¿En dónde está el dinero?

Años recientes el Servicio de Administración Tributaria, mejor conocido como el SAT, en un intento para engordar sus arcas y adelgazar a la gente, se inventó el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios a bebidas saborizadas en especial a los refrescos.

Pero el refresco no fue el único producto al que se le aplicó este impuesto, sino a los alimentos no básicos con una densidad calórica de 275 kilocalorías o superior a cada 100 gramos, es decir, aquellos considerados como botanas o bien comida chatarra, productos de confitería, chocolate, así como sus derivados, flanes y pudines, dulces de frutas y hortalizas, cremas de cacahuate y avellanas, así como los dulces de leche.

Aproximadamente desde hace cuatro años atrás en el que se aplicó el impuesto a los productos de alto contenido calórico, y bajo el argumento en el que se esperaba que los mexicanos se vieran más delgados o que bajaran de peso, no ha tenido a la fecha ningún cambio en ese sentido.

La venta de estos productos en lugar de haber bajado su venta, sucedió todo lo contrario en el que duplicaron sus cifras, sucediendo lo mismo en la recaudación de este impuesto conocido como el IEPS.

A la fecha ante los ojos de la mayoría de los mexicanos, así como declaraciones de la institución de salud pública como son el IMSS e ISSSTE, no cuentan con algún presupuesto especial para combatir la obesidad en el país, como tampoco existe ningún programa en otra institución de gobierno destinado exclusivamente a prevenir el sobrepeso y la obesidad en México.

Pero lo más grave de esta situación es que tampoco existe una transparencia o precisión por parte de la misma secretaria hacendaria, en qué se ha utilizado el dinero recaudatorio por el impuesto a bebidas azucaradas y comidas con alto contenido calórico, desde el año 2014 a la fecha.

Un impuesto que “dizque”, nació bajo el argumento para atacar el problema de la obesidad en nuestro país realmente no ha tenido un impacto en lo absoluto teniendo como resultado ineficaz para lo que fue creado, ya que no sea logrado disminuir los índices de sobrepeso y obesidad.

La única manera en el que se ha visto los mexicanos para bajar de peso es cuando se acercan temporadas vacacionales o bien en esos eventos sociales como una boda, o bien quince años, así mismo como esas reuniones de generación de escuelas en las que dejaron pasar muchos años atrás.

También impacto negativo cuando la Secretaria de Educación, decidió echarse el compromiso el reto del combate a la obesidad con la prohibición de alimentos “chatarras”, así como las porciones y fomentando la actividad física entre los alumnos.

Las medidas tomadas por la SEP, fueron simplemente eso, puras medidas, ya que ni siquiera se les fueron asignados algún presupuesto adicional proveniente de la recaudación del IEPS, en bebidas y alimentos de alto contenido calórico, en todo volvemos a la interrogante inicial y que por años la gente continúa haciendo: ¿dónde está el dinero?

No se vale que las autoridades hacendarias han hecho hasta lo imposible en fiscalizar a los contribuyentes en todos los francos para que la mínima información esté detallada desde la emisión de factura como datos, obligatorios de decir, la forma de pago, cada cuándo se factura, si es a crédito o no, el tipo de producto o servicios, así como la cantidad, datos de emisor y receptor, entre otros más.

Pero cuando se trata de ellos en cuanto transparentar el destino de recursos excedentes e impuestos que van más allá de lo anticonstitucional se convierten en total opacidad. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria “Antonio Estrada Salazar” 2018) www.intersip.org

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