Por Arturo Ríos Ruiz 

* Sheinbaum y Adán Augusto  

* Marcelo Ebrard es un enigma 

En el espacio,Con los de Casa del Universal, Maite Azuela: «Este gobierno desde que empezó apostó a un espacio más de entretenimiento, de espectáculos, porque los resultados no han sido su fuerte». En efecto, AMLO es proclive a lo superfluo y una exigua creatividad de bajo perfil: “Chico Ché” por ejemplo. 

Las Mañaneras es un espectáculo vacío que no informa, sino es un espacio para defenderse con ataques y acusaciones y anunciar promesas al aire; el nivel de medicina como en Dinamarca que ni él mismo se la cree. 

El columnista De Mauleón calificó como «un circo» las acciones llevadas a cabo por las «corcholatas» presidenciales, y mencionó que en general el actual gobierno sigue esta línea.  

«Comienza desde las mañaneras; ellos han descubierto un fenómeno general: que las personas no están interesadas en propuestas, sino en el espectáculo que dan los políticos», aseveró de Mauleón. 

En efecto, las “Corcholatas” fueron escogidos dos de manera más acentuada Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López, Marcel Ebrard sólo lo mencionó para no dejar y sería el único en caso dado, competitivo. 

Claudia es la más dependiente, hechura de AMLO, por ello repite con insistencia todo lo que el presidente aprueba o desdeña. No tiene ideas propias, es limitada mayúsculamente en política. 

Adán Augusto López, un poco fogueado por su paso por la gubernatura en Tabasco, en la que amenazo con la detestable “Ley Garrote” y con ello mostró su verdadero yo y a su modo cumple con la egolatría presidencial que es la obediencia ciega. 

Leonardo Curzio, señaló los aspectos por los que han destacado los posibles candidatos a la presidencia, mismos que no demuestran la responsabilidad de gobernar, de acuerdo con el periodista, pues «Claudicación de la responsabilidad para gobernar. Están más preocupados por agradar que por gobernar». 

Muy claro el distinguido periodista Curzio y a su exposición “Están más preocupados por agradar que por gobernar»: le agregamos que todos los colaboradores tienen el mismo comportamiento, porque el mandatario así lo exige sin empacho alguno, recordemos que ordenó obediencia ciega y todos a su alrededor la cumplen con puntualidad. 

El gabinete semeja un grupo de zombies que ni fotografía alcanzan, pocas veces se les da oportunidad de mostrar lo que sabe y lo único que queda evidente es su docilidad ante el mandatario y agacharse ante él. 

Marcelo está en la última oportunidad de su vida para sellar su carrera política con su creciente ambición de ocupar la Presidencia, AMLO le debe mucho, en dos ocasiones ha dimitido a su favor y como colaborador ha sido el más eficiente en todo, pero por su capacidad, podría estar descartado; López Obrador, requiere a un agachón agradecido. La eficiencia no cuenta para él. 

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