Elecciones legislativas afianzan oficialismo en Argentina
Buenos Aires, 28 oct (PL) Pese a enfrentar una intensa campaña mediática desacreditadora y ataques desde todos los ángulos de la oposición, el Frente para la Victoria (FpV) de la presidenta Cristina Fernández prevaleció como la primera fuerza nacional en las elecciones legislativas 2013.
El valor de ese resultado para el kirchnerismo es que no solo consigue mantener hoy la mayoría en el Congreso de la Nación, sino que incluso logra mejorarla en la Cámara de Diputados.
Ese avance tiene lugar en unos comicios de medio término, luego de 10 años de gobierno cuando por lo general después de ese tiempo las administraciones muestran gran desgaste político.
Escrutado más del 97 por ciento de los votos para elegir a diputados nacionales, el FpV consiguió a escala nacional el 33 por ciento del sufragio, muy por delante de la coalición que forman la Unión Cívica Radical (UCR), el Frente Amplio Progresista (FAP) y sus bloques aliados, con el 21,30 por ciento.
Una diferencia de 11,7 puntos, que se amplía ante el Frente Renovador (FR), 16,45 por ciento, y la derechista Propuesta Republicana (PRO) y aliados, 9,38 por ciento.
Mientras, para el Senado contabilizados el 98.5 por ciento de las boletas a la medianoche el margen es aún mayor del FpV con el 32 por ciento ante el PRO, 14 por ciento, y después se ubican dos colectivos regionales, el Frente Cívico por Santiago (4,29%) y el Movimiento Popular Neuquino (2,88%).
Esos guarismos le aseguran la mayoría en ambas cámaras del Congreso Nacional, aunque perdiera a Daniel Filmus, uno de sus referentes en el Senado por la capital.
La realidad hoy en el tablero electoral argentino es que el único bloque político con fuerza nacional es el oficialismo, mientras la oposición está fraccionada en formaciones regionales que no logran aún posicionarse con el apoyo suficiente en todas las provincias.
El FpV domina en 11 de los 24 distritos electorales del país, y en al menos seis más es la segunda fuerza, y en otros cuatro la tercera.
La formación más cercana es la UCR que triunfó en tres distritos provinciales, Mendoza, Corrientes y Santa Cruz, y que tiene ahora como aliado al socialista FAP, de Hermes Binner, en Santa Fe, pero aún así suman cuatro provincias.
El FR del exkirchnerista Sergio Massa, quien Cristina Fernández incluso tuvo de jefe de Gabinete y ahora es su opositor, cantó victoria en la provincia de Buenos Aires y es la figura mediática de los comicios, como lo fue Francisco de Narváez en 2009 cuando venció al entonces candidato a diputado Néstor Kirchner.
El intendente de Tigre consiguió la mayoría de votos, 42 ante 31 por ciento Martin Insaurralde, el principal candidato del oficialismo, pero ambos entraron a la Cámara de Diputados por proceder de municipios distintos.
Y así, el PRO festejó en la Capital Federal, lo cual era esperado; el FAP en Santa Fe; la Unión por Córdoba, de José Manuel de la Sota, lo hizo en la ciudad homónima, y los radicales celebraron en Mendoza, Corrientes y Santa Cruz.
Sin embargo, ninguno de los principales medios prestó atención a una encuesta que realizó el Centro de Estudios de Opinión Pública a boca de urna: que creció al 52,5 por ciento la popularidad de la presidenta Cristina Fernández, aumento también inusual para un dirigente cuando entra en los dos últimos años de mandato.
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