¿Desintegración o nuevos valores?

Por Guillermo Robles Ramírez

El país está pasando por un mundo de transformaciones y cambios, ésto dependiendo de la manera de gobernar a México, los Estados que lo integran políticos, religiones, tecnología, economía, etc.

Ante esa constante variación, pero sobre todo cuando esas alteraciones que los mexicanos están sufriendo durante más de una década, se han convertido ya en una descomposición social, desde el momento que la misma sociedad ya lo empieza a aceptar como algo cotidiano y aprendiendo a vivir con ello.

Mientras tanto, muchas de nuestras autoridades tocan estas mismas descomposiciones sociales como algo superficial, pero sin resultados contundentes, como el tema de la inseguridad que existe en todo país, en específico la lucha contra el crimen organizado en cada una de sus categorías como el narcotráfico, lavado de dinero, secuestro, extorsión, trata de blancas y explotación sexual infantil, entre otros.

Pero sin darnos cuenta, también ha crecido entre nosotros, otros tipos de descomposiciones sociales que fueron creciendo de manera silenciosa, que cuando menos nos dimos cuenta de ello, ahora son representadas en estadísticas que están también golpeando el núcleo familiar acabando con la tranquilidad y armonía de los hogares.

La igualdad de género trajo consigo mismo más cosas positivas que negativas, sin embargo, éstas pocas empiezan a afectar directamente dentro del núcleo familiar, como es la infidelidad de las mujeres hacia los hombres.

Hace décadas se tenía pensado que el concepto de infidelidad era uso exclusivo de los hombres y que no existía dentro del diccionario de las mujeres, pero el caso es que no, y cada vez nuevas estadísticas están superando lo que antes se consideraba como un defecto de los varones, como una equidad en las mujeres.

En la Procuraduría de la Familia del Estado de Coahuila, en el 2013, tenía registrado que el municipio de Castaños, había superado las cifras donde se establece que las mujeres son más infieles que los hombres. No obstante, ésta cabecera municipal no había sido la única porque también le seguía Saltillo, Torreón y Piedras Negras. Y aunque dudo mucho que si estas cifras se actualizarán bajara la infidelidad de las mujeres, hacia los hombres y también de su propio sexo, es decir, entre mujeres; sería pecar de inocente, y lo más probable es que la cifra aumente.

Pero lo que no ha cambiado es que esta incidencia se da más entre matrimonios o parejas jóvenes que ante ésta nueva descomposición social está llegando sin previo aviso no solo para esos nuevos hogares, sino que también para los familiares de las mismas que al no saber qué hacer buscan una justificación o explicación para mantener integrado a esta juventud, pero la realidad es que no saben qué hacer.

Ante estas infidelidades de las mujeres sus motivos son muy variantes, empero, la mayoría de sus razones son manejadas con nuevos conceptos como la recompensa por ser poco apreciadas como esposas y madres. Pero a diferencia de los hombres, ellas se involucran más emocionalmente en éstas relaciones adulterinas deseosas de probar amistades para determinar si hacen mejores relaciones que su situación actual, buscando una alma gemela potencial.

Se podría pensar que se tratara todo sobre el sexo, aunque ésta no siempre es la razón del engaño a los hombres, sino que es la falta de algo. Lo que no es tan simple es definirlo que es lo que falta, porque muchas de ellas están buscando algo que perdieron cuando eran niñas, otros en la juventud perdida y otras porque están hartas de la perfección.

Lo que sí es un hecho que ante estos cambios que se han convertido tan cotidiano, o repetidamente, que la misma sociedad lo ha normalizado, y ha dejado de ser una descomposición social, sino ahora es bien visto, normal y aceptado socialmente sin ningún pudor. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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