Ellas predominarán en el 2024
Por Guillermo Robles Ramírez
La lucha interminable del hombre moderno es indudablemente la igualdad de género. La mujer ha tenido un gran recorrido a lo largo de su camino desde la falta de oportunidades de trabajo, la discriminación y soportar durante siglos el calificativo de sexo débil.
El hombre o «macho mexicano», durante años ha considerado a las mujeres; simplemente como alguien con quien procrear, tener lista la comida, limpiar la casa y como un objeto sexual y hasta para limpiar los calzones o carpas “caneliados” del viejo. Aunque particularmente no estoy de acuerdo con este pensamiento o creencia, en le que difiero en su totalidad, lamentablemente todavía en este vigésimo cuarto año del siglo XXI, existen todavía pensamientos retrogradas.
Gracias a las luchas de millones de mujeres enfrentadas alrededor del mundo se fueron abriendo camino, como el derecho de recibir una educación, el acceso a los libros. Un parteaguas en la historia de la humanidad fue cuando inicio la Primera Guerra Mundial, así como también en la Segunda Guerra Mundial; momento en el que la participación de las mujeres no solo se vio muy activa, sino fue hasta entonces que empezaron a laborar en ocupaciones que eran exclusivo de los hombres, pero que fue necesario para sostener la economía de un país, así como el de las mismas familias en donde miles de hombres se encontraban pelando por su país, dejando ese hueco en hogares y fuentes de trabajo.
El sacrificio de muchas mujeres para hacerse de un lugar dentro de la sociedad fueron la fuente de inspiración de otras; para no renunciar a la igualdad de género, pero no solamente eso sino también de capacidad intelectual, laboral y empresarial.
En la actualidad el mundo de la mujer se ha ganado con pulso un lugar muy importante en todos los ámbitos y reconocimiento en todos los rubros, e inclusive; empiezan a ganar terreno aquellas consideradas bajo el termino “amas de casa”, es decir, las que están dedicadas al 100 por ciento a atender las labores hogareñas, así como la educación de los hijos, y atención a su conyugue. Su trabajo dentro de un hogar está clasificado como una profesión pues tienen que ser gerente general de finanzas del hogar, tener conocimiento de enfermera cada vez que se enferma un miembro familiar, la profesión de una cocinera, y no se diga de otras actividades como la de una niñera, profesora, la chofer de sus hijos, y hasta la de una decoradora de interior. Motivo más que suficiente para acreditarse un buen sueldo por ser mujeres “multitask”, es decir, la capacidad de realizar muchas actividades al mismo tiempo y sin tener problema alguno.
En el siglo XXI, el “sexo débil”, como le solían decir, se ha convertido en el sexo fuerte; gracias a que cada vez más mujeres se están sumando a la superación y la continua preparación profesional, logrando sustituir plazas que eran únicas para el hombre por el simple hecho de ser «hombrecito», teniendo como consecuencia una libre competitividad en las labores especializadas en el mundo empresarial y político.
Es más que claro que la fuerza de las mujeres ha estado creciendo positivamente con el transcurrir de los años, rompiendo barreras en la obtención de mayores posiciones de nivel jerárquico profesional, laboral y empresarial, ocupando los principales lugares de directivos generales e igualdad entre mujeres poderosas y exitosas.
Estoy seguro que en este año 2024, las mujeres demostraran a nivel mundial un gran empoderamiento, ¡pero eso sí!, sin caer en la misandria, es decir, aquellas feministas que odian a los hombres y que piensan que el sexo masculino no son necesarios en la Tierra.
He observado que existen muchos machistas mexicanos, que se niegan a ésta realidad, y me critican argumentando que pienso así porque tengo una hija que se trata de superar, y salir adelante pero sobre todo abrirse un espacio profesional en donde usualmente el hombre tiene la última palabra.
Pero yo les digo a esos adversarios, que tarde o temprano tendrán que doblar su orgullo, porque no podrán contra la realidad y los hechos, ya que nadie puede negar los avances de las mujeres mexicanas, al igual que de otros países siguen avanzando y poniendo el ejemplo del por qué han dejado de ser el sexo débil.
Al menos es mi muy personal opinión, porque si venimos de una mujer, claro de su vientre donde nos engendran a todos los humanos, algo que físicamente imposible que un hombre pueda hacer, lo más justo, leal y merecido es que se reconozca no solo las épocas de sufrimiento y marginación de que fueron objeto, sino también la superación de esas diferencias. Insisto, al menos es mi opinión y respeto la o las del prójimo. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
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