El Sendero de los Iluminados: Lo individual vs lo colectivo

Por Alan Prado

¿ Tiene derecho de existir un hombre si se niega a servir a la sociedad?

Hace millones de años, un hombre primitivo descubrió cómo hacer fuego. Probablemente fue quemado en la hoguera que él había encendido para sus hermanos, pero les dejó un regalo inimaginable al hacer desaparecer la oscuridad de la tierra.

A lo largo de los siglos, valientes exploradores se atrevieron a emprender travesías por senderos inexplorados,
sostenidos únicamente por el poder de su propia visión.

Los visionarios de la historia, esos maestros de la creatividad y el ingenio, se enfrentaron a la resistencia de su tiempo. Desafiando las corrientes de pensamiento establecidas, artistas, científicos e inventores se alzaron como guerreros de la innovación, rompiendo cadenas ideológicas y abriendo caminos hacia nuevas realidades.

Cada nueva invención enfrentaba críticas y objeciones. Sin embargo, aquellos hombres con una mirada prospectiva decidieron tomar la delantera. Batallaron, soportaron el dolor y sacrificaron mucho en el camino, pero triunfaron al final.

Ninguno de esos innovadores se dejó llevar por la necesidad de satisfacer a los demás. Aborrecieron el obsequio que él tenía para dar. Su verdad era el faro que iluminaba su camino. Su labor se había convertido en su único norte. Su esfuerzo, no el de aquellos que cosecharán los frutos.
Su imaginación, no el provecho que otros lograban sacar de ella. La obra que moldeaba su realidad. Él defendía su verdad con la tenacidad de un guerrero, desafiando a cuántos se oponían a ella, como un faro en medio de la tormenta.

Avanzaba con firmeza, indiferente a quienes respaldaban su camino y a aquellos que se oponían. Su única brújula era su integridad, como una imponente pantera que se mueve con elegancia y determinación a través de la selva. Él estaba libre de ataduras, un espíritu errante que no respondía a ningún llamado ni se sometía a ninguna causa. Su existencia estaba atrapada en un laberinto de racismo.

Al vivir plenamente para uno mismo, se pueden alcanzar hazañas que, con el tiempo, serán aclamadas como los grandes logros de la humanidad.

Así es como se manifiesta la esencia de la creatividad.

El ser humano encuentra su esencia en el laberinto de su pensamiento; sin su mente, la supervivencia se convierte en un espejismo.

Asoma a la vida sin armaduras. La mente se convierte en su espejo; cada expresión refleja su esencia interna. Sin embargo, la mente es un rasgo exclusivo de cada persona. Es difícil de imaginar que haya una mente pensante en ti.

《La esencia del hombre radica en su capacidad para reflexionar y tomar decisiones de forma independiente》.

La mente inquieta del ratón no se deja atrapar por las rígidas cadenas de cualquier ecuación. No puede someterse a las necesidades, juicios o anhelos ajenos. No debe convertirse en una víctima de sacrificios.

《El innovador se mantiene resoluto en sus desafíos》.

《Aquél que reflexiona, debe hacerlo con autonomía, tomando sus propias decisiones y llevando a cabo sus acciones de manera independiente》.

«La mente que razona es como un ave libre: no puede volar si está atrapada en una jaula».

No debe ser un mero reflejo de las necesidades, opiniones o anhelos ajenos. No puede convertirse en una ofrenda en el altar del sacrificio.

《El creador se aferra con determinación a sus creencias》.

《El parásito se aferra a las voces ajenas, dejando que las corrientes de opinión lo guíen y moldeen su esencia》.

《El innovador imagina, mientras que el imitador se limita a replicar》.

《El creador da vida a un parásito que explora y roba》.

《Es el conquistador que se apodera de la esencia misma de la naturaleza》.

《El parásito es la victoria del ser humano sobre la naturaleza》.

《El artista necesita libertad: no busca servir ni someterse,
Interactúa con los hombres desde la libertad de un intercambio auténtico y la elección consciente》.

《En cambio, el parásito se aferra a la búsqueda del control. Anhela unir a todos los hombres en un solo lazo, moldeándolos para que actúen como uno y se sometan a una misma voluntad》.

《El parásito sostiene que el ser humano es simplemente un instrumento a su entera disposición》.

¿Qué se puede esperar de alguien que se conforma con ser como los demás, renunciando a su propia esencia para someterse a las demandas del bienestar colectivo?

Observemos la historia. Todo lo que poseemos, cada uno de nuestros valiosos logros, ha brotado de la labor individual de espíritus libres. En contraposición, los horrores y devastaciones nacen de los intentos por convertir a la humanidad en meros autómatas, vacíos de pensamiento y sin alma, despojados de derechos, ambiciones, voluntad, esperanza y dignidad.

-Es un conflicto antiguo. Tiene otro nombre. Lo individual contra lo colectivo.

Alan Prado (AMEP 11:11)

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