
El incendio de uno, es el de todos
Por Guillermo Robles Ramírez
De siempre he sostenido que las buenas costumbres y el respeto a muchas de nuestras reglas de urbanidad, deben ir compuestas por una mezcla que la he llamado “cultura y macana” que no es otra cosa que divulgar lo que es correcto y lo que no, pero siempre blandiendo y aplicando en verdad la sanción económica que conllevan la falta de respeto o violación a esas reglas de buena urbanidad.
En ciertas épocas del año que representa para muchas entidades de México la movilidad y visita de miles de habitantes de la misma comunidad o de otras foráneas, se llevan a cabo supuestas “campañas” de culturización en las que sobran las “recomendaciones y consejos” para no hacer esto o aquello, pretendiendo asustar con el “petate del muerto” con la aplicación de severas sanciones económicas, aunque nuestras autoridades municipales y estatales solo advierten, pero no aplican las pregonadas y cuantiosas sanciones económicas para los que no respeten las reglas divulgadas.
Caso concreto lo tenemos los coahuilenses del municipio que más visitantes recibe en esos períodos de asueto y me refiero a Arteaga, pueblo mágico de los seis que tiene esta Entidad y cuyas serranías han sido su principal atractivo por la belleza de sus bosques.
Sus presidentes municipales cada uno en su respetivo período de mandato, aprovechan la llegada períodos para hacer declaraciones que solo quedan en el papel como son las multas de miles de pesos que dicen se sancionará, pero quedando todo en eso, por ejemplo a los que enciendan fogatas y en otros casos para los que dejen su cochinero, es decir, la basura y desperdicios durante su estancia en la sierra arteaguense.
Las fogatas, la basura, pero sobre todo el ser humano, es el principal enemigo de nuestras zonas forestales coahuilenses, porque son los culpables invisibles quienes inician los incendios en nuestras sierras. Y son culpables, invisibles porque al final nunca se atrapan a los que originaron el incendio, como lo fue esa gran tragedia en el año 2011, en donde a final de ese año se contabilizó un promedio de más de 420 mil hectáreas que se perdieron por los incendios en la Sierra de Arteaga.
Hubo muchos discursos políticos, pero después de ese año continuaron los incendios y así como la tala clandestina, a quienes se les culpaba como los causantes, aunque fuera solo una teoría, puesto que difícilmente se ha encontrado a un culpable.
Aunque también hay que decirlo que existe otro factor que se le ha dejado a un lado de esta ecuación, que son aquellas construcciones de viviendas tipo campestre en donde se vende el concepto de vivir entre la naturaleza y que se desconoce si las cabeceras municipales tienen bien regulado los permisos, como también se desconoce cuándo fue la última actualización o mejoras por parte de los diputados de Coahuila, para mejorar no solo con castigos a quienes provoquen un incendio sino una regulación más estricta a mobiliarias o profesionistas particulares en la construcción para tomar no solo medidas preventivas para evitar incendios o accidentes para quienes piensan vivir en la Sierra de Arteaga.
Asimismo, se debería de analizar sobre el cobro de una cuota para apoyar al Gobierno de Coahuila, a la enorme inversión y recursos que se le han destinado en equipamiento para combatir los incendios en Coahuila. No hay que olvidar no solo el reconocimiento sino la admiración del Gobernador de Coahuila, el Ing. Manolo Jiménez Salinas, por la creación del Consejo Ciudadano para el Combate de Incendios Forestales, que gracias a sus esfuerzos tuvieron como resultado positivo bajar los incendios forestales de 11 mil a 600 hectáreas afectadas en el año 2024.
Pero lo anterior no ha sido obra de magia, sino de duro trabajo y fuertes inversiones estatales principalmente en equipamiento, como son los 13 helicópteros; dos helicópteros con capacidad de mover a 13 brigadistas, ya que la importancia de poder apagar un incendio tiene que ser tanto por tierra y aire por medio de su equipamiento de Bambi Bucket, nombre denominado a las bolsas para transportar agua.
El Gobierno de Coahuila, también cuenta con aviones disponibles, dos avionetas una 210, y el Kodiak, tecnología como son drones con cámaras térmicas para ubicar puntos de calor en áreas forestales, se reforzó los medios de comunicación no solo para alertar, sino también para coordinar el combate a un incendio.
Hay mucho que agradecerle a las labores del Gobierno del Estado, así como la participación de los brigadistas Lobos al Rescate de la UAdeC; quienes siempre están presentes no solo cuando pasan incendios en la Sierra de Arteaga, sino también como el recién incendio en la Colonia Los Isabeles en el municipio de Saltillo.
Pero insisto en dónde están nuestros diputados locales, para endurecer los reglamentos de construcción en las zonas boscosas de Coahuila, así como también la acción de aquellos alcaldes y alcaldesas quienes tienen como responsabilidad de supervisar físicamente y no detrás de un escritorio aquellos fraccionamientos controlados o cerrados para verificar que cumplan con todos los permisos y elementos que disponga Protección Civil del Estado de Coahuila; pero sobre todo aquellos complejos que hayan omitido algo que sean corregidos aunque tengan años de haber entregado al ayuntamiento como colonia o viviendas terminadas. Ya que, como dice el Gobernador de Coahuila; Manolo Jiménez Salinas: “El incendio de uno, es el incendio de todos”. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
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