Por Alan Prado

Final.

Sin embargo, el ser humano promedio jamás arribará a esta conclusión. Prefiere las certidumbres reconfortantes de un dogma a la incertidumbre de la libertad. Prefiere imaginar un Dios que lo ampara a aceptar que el universo no lo requiere. Pero aquellos pocos que logran deshacerse de estas ataduras no hallan desesperación, sino plenitud. Porque cuando dejas de lado la búsqueda de un propósito externo, te transformas en el creador de tu propio significado. Si hay algo que se puede aprender de los grandes pensadores, es que el sentido de la vida no proviene de afuera.

Camus expuso con su idea del hombre absurdo, aquel que, ante lo vacío de la existencia, elige vivir plenamente, no a pesar de ello, sino gracias a ello. 

《Como afirmó, el único problema filosófico serio es el suicidio. Si decides vivir, hazlo con la conciencia de que no hay más significado que el que tú crees. Y esa es la clave que la mayoría nunca comprenderá》.

No necesitas a Dios, ni a la religión, ni incluso a la ciencia para justificar tu existencia.

Lo único que requieres es el valor de enfrentarte al vacío y la voluntad de llenarlo con lo que tú decidas.

 La pregunta es, ¿tendrás ese valor o continuarás buscando cadenas que te sostengan? La elección siempre ha sido tuya, aunque la mayoría ni siquiera tenga conocimiento de que posee una.

Cuántas ocasiones nos hemos parado a observar que a pesar de tantas dificultades enfrentadas seguimos avanzando, que hemos lidiado con el desamor, ilusiones que nos hicieron cuestionar si valía la pena seguir. Cuántas veces hemos retornado de la tristeza, hemos agitado nuestras alas y continuado el vuelo.

No te des por vencido, ya has ganado muchas luchas y esta no será la excepción.

Alan Prado (AMEP 11:11).