En la vida, una de las acciones que más confusión y complicaciones trae es la falta de comunicación.

Algunas veces por miedo a no saber expresarnos o por no saber difundir o transmitir lo que se quiere tratar, otras por miedo a como reaccionara el receptor.

Algunas veces también por suponer que el otro comprendió una explicación carente de instrucción por considerar cosas de sentido común y lógica.

La realidad es que debemos aprender a expresarnos sin ninguna suposición, debemos tener en cuenta que cada ser es un mundo de ideas independientes.

Hay que ser lo más claro posible de tal forma que parezcamos un instructivo, esto da más satisfacción y comprensión en ambas partes, tanto al emisor como al receptor.

La carencia de comunicación, no sólo genera conflictos externos si no también internos, al no saber como manifestar lo que pensamos, sentimos o queremos, generamos una idea fantaciosa de creer que él otro supondrá lo que queremos o pensamos.

Toda situación debe ser expuesta al diálogo cuándo en nuestra vida existe la correlación y la interacción con terceros, llamase, pareja, hijo, hermanos, compañeros de trabajó, subordinados,etc.

El no saber comunicarnos crea mayormente conflictos internos, mentales a través del pensamiento y estos pueden manifestarse en sufrimiento por caer en la victimizacion al no sentirnos comprendidos.

También puede ocasionar frustración por suponer algo y creer que el otro piensa igual que uno, como si se tratara de que nos leyeran el pensamiento y para que en automático el otro haga lo que queremos.

Y también miedo, miedo a enfrentar una idea nueva, a decir esto ya no es así, ahora sera de este modo, miedo a los cambios y a las reacciones de los demás.

Antes de realizar cualquier cambió o manifestar cualquier situación es favorable tomarse un momento y reflexionar.

Siempre es mejor tener definido que vamos o que se quiere hacer, aclarar dudas, explicar el motivo o motivos de del porqué ahora es o será de un modo diferente.

Al reflexionar hay que observar y analizar si es por que así lo quiero o así lo necesito, todo depende de la ocasión y el lugar, ya que hay que considerar y diferenciar cuando es laboral, personal o social.

Siempre una actitud amable bajo instrucción o aclaración sin imposición resulta siempre favorable y sin debates de orgullo o conflictos de poder, y otras sin miedo y justificación.

Aunque se sepa que se tiene el poder es mejor ser amigable y dejar por último la firmeza y la determinación ya que esta es usada solo para el necio.

Un líder no impone, enseña.

AMEP1111