El cannabis y mi espalda
Por Guillermo Robles Ramírez
Hace más de 50 años, al menos por lo que viví, la mariguana conocida igual como “mota”, “juana”, “juanita”, “mafu” y cannabis, era de sobra conocido que su uso al margen de emplearse para alucinar o como se decía en los viejos tiempos, para transportase a otro mundo; ese de ensueño y de nubes que provocan. Al menos dicen los que la han fumado; al mundo del olvido y de la fantasía.
Pero su uso también en determinados casos se le empleaba para ciertos males, entre otros, la artritis, afectaciones inflamatorias y reumatismo.
También existen testimonios de que se ha utilizado para combatir el glaucoma; segunda causa de ceguera en algunos países, entre éstos, los Estados Unidos, y su manera para evitar este daño del nervio óptico es fumándola, ingiriéndola e inhalándola en forma de vapor.
En países como los Estados Unidos, Canadá, Holanda, España y otros muchos más, llevan años y años empleando esta yerba en tratamientos médicos con positivos resultados.
Aunque de acuerdo a nuestra historia, al menos es lo que dicen los libros, la “juana o juanita” lleva más de 5 mil años empleándose en ciertos males entre nuestros antepasados, en las poblaciones indígenas las yerbas, entre ellas la marihuana, es de las más recurrente para prepararla como brebaje o cataplasmas para aliviar articulaciones inflamadas, doloridas o agarrotadas, al igual que dolores de cabeza, mordeduras de víboras y otras heridas y males más.
Justo es lo mismo que sucede con el peyote que inclusive desde hace años se vende como aceite para dolores musculares, por cierto, con mucha eficiencia al menos lo aseguran quienes lo han probado, entre ellos este columnista.
Su venta es común en el pueblo mágico de “Real de Catorce”, San Luis Potosí, a unos 300 kilómetros de la capital coahuilense Saltillo, en donde se vende a la vista de todos y no pasa nada.
No hay dudas, de que fumar marihuana por períodos largos afecte al sistema nervioso y se motiva una adicción que generalmente pasa al consumo de otra droga más fuerte y en este caso puede ser la cocaína y se ahí a otras, aunque no soy experto en la materia, pero de mucho sirven las pláticas de reuniones sociales.
Se comenta que fumar cannabis indica provoca cambios como es en el ánimo que bien puede ser hacia arriba o abajo, es decir de la alegría pasar a la tristeza; también dificulta pensar, resolver problemas, entorpece la memoria, falta de coordinación motriz a corto, mediano o largo plazo tras caer en su adicción.
Por eso, existen organizaciones o grupos de connacionales que se opusieron en el año 2015 cuando la primera instancia que dio la Suprema Corte de Justicia de la Nación a una organización formada por cuatro personas para que la usaran, al margen si la quieren cultivar para uso personal, pero no podían comercializarla, aunque eso está por verse, pues hay otros delitos como el exceso en el consumo de bebidas embriagantes que durante años y años y en vez de combatirse, ha crecido su consumo, lamentablemente entre población cada vez más jóvenes.
Siendo más joven padecí de reumatismo en espalda baja. Mis padres me llevaron con diferentes médicos y terminando con la atención quiropráctica, ya que los medicamentos, y pomaditas que me recetaban ya no me hacían efecto, aunque para ser sincero el tratamiento quiropráctico solo era en ese momento.
Aunque años después aprendí a vivir con ese dolor de espalda, no faltó cualquier amistad que me recomendara el uso de la marihuana en alcohol aplicada en la parte adolorida era muy buena.
Se me explicó que en una botella de litro o tres cuartos se le vaciaba alcohol y luego la mariguana, diciéndome que lo mejor de la “tía Juana”, es decir del cannabis indica, era lo que le llamaban “cola de borrego” o sea el o los racimos cubiertos de semilla, fermentándose luego por ocho días bajo el sol.
Un día un excelente compañero periodista que había conocido hace ya algunos años atrás, en una plática informal salió al tema sobre mis dolencias de la espalda baja y narrándole todo mi viacrucis de mi vida con respecto a mi problema de reumatismo y pensando que era pura mentira el uso de la mariguana con peyote ese mismo compañero me dijo que sí era cierto.
Así quedó el tema y un día me regaló un frasquito súper pequeño con una pequeña muestra del remedio milagroso para quitarme el dolor y desinflamar mi espalda: ¡santo remedio!
Por qué ahora tanto mitote, sino es una novedad el uso de esa planta para asuntos medicinales, en particular tantas trabas para que quienes por enfermedad se ven necesitados de contar con medicamentos que contienen la tan controversial y disputada yerba. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org
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