Los resultados negativos en la prueba PISA obtenidos por la comunidad estudiantil mexicana, ha dado lugar a una polémica en la que los docentes han sido objeto de un  terrible e injusto linchamiento mediático.

Y es injusto porque para juzgar las causas de tales resultados, es necesario considerar todas las variables que intervienen en el proceso educativo. Aunado a ello, es necesario saber qué es la prueba PISA y porqué se aplica en México.

La prueba PISA, es un instrumento implementado por la OCDE (organización para la cooperación  y el desarrollo económico), que tiene el propósito de medir el rendimiento académico de los alumnos en matemáticas, ciencia y lectura.

De acuerdo a los principios que rige el programa PISA (Programme for International Student Assessment), el objetivo es proporcionar datos comparables que posibiliten a los países mejorar sus políticas de educación y sus resultados.

Lo cierto es que desde que México se incorpora a la OCDE (1994),  los resultados arrojados por la prueba PISA han sido absolutamente negativos a pesar de las reformas educativas implementadas por exigencia del organismo en cuestión. 

Los gobiernos de Zedillo, Fox, Calderón y Peña, implementaron reformas que en nada, han modificado el status de los resultados de la evaluación durante los últimos 18 años.

Bajo esta circunstancia, es imperativo preguntar e indagar las posibles causas que han dado lugar a esos resultados.

En primer lugar, el examen en referencia se compone de ítems que son deducibles y que pueden contestarse al margen de cualquier referencia académica. Los resultados, parecen depender más del coeficiente intelectual (CI) del evaluado, el cual depende de una serie de condiciones entre las que hay que considerar la genética, la calidad alimentaria durante la infancia y otros aspectos más que nada tienen que ver con el trabajo escolar.

Otro de los aspectos que son dignos de ser contemplados en este intento de análisis, es el carácter del instrumento de evaluación. El examen PISA es un instrumento estandarizado. Los diversos contextos que presentan los escenarios mexicanos, ni por asomo están contemplados para estructurar los ítems del examen en referencia.

Derivado de estas consideraciones, tendríamos que cuestionar la fiabilidad y eficacia del instrumento para evaluar el sistema educativo nacional pues parece desde esta perspectiva que los afanes de la OCDE y su instrumento de evaluación educativa responde más a intereses políticos y económicos que a una verdadero deseo por impulsar y promover el desarrollo educativo de la región.

Pero volviendo al escenario educativo, tampoco podríamos sostener la tesis de que el estado que guarda es satisfactorio. Diversas situaciones dan cuenta de la crisis por la que está pasando todo el sistema educativo mexicano. Las diversas reformas implementadas hasta ahora no responden a las necesidades y circunstancias del entorno nacional. Aunado a ello, la carencia de una auténtica capacitación ha dificultado y en la mayoría de los casos, imposibilitado la adecuada aplicación del modelo en turno.

Las condiciones económicas que imperan en el territorio son otro factor que obstaculiza el desarrollo y los resultados óptimos de los modelos educativos. Cierto, los maestros también enfrentan una serie de condiciones que entorpecen el desarrollo adecuado de sus funciones académicas. La carga administrativa son uno de los aspectos que distrae y afecta significativamente la función académica de los docentes. En efecto, hay cierta responsabilidad de los maestros en la deficiencia educativa pero sólo éso