El Cuau se fue con gloria y copa

México,(PL).- Tras más de 20 años en las canchas y 25 minutos en el partido final de su carrera, Cuahutémoc Blanco se despidió del fútbol profesional mexicano convertido en su jugador más emblemático, sin sucesor a la vista, y con la Copa Mx que alzó para revalidar el triunfo del Puebla, su equipo, ante los Chivas de Guadalajara.
Con sonrisa triunfal y su medalla al pecho, el número 10 posó jubiloso junto a sus compañeros, quienes antes le habían alzado para que el público, que abarrotó el estadio, en su gran mayoría del Chivas, le aclamaran.
Fue un partido accidentado en el que no faltó la incursión de un aficionado en el campo, un apagón de 10 minutos que puso más suspenso al desafío y encendió los celulares en las graderías, y la final de alegría posada en el rostro del curtido futbolista, quien lloró con lágrimas de felicidad.
Blanco recibió un excelente servicio al minuto 89, tenía toda la ventaja para encarar al guardameta, pero los años, sus piernas y el peso de su cuerpo hicieron inalcanzable el balón. Hubiera sido un gol de apoteosis, pero su historia ya tenía archivados los más importantes de su vida.
El juego concluyó 4-2 para el Puebla, que aunque ganó la Copa Mx está a punto de descender de la liga mexicana; aunque ese no era el tema de la noche.  Cuando el ídolo ingresó al estadio una ovación ensordecedora, proveniente de ambas barras, coreó: Âí»oee,oeee, oe, oe, Temo, Temo…Âí
Su retiro por todo lo alto ocupó cintillos de los principales medios del país. «Gana el Puebla la Copa MX y Blanco se despide como campeón», fue el titular del diario La Jornada.  «El Cuau se va Campeón de la Copa Mx y ante las Chivas», acuñó en su portada el popular tabloide Publimetro.
«Cuahutémoc Blanco dijo adiós a las canchas tras 23 años. Una historia de 10″, encabezó el diario deportico Record, mientras que Estadio Deportes lo hizo así: » ÂíAIOS Cuau!», junto a una foto desplegada del ariete copa en vilo.
Más de 20 años de carrera se fueron como un suspiro; sin embargo, Cuahtémoc Blanco (17 de enero de 1973, Ciudad de México), deja una huella indeleble en la historia del fútbol mexicano, sin un sucesor a la vista, afirman aquí especialistas.
Se desempeñó en 11 selecciones, desde que debutó con las bases de las Águilas, jugó, amó y odió al América, cuya directiva le envió al Necaxa, golpe que devolvió con inolvidable gol de venganza.
EN LA SELECCIÓN NACIONAL    Blanco debutó en el Tri bajo las órdenes de Bora Milutinovic en 1996;  ganó la Copa de Oro ese año y en 1998, así como la Copa Confederaciones 1999.
Jugó en los mundiales Francia-1998, Corea-Japón-2002 y Sudáfrica-2010 y en todos anotó goles. Resultó el gran ausente en Alemania-2006 por decisión del técnico Ricardo LaVolpe, quien desoyó el clamor popular.
Todavía aquí se recuerda el grandioso golazo que marcó en Francia en 1998 y que tiene la patente mundial de la «cuauhtemiña». Fue una anotación con alto grado de dificultad que al graderío y técnicos parecía imposible.
Sin embargo consiguió conectar de zurda para la igualda a dos ante los belgas. La jugada fue utilizada por las televisoras para promover el torneo.
El fútbol español también le recuerda en su paso por el Valladolid y el cañonazo que incrustó en la red del Real Madrid para igualada a uno que hizo aguas las apuestas que daban ganadores a los merengues.
No todo fue color de rosas en la carrera de un jugador que se despidió a los 42 años. En las eliminatorias para Corea-Japón sufrió una artera patada que lo mantuvo convaleciente en España.
Su carácter también le jugó de las suyas. En el torneo Clausura-2004 fue iniciador de una batalla campal en el partido de la Copa de Libertadores tras quedar eliminada su oncena frente al Sao Caetano. El Cuau fue inhablitado por la Conmebol, como recuerda La Jornada en una página que le rinde homenaje.
Parecía el final del veterano futbolista. Incluso para entonces el técnico de la selección nacional, el sueco Sven-GöranEriksson, preparó un homenaje de despedida en un partido en Chipas en septiembre de 2008.
Pero el indomable jugador se enfundó de nuevo la casaca verde en junio de 2009 y, a los 37 años, se echó a la Tri al hombro y fue pieza clave para lograr el boleto a Sudáfrica-2010, donde le anotó a Francia.
«Hubo otros amores fugaces», suscribe la cronista deportiva Marlene Santos, en referencia a su paso por el Chicago Fire y el Santos Laguna e incluso otros equipos de segunda división hasta que el Puebla lo rescató y lo llevó a su último y glorioso capítulo: idolatrado y con la copa de campeón.

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