Les deja un buen sabor a basura

Todos le apuestan al turismo, pero muy pocos hacen algo al respecto para sacarle el mejor provecho a lo que nuestra naturaleza le ha ofrecido al país. Aunque han sido pocos los empresarios que han invertido a complejos turísticos conocidos como ecológicos por tener ese contacto con la naturaleza y tener la creatividad de hacer de ellos todo un complejo que no solo sirve para descansar y divertirse, sino también disfrutar lo que la madre tierra le ha dado al hombre.

Existen autoridades que mal interpretan una logística de turismo cuando se tiene el privilegio de contar con zonas boscosas, flora y fauna con no aplicar la ley para cuidar de éstos maravillosos lugares por temor a que no vuelva el turismo dejándolos hacer lo que quieran pero eso sí contentos por la derrama económica que deja en esas entidades.

En Coahuila la existencia de sus pueblos mágicos no solamente lo conforma por el hecho de simbolizar algún suceso en la historia de México, su acervo cultural o famoso por sus leyendas, sino también son considerados como mágicos por sus bellezas únicas de la naturaleza y en nuestra entidad tenemos ambas características en donde la última nos hace especial.

El municipio de Arteaga es de las pocas cabeceras municipales privilegiadas por su vasto territorio boscoso, una sierra llena de vida en donde cualquier parte se ve de color verde y sus espacios en donde se logra escuchar el cantar de diversas aves.

Lugar favorito no solo para los saltillenses para visitar cada vez que hay vacaciones de cualquier tipo, largas, cortas, días de asueto e inclusive Semana Santa en donde los ejidos como los Olivos, Lirios, San Antonio de las Alazanas, El Tunal, Carbonera, con sus paisajes de arbolada y arroyos y ríos cobran vida para visitarlos y hacer un día de campo en la tarde o quienes gusten ir de campamento para dormir ahí y olvidarse de los problemas de la ciudad.

Sobre todo, éstos últimos lugares son los favoritos no solamente para los saltillenses sino también para los foráneos principalmente de Monterrey, para quienes no les resulta mala idea pensar en la naturaleza y con eso de que la cultura ecológica anda de moda con la protección de las especies, el medio ambiente y sus recursos naturales, y todo lo que conlleva a éste tema. Existe un pequeño problema que ninguna autoridad ha podido o más bien no se les ha ocurrido que es el despertar una conciencia ecológica, es decir, hace falta reflexionar sobre las formas y manera del cuidado de la naturaleza, así como el modo de coexistir con los pocos lugares que quedan de vida vegetal, arbolada, flora y sus especies en su hábitat natural.

Resulta que todavía no terminan las vacaciones y a la falta de conciencia ecológica de las personas foráneas, están dejando en nuestras localidades un mugrero por la falta de cuidado por parte de los visitantes, donde ya es muy evidente los destrozos a la naturaleza, la basura por donde quiera, envolturas de todo tipo, papeles, pañales, toallas íntimas y residuos de comida de todo tipo sin depositarlos en su lugar habiendo tanques de basura que lamentablemente ya están muy llenos sin darle el mantenimiento de vaciarlos para llevarlos a su confinamiento, pero no solamente eso están dejando sino líquidos de automóviles, es decir, no únicamente la sequía y el fuego han sido parte del enemigo principal de las zonas montañosas de Coahuila, sino también el del ser humano, principalmente la gente de Monterrey que viene a dizque vacacionar, demostrando los regios sus usos y costumbres que tienen en sus casas, resultando ser unos verdaderos cochinones; pero eso sí, son muy amantes de presumir y ser tan altaneros, considerándose como dicen en el léxico de los chavos, “fresas”, bien educados, creyéndose superior a cualquier ser humano que habita la tierra. Podrán hablar, sentirse y creerse clase superior nada más en apariencia porque en su interior sale y transpiran su verdadera naturaleza: carentes de toda conciencia y educación.

Pero si a eso le sumamos que el criterio de las autoridades arteaguenses les permiten que hagan lo que quiera por temor a que no vuelvan, pero bien contentos porque dejaron dinero, son economías mal entendidas puesto que si no se cuidan éstos lugares turísticos acabarán muy pronto con las sierras verdes de Arteaga en donde prefieren erogar un gasto en la recolección de 170 toneladas de basura en la sierra y eso solamente lo que a simple vista se puede ver, pero cuanta más basura existe desparramada que de poquito a poquito se pueden ir juntando otras toneladas y sin mencionar el daño ecológico en esta zona arboleada y contaminación de sus ríos.

La justificación por parte de las autoridades es una manera muy inmadura de no querer multar por temor a que los visitantes no regresen es el claro pensamiento de una persona sucia que bien puede hacer una fiesta en su casa y no decirles nada dejándolos que se embriaguen, vomitando, defecando en donde quiera y dejar toda la basura prevaleciendo siempre el temor a que no visiten nuevamente su casa y por ello, no se le dice nada.

Es bueno saber la profunda filosofía de las autoridades arteaguenses que les deja un buen sabor de boca la basura que dejan miles de visitantes sin importar el dinero gastado para limpiar y levantar tanta inmundicia, no importando ni viendo que lo más dañino es la falta de conciencia de cuidar parte de nuestro patrimonio. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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