Guillermo Robles Ramírez

Desinterés o complicidad

Por Guillermo Robles Ramírez

Ante una Auditoria Superior del Estado pasiva, indolente y pasalón, sobran los comentarios ciudadanos que se preguntan sobre la ausencia de medidas drásticas y definitivas para los ayuntamientos que no rinden cuentas, además de claras, oportunamente.

Hay en Coahuila, municipios que además de demorar en demasía su rendición de cuentas, cuando lo hacen los números van más que chuecos, los conceptos desviados y en una gran parte de los casos, con faltantes o “mordidas” que les dan a esos recursos, aprovechando la apatía e indiferencia de la Auditoria.

Aunque la Auditor Superior del Estado de Coahuila, afirma que su autoridad no llega muy lejos, y que nada puede hacer contra los ayuntamientos morosos; y puede que tenga razón, sin embargo, sucede justo lo mismo que no hace nada cuando se detectan y comprueban no solo desvíos y faltantes, sino viles fraudes y abusos de confianza cuando con todas las ventajas de la ley, los ayuntamientos encubren en primera instancia el mal uso de los recursos públicos.

Los mexicanos, sin estar exentos los coahuilenses, por naturaleza y porque de siempre lo hemos sido, tenemos mucha tendencia y afecto a imitar hasta lo que no, empero, en muchas de las cosas con la falta de actuación y la no denuncia, nos convertimos en cómplices.

Cuando queremos y generalmente es cuando nos conviene, volteamos los ojos hacia el vecino que bien puede ser un país cercano o lejano.

El gobierno español para poner freno y un hasta aquí a esos retrasos o demoras deliberadas de entregar y rendir cuentas de los dineros que reciben de su gobierno inmediato, no se anda con reos y lo primero que hace contra los incumplidos, les suspende las siguientes entregas de participaciones.

El gobierno inmediato de los municipios españoles, envía a éstos el 25 por ciento de lo que recaudan en esos lugares y si bien es cierto que esa cantidad no representa el gasto total de esas comunidades ibéricas, sí son de importancia al grado de que en la primera ocasión que se retuvieron esos recursos públicos, hubo comunidades donde no tuvieron para pagar a buena parte de sus empleados y funcionarios, mientras que en otras se parcializaron las actividades primarias de la ciudad como son barrido de calles, atención a lugares públicos y obras comunitarias.

Esta retención de impuestos que las autoridades centrales han advertido y aclarado, es simplemente una medida de presión para que se cumpla en tiempo y forma sobre la rendición de cuentas de los dineros que reciben, causó al inició de su implementación o aplicación, desconcierto y malestar, aunque a final de cuentas los munícipes se suman cada vez más a informar oportunamente sobre la canalización de esos fondos, particularmente a donde se destinaron, qué se hicieron con ellos, etc.

¿Porqué no imitar a los vecinos? También tenemos otro ejemplo; en los Estados Unidos, no se andan con rodeos ni lo piensan mucho, dinero que no se informa en las fechas marcadas, de inmediato se abren averiguaciones.

Peor es cuando falta dinero, pues de inmediato llega la patrulla del sheriff y da para adentro, no de la patrulla, sino de la cárcel, a quien se atrevió a cometer un agravio en los impuestos de todos.

¿Qué no se le ocurre nada a la Auditoría Superior del Estado, para que los ayuntamientos sean más responsables y sobretodo, cumplan con su obligación de ser puntuales en su rendición del destino del dinero que reciben del Estado y “Federación”? en el supuesto caso que éste último envíe dinero en tiempo y forma.

¿No será plan con maña para que sus cuentas se revisen dos y hasta tres años después de que concluyó su administración?

¿Faltará decisión y pantalones al director de la Auditoría Superior del Estado o su función es solo “palomear” lo que informan los ayuntamientos?.  ¿Acaso será en definitiva desinterés o complicidad? (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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