“El maestro rural, un héroe nacional”
“La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será.”
Eduardo Galeano
El Día del maestro se instituyó oficialmente en 1918 como reconocimiento a que los maestros fueron los primeros en unirse al movimiento revolucionario de 1910 y a que se les considerara factor decisivo en esta lucha.
De 1926 a 1929, durante la guerra cristera en la que el clero se oponía a la educación laica, los maestros fueron objeto de persecución durante 10 años mas, periodo durante el cual se intentó implementar la educación socialista y la incipiente educación sexual. Este tipo de cambios en la educación genero violencia entorno a las escuelas, destrucción de los inmuebles, de libros de texto y llegaron a asesinar y violentar a los docentes rurales.
El 25 de mayo de 1935, el presidente Lázaro Cárdenas presidió una ceremonia en honor de los educadores asesinados o desorejados por los cristeros, y dispuso que cada año, en esa fiesta cívica, se leyeran los nombres de esos 10 mártires de la educación.
María Rodríguez Murillo
La madrugada del 26 de octubre de 1935, los cristeros le advirtieron a la maestra que se fuera del pueblo; como no lo hizo, la violaron, la golpearon, la amarraron con una soga de los pies y la arrastraron a galope de caballo por el camino terregoso que lleva a la salida de Huiscolco, municipio de Tabasco, Zacatecas.
Le cortaron los senos y los colgaron en arbustos localizados en la orilla del camino. Uno a la derecha, otro a la izquierda, como ejemplo, para que los demás maestros rurales desistieran de impartir educación socialista (véase David L Raby, Educación y revolución social en México, 1921 a 1940, SEP, México, 1974, p. 137; Salvador Frausto Crotte, “Maestra María R. Murillo. Víctima de fanatismo y rencor religioso”, El Universal, 17 de junio de 2001).
La señorita Murillo fue acusada de ser comunista y de apoyar el reparto de tierras, mientras que la gran mayoría del clero condenaba el agrarismo y amenazaba a los campesinos que recibieran tierras con los castigos eternos del infierno. Murillo se había enfrentado con el cacique del lugar porque él no quería que sus trabajadores aprendieran a leer y escribir, mientras que el cura la tachaba de hereje. A la mañana siguiente del sangriento asesinato, el cura del lugar dijo misa y absolvió a los asesinos.
A lo largo de los años, el magisterio ha pasado por situaciones que han puesto a prueba el compromiso y vocación. Lo sucedido durante el periodo de la guerra cristera solo es una de tantas situaciones donde el maestro ha ejercido su papel de mártir.
El maestro rural es un caso muy especial dentro del todo el gremio. Se designa así porque desarrolla su labor en comunidades, lejos de las grandes ciudades; a su viaje en autobús, súmale cruzar ríos en lancha, o atravesar la selva a caballo, mula o a pie. Hay casos donde el viaje se extiende por 8 o mas horas, algunos más que un tramo de su viaje lo hacen en avioneta. En casi todos los casos se van a vivir al lugar donde esta su escuela toda la semana regresando a sus hogares el fin de semana; otros mas afortunados se llevan a su familia a vivir y generan raíces en su comunidad laboral.
El maestro rural es el detonante de esas pequeñas comunidades enclavadas en lo profundo de la sierra, en la lejana mixteca y otros sitios lejanos y/o agrestes; llevan el testimonio de un mundo diferente al de ellos y promueven una cultura del esfuerzo colectivo en beneficio de todos. Se involucran, invierten tiempo y dinero, hacen suyos los problemas que a diario aquejan a sus estudiantes. Muchos hacen su vida en su comunidad hasta su retiro y mas, otros logran con un poco de influencias acercarse a la ciudad y otros perseveran, insisten y logran el anhelado cambio a la ciudad más cercana a su familia.
El maestro rural es en muchos aspectos el detonante de progreso, en todas las facetas del ser humano, un ser que sacrifica su comodidad no pro el ingreso que representa el empleo, sino porque esta convencido de que su trabajo es importante, si no acaso la más transformadora del país.
Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.
Eduardo Galeano, ¿Por qué no?
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