Desafío: Recuerdos del 71

*Memoria Perdida
*Recuerdos del 71
Por Rafael Loret de Mola


¿Dónde estaba Andrés Manuel el 2 de octubre de 1968? Estudiaba la prepa en Villahermosa, Tabasco, en donde también ayudaba a sus padres en los almacenes «Novedades Andrés», expendedores de ropa y zapatos, propiedad de la familia y fundada unos años atrás cuando los López Obrador emigraron a la capital de la entidad desde Tepetitán, Macuspana, donde nació el hoy presidente de la República.

Ocho años después, en 1976, a los veintitrés años, el joven Andrés Manuel se afilió al PRI desajenándose de la masacre de Tlatelolco cuando aún gobernaba Echeverría, uno de los grandes responsables de la barbarie, tanto de 1968 como de 1971 -el Jueves de Corpus-. Y en este partido se mantuvo hasta 1988 cuando se dio la caída del sistema que pulverizó las esperanzas democráticas del país de la mano de Manuel Bartlett, entonces secretario de Gobernación y como tal presidente del Consejo Electoral.

Cuando tal ocurrió, el tabasqueño ya era miembro del Frente Democrático Nacional cuya cabeza era el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y por ésta razón no pudo sin responder que sí le hubiese agradado la llegada de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en la cara de quien lo agravió políticamente, Manuel Bartlett, nacido en Puebla por casualidad e hijo de un ex gobernador tabasqueño, Manuel Bartlett Bautista quien salió vestido de mujer de Villahermosa ara eludir así una trifulca de estudiantes –por las tarifas especiales de los autobuses-, para luego renunciar al cargo desde la capital del país. La genética descubre a los peores.

Cabe decir que la afiliación priista de Andrés se debió a la invitación que le hizo el poeta Carlos Pellicer Cámara para que coordinara su campaña política para senador de la República. El intelectual, brillante y homosexual –condición que nunca negó a pesar de las asperezas de aquellos tiempos y los desaires de otros que lo eran también pero en el clóset-, formó a López Obrador en la doctrina del partido otrora invencible hasta que, poco a poco, como favorito de su maestro, escaló peldaños hasta convertirse, nada menos, en el presidente del instituto en Tabasco.

Lo extraño, insisto, es que tal ocurrió bajo el régimen del opresor Echeverría, responsable directo de las matanzas de Tlatelolco y el Jueves de Corpus, mientras que su separación del partido tricolor se dio en 1988, al calor del Frente Democrático Nacional, al que asfixió y persiguió Bartlett, culpable de la peor afrenta antidemocrática desde la imposición de Pascual Ortiz Rubio en 1930, el célebre “nopalitos” así llamado injustamente porque fue su administración la que dio origen, a iniciativa del diputado Genaro Estrada, a la Doctrina Estrada que consolida la autodeterminación de los pueblos; ahora sólo quedan rastrojos de ella.

El caso es que los vientos cambiaron y Andrés Manuel, quien poco habla de las matanzas de 1968 y 1971, pasó a convertirse en el icono de muchos que, acaso, no conocen sus orígenes.

La Anécdota

Los exaltados me preguntan dónde estaba yo el 2 de octubre de 1968. Lo explico: cursaba el primero de Prepa en el CUM y me sumé a alguna de las manifestaciones a mis 15 años casi 16.

El 2 estaba fuera de la CDMX, en Mérida, porque la Prepa cerró en esos días y fui a visitar a mis padres. Luego estuve, eso sí, en la represión del 10 de junio de 1971 aunque mi padre no lo aprobara en su condición de gobernador de Yucatán. Tenía entonces 18 años -cumplí los 19 en octubre-, y en esos tiempos la mayoría de edad comenzaba a los 21. Y me corretearon los «halcones» hasta que pude encontrar refugio en una casona en las calles de Bucareli.

A varios de mis compañeros de entonces, heridos, los remataron en la Cruz Roja. Siempre he tenido ese espíritu rebelde que todavía tengo que mencionar a estas alturas de mi vida a causa de quienes insisten en descalificarrme. Punto.


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