En plena esquilmada
Por Guillermo Robles Ramírez
Debe ser, definitivamente, un buen negocio para los agentes “mordelones” de Tránsito de Santa Catarina y Monterrey, Nuevo León, el paso por sus principales calles, pues no se les escapa ningún vehículo con placas foráneas y más tratándose de Coahuila.
En este negocio, que ha sido repetidamente denunciado públicamente y en las propias oficinas de los jefes de los departamentos viales, deben ser partícipes y “socios” disfrutando de los jugosos moches y embutes que piden los agentes de tránsito, las autoridades “superiores” de los agentes que, con todo descaro, impunidad y arbitrariedad, esquilman a los conductores de vehículos de placas fuera de Nuevo León.
El asalto o robo que se practica en Monterrey y Santa Catarina, data de varios años o al menos de mi conocimiento desde el año 2000 hacia adelante, sin que se ponga remedio y el supuesto motivo siempre es el dizque, exceso de velocidad y a continuación la amenaza de que la infracción amerita y obliga la detención del vehículo para ser llevado al corralón del Departamento de Tránsito.
Y aunque realmente no es un argumento válido para poder detener o remitir tu vehículo, ya que a manera general en todo el país los motivos por el cual pueden hacerlo, son en caso de accidente vial, conducto bajo efecto de enervantes o ebriedad, no portar placas, prestar un servicio público sin concesión, o contaminación de forma exagerada. Pero, aun así, hacen la “llamada a la grúa” argumentando que se tardará varias horas, o al menos eso es lo que dice el agente de tránsito.
La amenaza de la infracción y detención del vehículo desaparece por arte de magia cuando el pobre y afligido conductor, saca dos o tres billetes, pero eso sí, que no sean de $20, $50, o $100 pesos, porque es considerada como una ofensa, ya que la situación del país es muy paupérrima y no se alcanza a comprar ni un refresco y menos un café. Tiene que ser de quinientos pesos hacia arriba, aplicando, la ley de los gandallas; “según el tamaño del sapo, es la pedrada”. Pero posterior al pago reglamentario cambia totalmente el panorama con un “puede usted continuar su camino, pero tenga cuidado de no volver a pisarle al acelerador”.
De que los agentes de tránsito de Monterrey y Santa Catarina están en plena esquilmada, particularmente aquellos “asignados” o con licencia para robar y asaltar a lo largo del bulevar Díaz Ordaz, o sea el que va por la orilla del río Santa Catarina, para luego conectar con el bulevar Constitución, es el hecho de la “casualidad” de que los conductores con placas de Nuevo León, no son molestados como si los regios fueran muy cumplidores de los reglamentos de Tránsito.
Generalmente, estos asaltantes esquilmadores, “vigilan” para que no se les escape nadie, a bordo de motocicletas y cuando se les “amontona” o junta la clientela, intervienen los “patrulleros” o sea, los que reciben un automóvil para bajar del macho a los conductores foráneos, insisto, y más si se trata de coahuilenses que de hecho son sus principales víctimas por sus constantes viajes a la ciudad de Monterrey y el paso obligado por Santa Catarina.
Dicen que al enemigo hay que medirlo con la misma vara, por esa razón, es obligatorio que igual trato y esquilmada que se da a los coahuilenses, debe hacerse para los conductores que circulan por las calles de Saltillo y demás ciudades coahuilenses con placas de Nuevo León. Pero eso es solamente una fantasía porque la apatía y vista miope de los agentes de tránsito saltillenses, ni siquiera hacen cumplir el reglamento para los conductores de Saltillo.
Debe hacerse algo, porque de lo contrario, nos hacemos automáticamente cómplices de estos robos de que son objeto muchos coahuilenses que por “llevar la fiesta en paz” prefieren dejar pasar las cosas. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
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