El sueño de los justos

Por Guillermo Robles Ramírez

En cada acto político después de alguna eventualidad o accidente del cual causo un gran impacto en la sociedad mexiquense siempre salen los funcionarios públicos sin importar el nivel en que se encuentran aprovechando los reflectores de los medios masivos para decir tan trillado el asunto; “la falta de la denuncia oportuna”.

Pero qué sucede cuando existe algún ciudadano valiente que hace ejercer ese derecho de la denuncia. Recibe un cubetazo de agua helada con tanto papeleo y burocratización o en su defecto no existe alguna delegación o instancia cercana a su localidad, teniendo que viajar a un municipio lejano.

La cultura de la denuncia cada vez va perdiendo fuerza ante el injusto rechazo de las ejecuciones y acciones de la ley que tal parece que tiene más derechos el delincuente común que los ciudadanos. La justificación perfecta por parte de las autoridades tanto locales, estatales, y federales, es el exceso de trabajo, y los Derechos Humanos que solamente cobran fuerza para el delincuente pero son ciegos para las víctimas.

No solamente en las noticias, sino también en novelas televisivas no faltan los mensajes directos sobre el peligro en el que se vive en país y el fomento sobre la cultura de la denuncia, siendo muy común con la gran facilidad como lo pinta la mercadotecnia y publicidad política, el cómo hacer una declaración de un delito y la rapidez con la que se mueven las autoridades para atrapar a los malhechores; obviamente no faltando el mensaje: «si tan solo los mexicanos nos acostumbráramos a denunciar, nuestro país sería otro».

Existen numerosos programas para fomentar la cultura de la denuncia y prevención, que imparten diferentes dependencias municipales, estatales y federales.

No existe alguna universidad pública o privada en la que no haya participado al menos una conferencia para los jóvenes para sensibilizar la legalidad y por medio de la denuncia se pueda prevenir de manera oportuna, un posible acto o situación que pudiera generar problemas en su comunidad, y al mismo tiempo se les enseña como canalizarlo, es decir, a las instancias correspondientes.

Todo está muy bien y es bueno que se hagan este tipo de programas y campañas publicitarias en los diferentes medios electrónicos, pero las conferencias son igual que en las películas y las telenovelas, porque logran el objetivo de motivar e incentivar a los estudiantes, amas de casa, televidentes, etc., es decir, creen salir con el poder de la justicia en la mano pero cuando se trata de ponerlo en práctica, la realidad es otra, siendo totalmente lo opuesto.

La cultura de la denuncia también debe de ir acompañada con la cultura de la honestidad y transparencia de las dependencias de procuración de justicia para que no sean lentos en las demandas de delitos menores como las de fraude, robo y entre otros delitos que pasan por procesos penales que “duermen el sueño de los justos”, en las dependencias porque mientras tanto los delincuentes se pasean por toda la ciudad sin que sean atrapados, porque las órdenes de aprehensión son vendidas al mejor postor, para darle tiempo a la rata de dos patas a que se siga paseando o cuando ya no tenga nada que ofrecer es hasta entonces cuando son detenidos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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