El Sendero de los iluminados: (El quebrantamiento humano) tercera parte

Por Alan Prado

Para el fanático creyente no existen avances en el conocimiento científico, esta aferrado emocionalmente a conservar su dependencia a deidades para darle sentido a su existir, auto otorgarse significación y continuar auto engañándose de que será inmortal … gracias a algo como un “dios” y/o espíritu. Aferrados a anacrónicas y añejas posturas por la carencia de ampliación, profundización en las áreas de ciencia que se han venido estableciendo y formando, el laxo mental y alegador por excelencia: ante la ignorancia y la complejidad, ante la demanda de efectuar acopios de energía para entender, comprender las propiedades y procesos de la vida, la naturaleza y el cosmos en detalle y profundidad y también ante su perplejidad e incertidumbre, optará por un salto desmedido y adoptará la muy cómoda y holgazana postura de acudir a la fantasía (no reconocida por él- obviamente) de un agente, gestor intencional que divinizará y denominará “Dios”, “dios” y /o “dioses” (imitando antecesores), y así ahorrarse mayores trabajos demandantes de asimilación intelectual; cobijándose a la vez del vislumbre que ya tiene inconscientemente de su nimiedad, temporalidad y fragilidad existencial. Eso: es creer en dioses. “Dudo que podamos siquiera adivinar lo que ha logrado la selección natural, sin la ayuda de la forma en que la función se ha incorporado en las estructuras reales. La razón es muy sencilla. ASÍ ES COMO SURGIÓ LA VIDA

Alan Prado (AMEP 11:11)

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