La oportunidad del mercado “negro”

Por Guillermo Robles Ramírez
No hay duda de que el tabaco es dañino para la salud. En el país existe un promedio por encima de los 20 millones de mexicanos que fuman, además de los 2 millones de usuarios de cigarros electrónicos. Las autoridades de salud en nuestro país han tenido mucho interés de proteger a la población contra el hábito de estar fumando cigarrillos.

En el 2007 entró en vigor la Ley para la Protección de los “No Fumadores” en Coahuila y en un principio los fumadores activos se sintieron agredidos, por parte de la población. Y no fue para menos, ya que las opiniones estaban divididas, porque, por una parte, los coahuilenses están a favor de las medidas tomadas en materia de salud considerando que protege sus derechos de respirar un aire limpio, libre de humo provocado por el consumo de tabaco; mientras que los fumadores activos nunca veían algo negativo.

Existen cifras que no se han podido actualizar sobre este tema así que lo último que ha sido hasta el momento lo más cercano a la verdad, fue en el año 2015; en donde se registró en México, la muerte de más de 53 mil fumadores anualmente por enfermedades vinculadas a su adicción, pero son reemplazados rápidamente por más de 90 mil nuevos fumadores, que en promedio se inician a los 13 años de edad muy a pesar de las normas establecidas para la prohibición de venta a menores, pero en una triste realidad, las niñas y niños son más inteligentes para ingeniárselas y conseguirlos.

En el caso de los fumadores pasivos considerados en la adolescencia, el INEGI mencionó que éstos suman 5.2 millones, ya que viven con fumadores activos y constituyen 38.3 por ciento de los mexicanos de entre 12 y 17 años de edad.

Pero esas cifras aumentaron para el año 2019, ya que se registró que más de 60 mil fumadores en México, mueren por su consumo relacionado al tabaco, y por ende las cifras mencionadas anteriormente también sufrieron un incremento, así como sus reemplazos a nuevos fumadores activos.

Años recientes, un enemigo de las compañías tabacaleras apareció para quedarse muy a pesar de que en nuestro país se prohibió su consumo y venta: el cigarro electrónico.

Conocido así mundialmente entre la población, aunque su término correcto es el de “vapeadores”, porque no están limitados a utilizar líquidos con nicotina.

Una prohibición en México cuya sentencia de un amparo lleno de impresiones técnicas, dicho así por Juan José Cirión Lee, presidente de la organización civil “México y el Mundo Vapeado”, y en resumen de la prohibición de la comercialización del cigarro electrónico se basa en efectos negativos en la salud de quien lo fuma, así como la inducción a fumar de los menores de edad: ¿será verdad?

Siempre he cuestionado este criterio de su prohibición, ya que hasta el momento no se ha demostrado científicamente o con un estudio dado a conocer al público que el uso de los vapeadores hace daño a la salud. Pero el consumo del cigarrillo tradicional, es decir, el uso del tabaco, daña la salud de quien fuma y de aquellos que estén alrededor, siendo más incongruente que se permita su venta, fabricación y/o comercialización.

No es algo que esté inventado, ya que los números ahí están; las estadísticas también, al igual que las leyes y otras herramientas normativas en donde se prohíbe fumar y proteger a los que todavía no cumplen la mayoría de edad. Y muy a pesar de esto, los índices no van a la baja, sino todo lo contrario en donde el negocio de las tabacaleras es más fuerte; pero sobre todo el ingrediente secreto que lo convierte en toda una droga adictiva que sin importar la presentación de las cajetillas de cigarro vienen advertencias e imágenes alusivas con una ilustración de una rata muerta en la cual nos dice o sugiere que dentro de todos sus componentes del cigarro existe uno que puede ser la raticida o cualquier otro.

Tampoco existe una evidencia en donde aseguren que el humo de cigarrillo hace adictivo al que esté a su alrededor o que conviva con el fumador activo, y lo mismo sucede con el cigarro electrónico. Ya que si, el argumento de la prohibición de este último es para evitar la inducción del consumo de tabaco a temprana edad.

Soy del criterio de que los niños despiertan el hábito años después, por la simple razón para parecerse a los adultos. Desean imitar el mundo duro y sofisticado de los mayores.

Un estudio publicado en agosto del año 2021, por el Congreso Europeo de Cardiología, asegura que el vapeo no afecta en nada y no es dañino a la salud de quien lo fuma en su circulación coronaria. Un pequeño estudio, presentado por el cardiólogo Konstantinos Farsalinos, da tranquilidad a millones de fumadores de estos dispositivos que no pasa nada a los vasos del corazón que suministra oxígeno y nutrientes al ser humano.

Muy a pesar de su prohibición en México, el uso de vapeadores va en aumento, aunque su venta sea de clandestinaje. Algo que por cierto hoy con motivo del Día Mundial del Vapeo, dejó muy claro Juan José Cirión Lee, que desde la reforma Constitucional quedando prohibida la distribución y comercialización de estos cigarros electrónicos se entregó al mercado “negro”, un nicho de venta de vaporizadores cuando antes de dicha reforma su venta era regulada por canales de comercialización formales. Ahora, ante esta venta clandestina es fácil de acceso a menores de edad, así como las sustancias de procedencia dudosa para hacer la combustión, siendo ese el real problema. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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