Historias en el son de una guitarra
Por Guillermo Robles Ramírez
La Revolución Mexicana, no solo trajo justicia a los desprotegidos, sino que hoy en día nos inunda de anécdotas de las múltiples peripecias que nos hace imaginar las travesías de aquellos héroes que por diferentes caminos a lo largo y ancho del país recorrieron los caminos dejando una historia en cada paso que daban.
El día de hoy lunes se conmemora el 114 aniversario de la Revolución Mexicana, con un desfile representativo de los personajes y héroes más significativos en esa etapa de la historia de México, que marcó la democracia en nuestro país.
Una lucha que quedó grabada en canciones de los revolucionarios, contando la verdadera y única historia de lo que pasó, y no como lo que muchos políticos intentan adjudicarse o decir que se parece la misma lucha, siendo una total mentira.
Teniendo como único acompañante aquellas guitarras que se escuchaban con las notas tristes de una canción, las voces de aquellos hombres en donde alguna vez se quebraron de sentimiento por la pérdida de un ser querido, un compañero, la distancia de la familia y por qué no el de algún amorío, siempre acompañado de las lágrimas surcando por las mejillas de aquellos que se encontraban en la revolución sentados en la orilla de aquella fogata.
Noches de campamento, las casas de un poblado quedando atrás, jóvenes que se habían juntado a aquellas fuerzas de la revolución y se habían alejado de su amor, dejando como testimonio muchas letras de canciones compuestas en los descansos de batallas en donde narraban sus historias de aquellos combates, recuerdos del pueblo y la esperanza de una victoria en donde sus canciones fueron la huella de sus almas en donde juraban que algún día regresarían a su familia y con sus amadas.
Es el caso de Coahuila, cuna de la Revolución Mexicana, por cuyos poblados de Piedras Negras, San Pedro, Monclova, Ramos Arizpe, Torreón y otras comunidades coahuilenses, en donde aún hay quienes parecen escuchar los cascos de los caballos en los que venía el General Murguía reclutando a gente para defender, decía, “los ideales de Carranza”.
Voces y guitarras que pintaban una melancólica tarde luego de la batalla, donde los trovadores, componían corridos de las andanzas de estos hombres revolucionarios, en donde, al son de la prosa y el verso, hablaban de la muerte de los generales de “Fierro” o las luchas de Francisco Villa.
Son tan pintorescas estas historias que los autores de las anécdotas hacían imaginar y hasta parecer que escuchas el resuello de los caballos y el sonar de la trompeta de batalla, gracias al tino mexicano de pasar de generación en generación las historias de valientes anécdotas revolucionarias.
Ahora solamente son recordados en la mayoría de los mercados del país conocidos con el nombre de Mercado Juárez, Villa o cualquier otro nombre de algún personaje héroe llenos de disfraces, así como vestimentas y máscaras de Emiliano Zapata, Pancho Villa, Venustiano Carranza u otros, no pudiendo faltar las Adelitas para la venta, sin embargo, cada vez es mayor su olvido debido a que muchos de los mercados del país se quedaron con una gran cantidad de inventarios que seguramente guardarán para el próximo año en espera de que la Revolución Mexicana no sea olvidada.
Por otro lado, se le ha restado importancia a la Revolución Mexicana por parte de las instituciones educativas, convirtiendo el 20 de noviembre, en un día de kermés para sus estudiantes, permitiéndoles festejarlo sin uniformes y emocionados por la kermés dejaron a un lado el recuerdo y conmemoración del 20 de noviembre con la autorización evidentemente de las autoridades educativas siendo cada vez mayor la degradación de los valores cívicos.
Sin embargo, no son los únicos responsables de esta degradación cívica y me refiero a las instituciones educativas, ya que considero que es parte de toda la sociedad, ya que el día de asueto o descanso obligatorio en México, es considerado para un gran sector de la población como un día que no se trabaja y motivo para embriagarse un día más o igual para lo que se conoce curarse la cruda o quitarse la resaca de un día anterior. No debe de verse como un día más de descanso, sino darle su importancia y recordar su significado, así como honrar a nuestros antepasados quienes pelearon por nosotros y que fueron valientes. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
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