Día de informe presidencial … o de vergüenza nacional

CRISTINA PACHECO,

COLEGA PERIODISTA:

+Es difícil hacer compatibles

la política y la moral

Francis Bacon

El cálculo actual, no oficial de habitantes a partir del Censo Nacional de Población de 2010, según las tendencias del incremento demográfico promedio anual, es de unos 118 millones y fracción de mexicanos, ninguno de los cuales tuvo la oportunidad de escoger en qué país nacer.

Entre esos 118 millones de seres humanos aproximados de personas de las diversas edades y de los diversos sexos que actualmente existimos, más todos los que formaron parte de los cuatro anteriores censos nacionales de población, nadie ha conocido y contado semanalmente historias de tantos como tú lo has hecho durante los últimos 35 años.

35 por 52 equivalen a mil 820 semanas. Si por azares de alguna gripa o cualquiera  otra enfermedad, o por vacaciones u algunas inconveniencias no previstas dejaste de cubrir el espacio de Aquí nos tocó vivir, ese sería el número de mexicanos a quienes has dado un espacio para hablar, por tu conducto, a los demás.

Y si agregamos el Mar de Historias de otro costal de años, bueno, bien podríamos considerar que has sido la cronista de todas las alegrías y tristezas, éxitos y fracasos que a través de esa muestra de entrevistados nos han afectado para bien y para mal a todo el resto de los mexicanos que hemos coexistido con tu carrera periodística.

Eres, pues, un Garbanzo de a Libra para el espacio del programa radiofónico Fórmula Confidencial que dos veces por semana presenta a compatriotas que han hecho algo digno de consideración especial por y para otros como ellos.

Ignoro si te has interesado por los mexicanos que de una u otra forma hemos vivido, soportado, participado y/o nos hemos lamentado por el México de las últimas semanas, una micra en la historia nacional, ciertamente, pero una micra que es una lente por donde ver nuestro pasado y lamentar de antemano el futuro que pudiera estar esperando para hundirnos varios alfileres más de la desventura de un país que debió haber merecido un pasado mejor y pudo estar optimista por un futuro distinto…

Tal vez si entrevistaras a alguno de los policías heridos en la refriega de ayer, o a uno de los maestros que dejaron sin escuela a sus alumnos para venir e reclamar los derechos adicionales a los de cualquier mexicano común que  les proporcionaron sus dirigentes; si a cualquiera de ellos, o de los anarcos embozados que tiraron piedras o bombas molotov contra los guardianes del orden público; o de los políticos que participaron en las iniciativas de ley culpables de todo el escándalo  de las últimas semanas en esta capital nacional; si tal vez los convirtieras en otros tantos de tus entrevistados semanales, no dudo que lograrías una visión adicional muy importante de este país que tampoco escogió, él, ser lo que es y como es, sino un fruto bueno para unos, injusto e incomprensivo para otros, los más y quizás, sobre todo, un país triste porque cuando lo crearon, hace ya más de dos siglos, seguramente tuvo la idea de ser totalmente diferente.

En política, casi siempre la constante principal ha sido el descontento. Miremos a otros lugares del planeta y podremos constatarlo así. Cada país tiene sus costumbres y el nuestro se creó hace muchos años la de que sus gobernantes dieran-cuenta-precisa-y-cabal del trabajo realizado para sus compatriotas durante el año inmediato anterior… Durante la mayor parte del siglo pasado, para no hacer más largo este cuento, el primer día de septiembre fue de jolgorio porque el mandatario en turno entregaba su cuerno anual de abundancia para tanto pobre que ya existía. Pero llegó un momento en que esa costumbre fue desmoronada y se nos convirtió en un día de odios y rencores que nadie aún parece tener capacidad de modificar, si no volviendo al día del Señor Presidente, al menos en un día de hacer cuentas y con ellas un balance preciso, objetivo y real de lo que el país avanzó o se frenó o de plano se detuvo y que cada uno de nosotros se preguntara qué hizo o dejó de hacer para llegar a esa rendición de cuentas, el Señor Presidente por delante…

Lo que ayer vivimos, Cristina, merece formar parte de varios Aquí nos tocó vivir como también de otros tantos Mares de historias de tu agenda próxima…

Necesitamos saber, pero con la visión de los actores, lo que se necesita hacer para ser, de una parte, como muchos fuera de nuestras fronteras nos consideran pero nosotros nos aferramos en contradecir; para entender por qué nos negamos a aspirar a ser una Nación con todas las de la ley y sentarnos con voluntad constructiva a mentarnos la madre si es necesario, si luego logramos entendernos y entender a todos los demás que solo quieren que México sea un país honesto, decente, justo, compartido, digno de ser amado por aquellos a los que aquí nos tocó vivir…

lmendivil@delfos.com.mx, m760531@hotmail.com

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