Desorden del amor de Claudia
Por Arturo Ríos Ruiz
* Pero con suerte en la política
* De Bejarano y ligas, candidata
El matrimonio de Claudia Sheinbaum y Carlos Ímaz se conocieron en la UNAM durante el movimiento estudiantil del CEU en 1986 y se casaron al año siguiente.
Carlos Ímaz Gispert con Claudia Sheinbaum crearon a los hijos de la aspirante: Rodrigo de una anterior relación de ella, y Mariana Ímaz, él, era figura del PRD y como jefe delegacional en Tlalpan en 2004, ocurrieron los videoescándalos que Xóchitl le recordó en el debate pasado.
El entonces esposo de Sheinbaum recibía 350 mil pesos en efectivo manos de Carlos Ahumada, que, después entregó a René Bejarano, entonces secretario particular aquel jefe de Gobierno del DF, Andrés Manuel López Obrador.
Ese detalle borró de la política pública a Bejarano y a Imaz, aunque, el primero, se conoce que desde las sombras opera y salpicó a su entonces poderosa esposa Dolores Padierna que tenían como coto la Delegación, Alcaldía Cuauhtémoc y Ricardo Monreal, se las arrebató.
Bejarano era secretario particular de López Obrador en el Gobierno de la capital, lo entrevistó Broso, que entonces era aliado de AMLO y su movimiento, Víctor Trujillo, a regaños reprendió a René del porqué, recibió tanto dinero.
La suma iba a ser destinada, supuestamente, a campañas políticas del PRD, al que pertenecían entonces, presuntamente a cambio de contratos en obra pública y nombramientos de funcionarios en la Ciudad de México. René declaró, en esa ocasión, que el dinero lo había recibido por órdenes de Rosario Robles, quien dirigió al PRD de 2002 a 2003, para financiar campañas del partido.
Recordemos que, días antes de darse a conocer este video, Gustavo Ponce, entonces secretario de Finanzas de la Ciudad de México con López Obrador, también fue protagonista de otro video apostando en naipes en el casino Bellagio, en Las Vegas, Nevada. Con dinero del movimiento mitigaba sus juegos de azar.
Así ha operado el actual presidente, ese patrón, se inició con la conformación de Morena y una prueba más, fue Delfina Gómez, pillada que, como alcaldesa de Texcoco, descontaba de la nómina oficial de los trabajadores, una cuota delictiva, pues confesó procaz que, la destinaba a su partido Morena.
Hay un dato sumamente delicado, expuesto en el libro de la periodista Anabel Hernández, en que relata que, cuando ‘El Grande’ un narcotraficante, supo que AMLO y otros, llegaron al hotel El Campestre, se trasladó al inmueble con su cuerpo de seguridad de 15 sujetos armados a bordo de cuatro camionetas.
Que entró en una habitación de la planta baja con una maleta que ocultaba los 500 mil dólares. Antes de entregar el dinero, ‘El Grande’ le dijo a AMLO que se trataba de un “regalo” que le mandaba Arturo Beltrán Leyva para que “todo saliera bien”, gesto que el tabasqueño agradeció.
El presidente ha sabido sortear los señalamientos que se ha presentado a lo largo de su gestión, incluyendo los de su pasado, copado de ejemplos de asuntos escabrosos que ha vivido en su carrera hacia el alto poder del país.
rrrart2000@hotmail.com y Facebook
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