Fraternidad o complicidad

Por Guillermo Robles Ramírez

En mi columna del día de ayer escribí sobre la festividad del Santo Cristo, en la capital de Coahuila, del recién fin de semana. Sin embargo, existe una historia sobre por qué su importancia, así como una breve historia de su origen.

Más, no obstante, también existe un lado oscuro del cual es un secreto a gritos, y tan antiguo como su misma festividad del Santo Cristo. Durante la primera semana de cada año, en esta tan importante celebración en la ciudad de Saltillo, también existe una derrama económica muy importante que se da alrededor de la Catedral. Y se trata de los comercios ambulantes, predominando la comida, así como algún recuerdo o bien cualquier tipo de vendimia.

Existen varios supuestos líderes de comerciantes ambulantes, quienes también se encargan de “vender el permiso” para que se instalen alrededor de la Catedral, estos comercios ambulantes.

La Presidencia Municipal de Saltillo, son quienes en realidad los únicos autorizados para vender u otorgar esos permisos, ya sean provisionales, sin embargo, en la práctica se revenden a mucho mayor precio estos permisos, sacándoles un cuantioso margen de utilidad entre los 300% y hasta más.

Platicando con estos comerciantes, todo queda en lo oscurito y bajo un acuerdo, pues como me llegaron a decir que existe necesidad de trabajar y llevar sustento a sus familias, y es así que hasta se ponen de acuerdo cuando son visitados por las autoridades municipales para hacer la revisión de estos permisos que no son usados por quienes realmente hicieron el trámite, así que se les da instrucciones de qué decir para evitar la cancelación o bien, retirar el puesto comercial.

Una práctica tan antigua como la misma festividad de Santo Cristo, en donde los permisos a comerciantes ambulantes se tramitan y otorgan directamente en una de las direcciones de la Presidencia Municipal, bajo un costo simbólico, pues no representa ser oneroso, mientras que los supuestos líderes cobran a sus víctimas o clientes o sea a los comerciantes ambulantes cuatro mil pesos, aunque hay quienes llegan a pagar hasta siete mil pesos.

Dichos sujetos iguales se encargan de vender esos permisos a los comerciantes de “mercados sobre ruedas” que semanalmente sábados y domingos se instalan en diferentes colonias de la periferia y otras áreas de la ciudad.

Los permisos deben pagarse exclusivamente a los inspectores de la autoridad local, o al menos esa es la versión no oficial y por parte de los comerciantes ambulantes, que son los autorizados para hacerlo.

Reitero que es un negocio ya muy antiguo que, en Administraciones del pasado, han intentado encontrar a estos sinvergüenzas, sin poder lograr con éxito un resultado positivo por parte de la Contraloría Municipal, y no se sabe si algún día lo logre.

Pero no hay que pecar de inocentes sobre culpables no encontrados, pues es un hecho que se trata de un negocio redondo en donde siempre existirá más de uno involucrado y me refiero a alguien que está dentro de la susodicha dependencia y el dizque dirigente de los ambulantes, aunque tampoco me atrevo a asegurar tal cosa, pero siendo realista o con sentido común resultaría ingenuo pensar que es negocio de uno solo.

Una de las causales para suponer esa complicidad, hermandad o fraternidad es el hecho de que no es nuevo ese sucio negocio, sino que lleva ya muchas administraciones que se viene haciendo.

A los comerciantes ambulantes les han metido en la cabeza que “su líder” tiene fuertes nexos o complicidad con gente de las autoridades municipales que le permite le entreguen en bloques los mencionados permisos, además de que las víctimas de estos abusones no desean “perder” tiempo en los trámites que por cierto los desconocen, además de ser tan sencillos y simples. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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