El dolor de todos
Por Guillermo Robles Ramírez
Sabio dicho nos dice que lo que no cuesta, no duele y en eso, hay mucha y toda la verdad del mundo. Caso concreto lo es el agua de todo tipo, es decir, la potable, la agrícola y hasta las “negras” o sea las del drenaje, cuyo desperdicio, desaprovechamiento, sin importar cuál a todas se les da un mal uso, siendo el pan de cada día.
Con los dedos de una mano, en Coahuila podemos contar las ciudades donde el cobro del consumo de agua potable llega a lo más a un 80 por ciento en general, mientras que la mayoría, por no decir la totalidad de los usuarios que no la paga, es desde un 40 hasta un 60 por ciento.
Y, si a eso le agregamos las tomas clandestinas, las fugas, podemos imaginarnos que además de faltarnos cultura para el cuidado del vital líquido, nadie quiere poner un granito de arena, para avanzar en la cultura del agua, y todo por la simple razón de tener una mentalidad mediocre de pensar que para eso se paga un servicio, existiendo esa obligación, aunque la desperdicien.
Las comunidades coahuilenses en donde la cultura del no pago es más alto, es Monclova, Frontera, San Buenaventura, Castaños, Múzquiz, Nava, Allende y otros municipios.
Este es un problema que han recibido autoridades actuales heredadas de las anteriores y no precisamente la más reciente, sino que llevan muchísimos años con el rezago de cobro de agua.
Por una parte, la indolencia por parte de las autoridades municipales, en otros por la falta de personal, y en aquellos en donde existe poca gente para hacer su trabajo, de estar peinando las colonias para asegurarse que se esté haciendo no solo la lectura de agua y no adivinando, sino también que se le corte el servicio de agua potable o al menos como viene marcado en la ley que no debe de ser en su totalidad.
Para municipios como Jiménez, Castaños, Zaragoza y otros de poca población y consecuentemente reducido ingreso, la carga de SIMAS ha sido tan grave que han dejado de comprar cloro y otros químicos para potabilizar el agua, pues por el alto costo no se alcanza para mantener la potabilización del agua para consumo humano.
Los administradores del Sistema Municipal de Aguas y Saneamientos, mejor conocido como SIMAS, de las cabeceras municipales mencionadas, se encuentran en situaciones económicas muy débiles, al menos dicho por personal de ahí, quienes prefieren guardar su anonimato para no verse afectados o ser víctimas de represalias por parte de los Ayuntamientos, pero también han sido agredidos por la misma población en los casos que se han visto obligados a suspender el servicio a los usuarios morosos, que inmediatamente realizan protestas públicas y se acercan a cualquier líder y se tiene que ceder ante las presiones de los manifestantes.
Este es el dolor de todos o la mayoría de los municipios coahuilenses que se encuentran al borde de la quiebra si es que no fortalecen y endurecen sus sistemas de cobro, además de actualizar sus tarifas que en muchos de los casos son bajas, lo que ello conlleva al desperdicio del agua, porque lo que no cuesta no duele y en consecuencia el desperdicio de agua es lo más común en estos casos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org
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