Discurso olvidado

Por Guillermo Robles Ramírez

Un discurso inspirador para muchos políticos queriéndolo hacer propio. Expresidentes del país también lo han usado en su toma de protesta como Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa, Enrique Peña Nieto, y aunque el actual Presidente de México, no lo utilizó; también hizo referencia a ello al momento de hablar en su toma de protesta, sobre la falta de dignificación de los pueblos indígenas, y acabar con la pobreza. Un pensamiento que siempre es olvidado al día siguiente.

Ese famoso discurso inspirador de hace 28 años, lleno de una esperanza frustrada para los mexicanos porque nunca ha llegado. Han pasado diferentes fuerzas políticas en la Presidencia de la República, y México continúa viviendo ese justo reclamo de hombre y mujeres por la arrogancia de quienes aplican y ejercen la justicia en las oficinas gubernamentales. Cada vez dividen más al pueblo marcando diferencia con palabras como pobre, rico, fifí, conservadores, neoliberales, entre otros. Las comunidades indígenas y campo más empobrecidas siguiendo en la espera de la justicia prometida cada vez que hay un cambio de mandatario en México.

Un gobierno federal que se olvida de los jóvenes, Universidades públicas, igualdad de oportunidad para las mujeres, empresarios desmotivados por carencia de estímulos fiscales.

En un resumen México sigue esperando ese cambio en donde continúa viviendo la anarquía, la dictadura, el caudillismo, la simulación política, y la perversión de la demagogia.

Todo ese pensamiento olvidado al que me refiero, es el discurso de Colosio el 6 de marzo de 1994. Después de ese 6 de marzo de haber escuchado el discurso más importante para México, fue traicionado 17 días después, es decir, el miércoles 23 de ese mismo mes fue asesinado Luis Donaldo Colosio Murrieta.

Se trata del único mexicano que tuvo la visión de dar soluciones y no propuestas huecas como las campañas políticas que se escuchan en la actualidad en todo el país donde suelen hacer promesas, pues como dice el dicho «prometer no empobrece».

En aquel discurso del 6 de marzo de 1994, Colosio tuvo la sensibilidad y con una cruda realidad lo que le pasaría al país en caso de no hacer algo desde aquel entonces, dejando puntos fundamentales sobre la mesa que le costó la vida para quienes iban a resultar afectados por los intereses de la avaricia prefiriendo asesinar.

Colosio siempre se refirió a una nueva etapa, una nueva era, en donde en pocas palabras dejaba atrás y enterraba a los dinosaurios priístas, es decir, se requería un cambio de raíz, pues anticipó la derrota del mismo partido antes de que llegara al poder el PAN: «Hoy vivimos en la competencia… para hacerlo se dejan atrás viejas prácticas… un PRI que solo dialogaba consigo mismo y con el gobierno, las de un partido que no tenía que realizar grandes esfuerzos para ganar… hoy no tiene triunfos asegurados, tiene que luchar por ellos…»

Fue el primer candidato del PRI, en busca de la presidencia que supo reconocer que existían errores en el pasado e irresponsabilidad.

Ahí está el discurso de Colosio, que desde 1994 ya le decía al país la existente crisis de  comunidades nativas; agraviándose más con la actual sequía como lo están sufriendo los tarahumaras de la sierra de Chihuahua y, además, sin ir tan lejos tenemos vivo y real un  ejemplo precisamente en Coahuila, en el ejido Morelos, municipio de Múzquiz, donde están “asentados” los mascogos aquellos descendientes africanos que fueron traídos a México y específicamente a Coahuila por los indios Kikapú, que igualmente no tienen alimentos para sus familias y ni tampoco para el ganado que muere por falta de agua y forrajes afectando a una población mayor de las cien mil personas. Pero existen más comunidades que sufren y que por razones desconocidas no se  denuncian  siguiendo en anonimato: «… veo un México de comunidades indígenas, que no pueden esperar más a las exigencias de justicia, de dignidad y de progreso… campesinos que aún no tienen las respuestas que merecen… un campo empobrecido, endeudado…», siguió diciendo en su histórico discurso Colosio Murrieta, antes de ser asesinado en Tijuana.

Un día como el pasado domingo 06 de marzo, pero 28 años atrás ya se veía un país con más desempleo, con menos oportunidades de trabajo para los recién egresados que si en ese tiempo se hubiese hecho algo después de éste discurso, miles de jóvenes se habrían salvado ante la desesperación y desaliento laboral lo que los ha orillado a ser víctimas del crimen organizado enfilándose dentro de los distintos grupos delictivos.

El joven y visionario priísta que aspiraba a ser Presidente de México, Colosio Murrieta, siguió recalcando en su discurso: “… veo un México de trabajadores que no encuentran los empleos ni los salarios que demandan…de jóvenes que enfrentan todos los días la difícil realidad de la falta de empleo, que no siempre tienen a su alcance las oportunidades de educación y de preparación.  Jóvenes que muchas veces se ven orillados a la delincuencia, a la drogadicción…»

Durante todo ese período nunca se hizo nada al respecto habiendo suficiente tiempo como para poder evitar vivir lo que se dejó crecer sin tomar ninguna medida, posiblemente el discurso de Colosio se consideró como exagerado o alarmista restándole importancia, como lo han venido haciendo a la fecha en la lucha por la equidad de géneros, a la falta de oportunidades y burocratismo.

Hace 28 años atrás, alguien ya nos había dicho lo que sucedería si no cambiamos nuestras políticas y formas de gobernar, condenándonos a los problemas sociales por las que pasa el país. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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