Un espacio público fingido
El concepto de centro histórico es relativamente reciente, para muchos ciudadanos, realmente no se sabe desde cuando se introdujo la idea en México, pero sobre todo para el resto del país.
En mi época y no me considero viejo lo conocíamos como el centro viejo de la ciudad, lo mismo sucedía en muchos municipios del país exceptuando aquellas ciudades en donde se han conservado aquellos edificios en donde algún hecho histórico importante dejó huella
Pero hoy en día no se sabe por qué a todo aquello que ha sufrido una crisis generado en aquellos sectores de las ciudades cuando entra las nuevas construcciones comerciales y plazas comerciales quedando descuidados muchos edificios siendo normal el paso del desarrollo moderno urbano y económico, quieren las autoridades municipales y estatales forzarlos a llamarlos centros históricos, cuando antes en mi tiempo se le consideraba el centro viejo, o bien en donde se vio nacer el comercio de la localidad.
Uno de los principales objetivos del concepto del centro histórico es precisamente el reactivar aquellos sectores de las ciudades que se vieron afectadas con el paso de la modernidad y así poder competir con las grandes plazas comerciales en donde aparte del comercio ofrecen vida social a la población.
Lamentablemente hay ciudades en donde por más que entran a éstos programas, no más no brillan, solo por mencionar en las cabeceras municipales de Coahuila, hay calles donde falta vida y en otras les sobra, pero refiriéndonos a sus llamados centros históricos, sin excepción a todos les falta vida.
En Coahuila y en sus principales cabeceras municipales se han pronunciado y declarado centros históricos las áreas que a través de los años han sido lo que llamamos igual por mucho tiempo, los centros comerciales o el original sector comercial.
El concepto que la mayoría de las autoridades estatales y municipales de los últimos tiempos y que han proclamado y declarado centros históricos a sus ciudades, todo lo histórico lo quieren encerrar con reducir los carriles de circulación o cerrarlos de plano para motivar el caminar por esas áreas de visitantes y para sus habitantes que van a comprar en el comercio ahí ubicado o bien a pasearse, hacer tiempo para luego cumplir con un compromiso o cuando no se tiene nada que hacer.
A mi muy manera particular ese no debe de ser el concepto de centro histórico una serie de calles en donde solamente se le pone piso con acabado colonial, al igual que sus fachadas y encadenarlas para evitar el paso vehicular.
Los centros históricos deben de ser innovadores asociarse con originalidad, creatividad o a la mejora de algo que hasta el momento se había mantenido en el tiempo sin alteraciones sustanciales. Además, ese cambio debe de ser cualitativo de producir resultados exitosos allí donde se aplica, para ser considerado una innovación y no un espacio más público en donde solamente se va a ejercitar y sacar al perro a ensuciar las calles con sus “eses”.
Hay que aprender de aquellas ciudades en donde sí han logrado el concepto de centros históricos como Guanajuato, Zacatecas, Puebla, San Luis Potosí, Durango, Distrito Federal, Aguascalientes y Querétaro, son en México los centros históricos de mayor antigüedad y si nos trasladamos a los años recientes sin desconocer que se trata de ciudades muy antiguas, han surgido otros centros históricos, pero con el sello de realmente lo que se entiende como tales, siendo un ejemplo de ellos la ciudad capital de Durango, que luce envidiablemente su nueva fisonomía comparativamente a otras poblaciones donde solo de nombre son centros históricos, como es el caso de distintas comunidades de Coahuila.
Tenemos solo por mencionar el caso de la cabecera municipal de Piedras Negras en donde se realizó una inversión extraordinaria para dizque elevarlo a centro histórico, teniendo como resultado un centro que luce todo insípido y cadente de toda alegría con fachadas tan falsas simulando el paso de los años.
En Acuña no tiene nada que pedirle al de Piedras Negras en donde luce como todo un pueblo fantasma, o estudio antiguo del viejo oeste utilizado en muchas películas hollywoodense.
Cuatro Ciénegas, pueblo mágico, que desapareció su centro histórico a solo dos cuadras empedradas y Monclova solo las autoridades saben dónde está el centro histórico a la que llaman a una explanada frene al Museo Coahuila-Texas.
En cuanto a la capital de Coahuila, solo los saltillenses conocen su remodelada Ave. Victoria de hace unos cuantos años en la administración pasada en donde los habitantes solo se acuerdan de ahí los domingos para pasear a los perros, y cualquiera que desee encontrar cualquier tipo de comida chatarra ahí es el lugar indicado, en donde las autoridades han permitido que prevalezcan éste tipo de negocio para la contribución a la obesidad en México.
Gobernar un centro histórico resulta un enorme desafío, pues lo caracteriza una de las contradicciones más difíciles de salvar: la alta concentración de valores simbólicos relacionados al concepto de identidad, conviviendo con elevados índices de pobreza, marginalidad y deterioro social y edilicio.
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