EL MUCHACHO CHICHO
Decía Carlos Monsiváis que: “la política, es el arte de vender simultáneamente, el gozo de la estabilidad y la paranoia ante el caos”.
Dudo que el presidente Peña Nieto alguna vez haya leído a Monsiváis (en realidad, dudo que Peña Nieto alguna vez haya leído), sin embargo, su estrategia de gobierno se reduce, simplemente, a esta estrategia publicitaria.
Por un lado, difunde como logros, las buenas intenciones de un plan reformador, inconcluso e inaplicado, y por el otro, se presenta junto con su partido, como una dualidad que tiene, en exclusiva, la fórmula para resolver los problemas del país.
Se presentan como los hombres de las reformas, y no han podido concluir la implementación plena de las mismas.
Nos han legado una reforma educativa, que en realidad se ve reducida a aspectos laborales y en los hechos, no se ha implementado. Transcurrido el plazo legal, tres entidades no ajustaron su legislación. El gobierno, el que pretende concentrar y centralizar la operación de todos los niveles de gobierno, fue incapaz de operar políticamente para que Sinaloa y Baja California Sur adecuaran a tiempo su legislación interna y no pudo imponerse en Oaxaca, donde la disidencia magisterial, no solo se ha apoderado del Instituto Estatal de Educación, sino que ha sido capaz de doblegar a un gobernador, que por estrategia política, a todo cede y ante todos cede. Logró que se sometiera el mandato constitucional de adecuar la ley, a inoperantes foros de consulta.
La CNTE no se da cuenta de que los medios que utiliza, son inadecuados y las acciones de resistencia que realiza, (no solo en Oaxaca) aunque le son redituables económica y políticamente, están destinadas al fracaso, pues como bien decía Francesc Cambó “hay dos maneras de llegar al desastre: una, pedir lo imposible; otra, retrasar lo inevitable”.
La reforma en telecomunicaciones, empieza a generar resultados. El IFT se ha pronunciado ya sobre dos aspectos fundamentales: el MUST CARRY y el MUST OFFER, así como la determinación de Agentes Preponderantes y, al imponer una regulación asimétrica, puede que se favorezca la competencia en el sector. Sin embargo, se dejan sin precisar ciertos aspectos de esta regulación y falta que la autoridad esté vigilante para evitar abusos, tanto de los preponderantes, como del resto de los competidores del sector.
La otra parte de esta reforma, la parte de la competencia económica, tiene sus dificultades legislativas. La propuesta del presidente y su partido, no favorece del todo a la competencia y se excede al pretender imponer medidas retrogradas, absurdas e inaplicables en una economía de mercado, tales como la reinstauración del control de precios.
La reforma energética, quizá el mayor objeto de presunción de este gobierno, hoy enfrenta una amenaza de estancamiento legislativo, pues el PAN ha anunciado que no participara en la construcción de las leyes secundarias, debido al manejo del caso de OCEANOGRAFÍA. Un caso que el gobierno y sus publicistas manejan a su antojo, con los perversos fines que a ellos convienen.
De entrada, es sorprendente que la PGR hubiese tomado el caso del fraude, pues no fue contra una empresa pública como PEMEX, sino contra un banco y, desde que la banca se privatizó, los tribunales federales han determinado que los delitos contra ella, son competencia del fuero común.
Dos cuestiones políticas enrarecen este asunto. Una, que si bien es cierto que el auge de esta empresa se dio en los gobiernos emanados del PAN, el fraude se dio en 2013, ya en el periodo de Peña Nieto, con la administración actual de PEMEX, que hasta noviembre del año pasado, le siguió otorgando contratos por más de mil millones de pesos.
La otra cuestión, es que se le quiera cargar la responsabilidad a la administración de Felipe Calderón, (cuyos ex funcionarios, seguramente tendrán mucha información), como una vía para debilitar la candidatura de Ernesto Cordero a la dirigencia del PAN, cuando hay fotografías que demuestran que Gustavo Madero, el favorito de Peña Nieto, viajó en aeronaves de esa empresa, lo que no lo acusa de nada, que no sea haber sido parte de la misma porquería.
Sin embargo, la amenaza panista no es más que el petate del muerto, pues para aprobar la legislación secundaria no se requiere mayoría calificada, basta la mitad más uno de los legisladores presentes. En la cámara baja PRI, PV y PANAL, la tienen. En el senado, PRI, PV, muchos faltistas y algún comprado, la sacaran adelante. Nadie tiene que preocuparse.
El gobierno del PRI, permitió que la partida utilizada para los moches, se incrementara diez veces en 2013. Se sospecha que mucho de ese dinero ilegal, financía la campaña de Gustavo Madero en el PAN, porque Peña Nieto, el orgulloso priísta, quiere seguir mandando a los panistas. Y si el moche existe, es porque la reforma de transparencia y una deficiente estrategia anticorrupción sólo han logrado que el corrupto ahora se exhiba cínicamente.
El país está de cabeza, porque el presidente quiere dirigirlo todo. La comisión legislativa ya probó que compró la presidencia, excediendo 20 veces su tope de campaña, y en la reforma fiscal, quedo claro que hace del dinero su mejor arma de negociación.
Una reforma política no podrrá existir, cuando toda la clase política nos muestra que está dispuesta a preservar, e incluso aumentar sus privilegios, así sea a costa del provenir de los mexicanos.
En otro punto la repartición, por cuota política, de los órganos autónomos, es una muestra de que apuestan por apropiarse del sistema.
En seguridad, han presumido la detención o el abatimiento de capos del crimen, pero hasta esta fecha, no han desmantelado ningún cártel. El asunto de las autodefensas les está estallando en las manos.
Los resultados en materia económica, son poco menos que deprimentes. El sector de la construcción está estancado y es un lastre para el crecimiento del resto de la economía. La inflación luce descontrolada, los alimentos se hacen en buena parte, inalcanzables. Los analistas han recortado sus perspectivas de crecimiento del país y mientras Enrique Peña Nieto presume altos niveles de inversión extranjera, se olvida que 20 mil millones de dólares fueron, nada más, por la venta de Grupo Modelo, empresa gigante cuyas ganancias ya no se quedaran en el país.
El falso rostro de la caridad, solo es la burda imagen con que se cubre la ineficiente estrategia social.
Nos llenan de cruzadas y de seguros, que no son seguros y no son cruzadas.
El plan anti hambre, es meramente electorero y ahora, que no hay elecciones, hasta lo han olvidado.
Pretenden un atraco más a la clase trabajadora, pues el gobierno pretende financiar, con las cuotas de vivienda, el seguro de desempleo.
Este gobierno nos hace creer que puede darnos de todo, pero debemos de tener cuidado, pues como decía Gerald Ford, “un gobierno, lo suficientemente grande para darte todo lo que quieres, es un gobierno, lo suficientemente grande, para quitarte todo lo que tengas”.
El gobierno de la república se ha empeñado en levantar andamios, pero no ha edificado nada. Son los constructores de una obra sin planos.
El presidente de la república, ha querido actuar en el papel de un estadista, sin embargo solo le ha alcanzado para ser, el muchacho chicho de una película chafa.
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