Difícil identificar la más ruidosa

Por Guillermo Robles Ramírez
De las 38 ciudades que tiene Coahuila, sean grandes, medianas o chiquitas, es difícil determinar cuál es la más ruidosa. Un problema que se ha dejado crecer en muchas ciudades coahuilenses, ya sea por falta de presupuesto, modorra por parte de la autoridad de ecología municipal o bien hasta una situación que nunca se pensó que rebasaría de las personas que les gusta el ruido. La única verdad lo saben las autoridades municipales o igual ni siquiera se lo han cuestionado.

No se puede ignorar el problema que se vive en la actualidad a la falta de actuación para las personas que hacen caso omiso a la reglamentación de los decibeles, es decir, al exagerado ruido y escandalera que arman con la propaganda que divulgan a todas horas, llevan años durmiendo el sueño de los justos, es decir, no sudan ni se acongojan y mucho menos se preocupan las autoridades, para que los coahuilenses tengan más tranquilidad en su diario vivir.

Una situación en donde cabeceras municipales de Coahuila, no cubren la demanda de reporte de ruidosos, en otras ciudades hacen caso omiso, o simplemente fuera de horario al departamento municipal correcto, y es canalizado a seguridad pública, y esta a su vez argumenta que no les compete sino es al área de ecología.

Esta indiferencia, o complicidad, por parte de los encargados de evitar no exagerar el volumen a través de los equipos de sonido, disfrutan desde hace muchos meses de una rica y exquisita modorra y apatía o carencia de personal en algunos municipios. Una posición muy cómoda para que los ruidosos sigan haciendo de las suyas, es decir, molestando la tranquilidad de los vecinos.

No pasa día sin que el estruendoso ruido de promociones de todo y para todo, de los vehículos en su mayoría improvisados, y con parlantes al máximo volumen, recorran las calles del sector comercial de la ciudad, independientemente de que esos mismos vehículos recorren otros rumbos como en colonias y barrios.

Pero quienes también se unen al gremio de los ruidosos, son aquellos fiesteros que sin importar el día de la semana, y aumentan los viernes y sábados, no les importa el escándalo de música ya sea digital o llevan grupos musicales, mariachis, renta de karaoke, que si bien les va a los vecinos terminan en la madrugada, pero hay quienes duran hasta el amanecer. Sin consideración alguna de respetar a quienes trabajan al día siguiente, enfermos o simplemente un descanso de su día laboral.

A este alboroto hay que agregar los domingos a temprana hora de la mañana en que para abrir alguna carrera pedestre, sus organizadores mandan avanzadas consistentes en vehículos con sonido y música a todo volumen, sin faltar las sirenas de las patrullas de Policía o Vialidad que más que abrir paso a los corredores y deportistas es para atraer la atención de los adormilados vecinos que sin mala intención por parte de las patrullas el sonido de las sirenas obligan a despertar el único día que para la generalidad es, al menos la costumbre, de descanso, ser el único día de la semana que se puede disfrutar y gozar del deleite de las sábanas, del apapacho de la compañera, de recuperarse en parte de la “cruda” y desvelada de los “sábados infernales”.

Y, como si esto fuera poco, debe incluirse en toda esta fiesta y maratón de ruido, las bocinas que muchos negocios comerciales tienen en las puertas de sus negocios con altísimo volumen para ofrecer la mercancía que venden, pues tienen la cultura que haciendo mucho alboroto venden más, lo que es una total mentira.

El respeto al derecho ajeno es la paz, es decir, que el prójimo no tiene por qué aguantar el ensordecedor ruido que causan estos comerciantes que igual su publicidad la hacen gritando de más, así como con la contratación de perifoneo por diversos sectores de la ciudad, o bien a esos vecinos fiesteros. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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