Luego nos quejamos

Por Guillermo Robles Ramírez

Nuestra falta de cultura para hacer valer nuestros derechos nos lleva en todos los casos a que muchos problemas comunitarios crezcan y no puedan remediarse.

¿Cuántas veces vemos simplemente, pasar las cosas y no decimos nada?, pero una vez que pasan semanas, meses y años, vienen los reclamos a las autoridades, no solamente denunciándolos en medios de comunicación. Hay casos más extremos que son como el bloqueo de vías o calles importantes; el daño de edificios públicos, los grafitis los memoriales o monumentos para recordar algún acto heroico o algún suceso significativo en la historia de una comunidad, localidad o nación.

Pero también hay que reconocer que también tenemos autoridades ciegas y sordas, ¡claro!, cuando les conviene y en donde hay intereses.

Viene todo a colación porque en Saltillo y en otras ciudades de Coahuila, los cajones o espacios de estacionamientos en las plazas comerciales, son absorbidos o desaparecidos, por mesas y sillas que los negocios sacan de su local para convertir esa área destinada al estacionamiento de los vehículos de sus clientes, en restaurantes al aire libre. Lo peor de todo es que están ubicadas en lugares demasiado visibles para cualquier autoridad que pasa por ahí por la simple razón que son avenidas, bulevares principales. Solo por mencionar ahí está el Boulevard José Musa de León, locales que extienden su negocio hasta afuera ocupando el área de estacionamiento, con mesas, sillas y tarimas de madera.

También está el problema de las nuevas plazas comerciales que se abren en donde a simple vista destaca más por la cantidad de locales de dos plantas, pero con un solo estacionamiento desproporcionado en cantidad de cajones ridículamente pintadas para que hasta un vehículo compacto no puede abrir las puertas sin golpear al que está a lado, y siendo insuficientes porque para iniciar esos están ocupados ya sea por trabajadores y/o dueños de locales, así como de proveedores.

Todo está bien y más cuando se trata de hacer dinero, solamente que el encanto y dizque la buena intención de ampliar el negocio, termina cuando se afectan los derechos de terceros.

Esto es tan razonable y claro como el hecho de que una vez que se ocupa el espacio para los vehículos de los clientes, éstos buscan donde sea y ese sea es en la acera del vecino o frente a la fachada de esa vivienda, con el ligero inconveniente de que se ha hecho normal bloquear o pararse en la cochera de esa casa, como se está haciendo normal en Saltillo y otras poblaciones coahuilenses, sacar los negocios a la calle, afectando a los vecinos.

Lo mismo sucede con el aumento de los espacios llamados exclusivos en donde simplemente pintan el cordón de amarillo y una remarcación en el piso de manera ilegal para que nadie se estacione, y esto sucede mayormente en colonias residenciales desde las más antiguas como en la Colonia República, tanto Oriente y Poniente, siendo muy fácil de detectar la ilegalidad porque no tienen visible el número de permiso otorgado por las mismas autoridades locales y las muy pocas que sí lo tienen solamente lo pagaron una vez o dos pero ya no volvieron a renovarlas pero sí dejaron mañosamente el mismo número.

Colonias o residencias construidas al Norte de Saltillo, hacen lo mismo y como no existe denuncia alguna o supervisores locales al pendiente de ello, es muy fácil hacerlo, tanto así que se ha convertido una moda que están haciendo en colonias populares y barrios en donde la agresión física y daño material a los carros de quienes se atrevan a usar ese espacio es la misma acción que hacen en las zonas residenciales en donde viven los “fifís”.

Las autoridades no ven lo que no les conviene aunque se den cuenta o bien, se hacen de la vista gorda y como algunos dicen, que no pueden andar atendiendo pequeñeces y también hacen oídos sordos a las quejas de los vecinos.

Sí es cierto que hablamos de pequeñeces, pues a ¿quién le importa que un vehículo estorbe y bloque la cochera del vecino?, eso nomás al afectado. ¿A quién le importa que por ampliar los negocios, los clientes con carro vayan y se estacionen en la acera de las viviendas contiguas al negocio?.

Al parecer a nadie le importa, solamente que las autoridades son muy afectas de señalar en discursos y declaraciones a medios informativos de que es necesario realizar un reordenamiento urbanístico para presumir que somos una ciudad ordenada y disciplinada.

Qué tal resultaría que los dueños de esas casas invadidas, vayan y hagan sentir en carne propia a las autoridades y bloquen las entradas y cocheras de sus viviendas. Entonces eso sí sería un problemón, así es que no nos sorprenda que después de una mala o buena acción, viene una reacción y aquí podría ser negativa.

Un problema que no es solamente de Saltillo, sino de las cabeceras municipales consideradas con mayor desarrollo, como lo es Torreón, Piedras Negras, Monclova y no se tiene la duda que en esos municipios sus ediles sean buenos, sino que también hay que reconocer que es imposible que puedan estar haciendo todo y para eso existe el delegar a sus subordinados o Departamentos encargados pero que lamentablemente no les ayudan a las buenas acciones que hacen esos acaldes. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

Deja un comentario