Insensibilidad médica

Por Guillermo Robles Ramírez

La negligencia médica cada vez va en aumento sin tener un avance a favor del o los pacientes afectados por un acto de omisión del doctor, causando un daño significativo en la salud de la o las personas, a pesar de las leyes que regulan a los médicos y establecen castigos a estos profesionistas al cometer un error.

Cuando un afectado, demanda justicia por esa omisión médica, su proceso entra a un proceso burocrático y extremadamente lento. Los familiares se ven obligados a erogar cantidades exorbitantes para atender al enfermo en otro lado o con otro médico.

Muy pocos profesionistas de la medicina, han tenido la inteligencia de contratar pólizas o seguros de negligencia profesional, a sabiendas de que, como cualquier ser humano, puede cometer errores. Y aún más tratándose de que cada cuerpo tiene reacciones diferentes a tratamientos o intervenciones quirúrgicas.

Este tipo de errores médicos o instituciones gubernamentales como el Instituto Mexicano del Seguro Social, Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, Hospitales Generales e inclusive en sanatorios y hospitales privados, cada vez cometen más negligencias médicas. A lo anterior, para la mayoría de la gente o pacientes, lo interpretan sencillamente como un indicador de que los nuevos doctores cada vez salen menos preparados. También existe más desconfianza al observar que cada vez los médicos egresados se ven más jóvenes, algo que pone en duda la falta de experiencia.

¿Qué tan verosímil podría resultar la percepción general de los pacientes y algunos sectores de la población al usar como parámetro anterior para calificar la capacidad de los doctores? Así también como esa gran diversidad profesional en el ramo médico, a lo que hace años no se tenía o ni siquiera existían tantas especialidades profesionales en el campo médico, es decir, ya no se cuenta con un médico de cabecera o lo que la gente solía decir el doctor de la familia.

Cuántas veces se ha ido con algún especialista y le pregunta; ¿quién es el médico de cabecera? Y sin poder responder con exactitud, y es ahí cuando el paciente hace una recapitulación de todos los doctores visitados para llegar hasta el último.

Antes de que surgieran tantas especialidades y subespecialidades, existía el doctor de la familia. Ese médico que los atendía desde niño, seguía siendo el mismo una vez convertido el infante en adolescente y posterior a adulto. También era común que ese mismo adulto que había sido atendido por su médico de la infancia una vez que se casaban y, al procrear una familia, sus  hijos, también visitaban al doctor de cabecera, siendo de ahí el concepto del famoso médico de la familia, o doctor de cabecera.

Esos doctores que ya casi no existen podían seguir vigentes, porque estaban en una constante preparación y estudio para poder hacer un buen diagnóstico a los pacientes de dos o tres generaciones, que gracias a su acertada valoración médica se había ganado el reconocimiento como una inminencia en la medicina.

Sin poner en juicio a los recién egresados médicos que todo lo diagnostican con muchísimos exámenes de laboratorios clínicos, resonancias, entre una gran lista de estudios para poder llegar a un cuadro clínico. Algo que en lo personal no estoy muy de acuerdo porque no todos tienen el dinero para estar pagando tanto dinero para que al final cometan una negligencia médica.

La negligencia médica inicia desde la enseñanza de medicina, en donde tal pareciera que, en lugar de preparar profesionistas, están maquilando doctores para interpretar diagnósticos clínicos, siendo muy cuadrados en su valoración final. Además de la insensibilidad que muestran muchos de ellos doctores y doctoras,  hay que agregar la falta de humanidad que cada vez es más ausente, porque cada vez son menos compasivos y respetuosos hacia el paciente, tratándolos fríamente. Una actitud que no solo se observa entre el gremio médico de instituciones gubernamentales, sino también en el sector privado o particular. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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