “clientelar”de ésta capital de la República y van como candidatos locales cuyo termino no es el adecuado porque simplemente son asambleístas legislativos, otros están como candidatos a diputados federales y otros que fueron mal llamados diputados locales están prestos en la candidatura delegacional.

Leonel Luna en primer lugar no es mexicano. Quizá sea naturalizado después de que su tutor directo, Javier Cruz, destacado instructor sindical de educación obrera en América (quien en uno de sus viajes a El Salvador tuvo un accidente automovilístico y falleció) le diera atención completa de infante al darle educación primaria, secundaria y preparatoria.

Javier el sindicalista, siempre lo presentó como su hijo pero éste chapulín lo negó como padre putativo.
Luna, después de su formación de una carrera profesional se hizo militante y seguidor permanente de Marcelo Ebrad y también de Andrés Manuel López Obrador. Ha sido, delegado en Álvaro Obregón por tres años (2006 al 2009); del año 2009 al 2012 fue asambleísta legislativo o seudo diputado local; del 2012 al 2015 nuevamente lo candidateo el PRD y ganó bajo el paternalismo de Marcelito y del actual jefe de gobierno doctor Mancera. Y para sorpresa de todos, nuestro chapulincito –ahora muy burgués, muy ostentoso en joyas y muy indiferente con los colonos de las Barrancas de Santa Fe va de candidato a diputado federal.

Leoncito Luna ha sido abucheado en todas las colonias que integra la delegación Álvaro Obregón; especialmente en aquel grave problema de hace meses, en donde una chusma local, le dio una golpiza a un policía preventivo por aquel asunto de instalar tuberías de agua cuyo liquido sería enviado a poblaciones del Estado de México.

Éste trabajador de la seguridad pública falleció y jamás se reveló su muerte por parte de las autoridades de la ciudad de México, especialmente de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, Rodolfo Fernando Ríos Garza.

Los hechos criminales en el año 2014, en agravio del elemento policiaco fueron cruentos, terribles y a punta de patadas y garrotazos aunque una ambulancia se lo llevó a un hospital, ahí murió. Los asesinos prófugos fueron jovenzuelos de esos barrios. Ojalá el procurador Ríos ya los haya detenido.

Esta justicia está podrida y encuerada de indignidad.
La familia del policía cumplidor está en la vil desgracia con niños muy pequeños.
Esos son nuestros chapulines y viva el libertinaje político.

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