Los hacen inútiles
Por Guillermo Robles Ramírez
Hay obras que ciertos sectores de los coahuilenses exigen y claman su realización, sobre todo, después de suceder alguna tragedia, aunque a final de cuentas no se utilizan; una vez que las autoridades locales o estales atendieron sus peticiones dando cumplimiento al llamado de la ciudadanía. No se les da el uso para lo que fueron pedidas y el gobierno termina haciéndolas inútilmente exactamente lo que la gente pidió que se construyera.
Me refiero a los costos e inútiles puentes peatonales que en diferentes administraciones locales o en conjunto con el gobierno estatal, han realizado en un pasado repitiéndose de manera cíclica de manera aleatoria, es decir, sin tener una fecha o periodo en especial pero cuando las autoridades se proponen hacer estos puentes peatonales, pareciendo como si se pusieran de moda y hasta cierto punto exagerado su cantidad.
Sin embargo, su construcción sirve más para estructuras destinadas a ser usados por anunciantes particulares que por los mismos transeúntes quienes lo exigieron en su momento. Es toda una ironía por abajo de los puentes peatonales, se ve más coahuilenses cruzando a pie por ahí mientras que esas plataformas que cruzan de cada extremo por encima de calles, avenidas o bulevares lucen vacías. Pero sí llenas de publicidad política, negocios particulares, o hasta para uno que otro ciudadano o ciudadana para colgar una lona expresando su gran amor por su pareja.
También se ha sabido con el paso del tiempo que se han concesionado a empresas particulares que muchas de ellas se han ofrecido hasta hacerse cargo de su construcción; condicionado la exclusividad para colocar publicidad sobre las estructuras de esos puentes peatonales, aunque se desconoce este tipo de concesiones o “arreglos”, sean verídicos, legales o ilegales, pero al menos dicho por la misma población como si fuera un secreto a gritos es lo único que se sabe. En la actualidad se desconoce si aún existe este tipo de arreglos o es simplemente algo que ya caducó.
A lo largo de los 38 municipios de Coahuila, se cuenta con los dedos de una mano los que no están incluidos en este tipo de construcciones o ataques impulsivos de construcción de puentes peatonales por donde quiera sin haber realizado un estudio o contar al menos la viabilidad si realmente se requería, o justificaba o no. Un motivo por el cual algunos de ellos lucen deteriorados y olvidados por sus propias autoridades locales representando no solo un peligro para aquel osado peatón que decidió subirse o bien una amenaza para cualquier conductor.
Se piensa equivocadamente que solo existen en Coahuila, puentes peatonales en aquellas cabeceras municipales de las zonas urbanas, sino también han llegado tan lejos como en el sector rural o en el campo; particularmente en ejidos que se encuentra a escasos metros de las carreteras y que en un momento dado, hubo algún vecino atropellado y muerto por algún vehículo motriz.
Las familias del lugar, inmediatamente se organizan y presionan mediante bloqueos del camino, obligando así a las autoridades a construir uno o más puentes peatonales, aunque la misma gente los hacen inútiles al jamás usarlos porque cuesta trabajo o flojera subir las escaleras, atravesar y luego, bajar otros muchos escalones.
Hay casos concretos y reales sobre la inutilización que los mismos peatones le damos a estos puentes elevados y esto queda comprobado al no usarse y lo peor, resultar transeúntes atropellados y muertos y en otras ocasiones mal heridos porque no quisieron molestarse usando la obra que tanto se pidió y exigió.
Cuántas veces se ha dado a conocer en los medios de noticias que continúan esos accidentes o atropellamientos fatales de personas de cualquier edad pero predominan más de jóvenes y estudiantes que lamentablemente sufren algún percance automotriz al ser atropellado e irónicamente a unos cuantos metros se encontraba un puente peatonal.
Existen muchos casos similares en cualquiera de las 38 cabeceras municipales de Coahuila, que nos llevará a la conclusión de que somos la misma gente quienes exigimos, pero no cumplimos e inutilizamos las obras que solicitamos a gritos a las autoridades.
Y no sólo son los puentes peatonales, sino que cuántas colonias han exigido vigilancia policiaca y cuando se tiene, lo primero que se hace es agredir a las patrullas que acuden a cumplir con su deber cuando algún vecino reporta y pide auxilio por tropelías de las pandillas, por escándalos en fiestas, por riñas de borrachos, en asaltos, etc.
Lo mismo sucede en el caso de las rayas de carriles de circulación en las calles y en particular con las peatonales que se pintan en los principales cruceros y que casi nunca las respetan los mismos transeúntes y menos los conductores de vehículos.
Los primeros porque generalmente cruzan las calles a mitad de cuadra y no por las esquinas de los cruceros y los segundos, los conductores, porque también siempre se paran temporalmente y se estacionan por horas, sobre esos carriles.
Lo peor es que las mismas autoridades o sea los agentes viales, no se preocupan ni les interesa sancionar ni trabajar en una cultura que a mediano y largo plazo debe hacerse sino para las actuales generaciones que ya no entendemos aunque se nos dé el garrotazo como a los burros, al menos para las futuras. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023).www.intersip.org
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