Desafío

Desafío: Presidente Farsante

· Presidente Farsante
· No es sólo Molestia
· El Arte no es Borra

Así que el PRI con dirigentes desconocidos e insulsos, como Enrique Ochoa Reza –ya les diré su árbol genealógico en mi próximo libro-, se constituye, desde ahora, en la espada vengadora al servicio del señor peña nieto, uno de los mandatarios, sin duda de ninguna especie, más repudiados por sus gobernados quienes, además, tienen motivos de sobra para exigir su inmediata salida de Los Pinos, a menos que permanezca en la casona como parte de la servidumbre; y ni así porque las acusaciones en su contra son tan graves que no ha lugar al perdón.

La secretaria general priísta, otra de las estrategas señaladas para hacer perder a su partido –en la misma línea de 2000 con un zedillo apocado y traidor pero al servicio de las multinacionales y, por ende, del gobierno de Washington-, Carolina Monroy del Mazo –bien oculta su segundo apellido para evitar preguntas sobre su cercano parentesco con peña nieto-, sobrina de Alfredo del Mazo González, presidenciable en la etapa delamadridiana y quien cayó bajo los arrestos de carlos salinas, está dispuesta a replicar todo señalamiento, ofensa o crítica dirigida a peña nieto y aseguró formar parte de un “ejército” dispuesto a defenderlo de las atrocidades de la democracia, como el de la libre expresión en la etapa de mayor madurez de la sociedad mexicana. Cuando menos esto ha sido positivo.

La señora Monroy, dentro de sus sueños, quiere conducirse hacia la candidatura del Estado de México con la intención de volverla gregaria como ha sucedido ya en varias entidades del país, Oaxaca de los Murat, Puebla de los Moreno Valle, Michoacán de los Cárdenas, Guerrero de los Figueroa, Veracruz de los Alemán y sus sucedáneos trogloditas, y Quintana Roo de los Borge y de los Joaquín, etcétera. Un mundo político feliz.

La señora Monroy está muy lejos de esta posibilidad salvo si se da una imposición familiar desde la residencia secular de los mandatarios federales muy capaces de formar líos en las entidades y sacar las manos de inmediato sacrificando la estabilidad de las mismas por sus obsesiones y caprichos. Pregúntenles a los maestros –quienes sí lo son- de Chiapas, Oaxaca, Michoacán y una decena de entidades más y sabrán de lo que hablo: entre ellos y las autoridades de Educación, encabezadas por el turbio Aurelio Nuño Mayer, se encuentran las estructuras estatales a las que hacen pedazos como recipiendarias del odio popular; mientras, los responsables del caos se mofan manipulando a la opinión pública al señalar a los mentores en lucha como meros vándalos al servicio de bastardos intereses. Así pensaba, igualito, gustavo díaz ordaz.

Y algo han conseguido de la mano de los empresarios que se dicen afectados, y lo han sido, por los bloqueos y manifestaciones constantes sin medir, claro está, el verdadero origen del problema: la obcecación de peña y nuño por imponer una reforma sin otro sentido que el de intentar controlar al gremio usando las plazas para favorecer a los sumisos y extirpar a los rebeldes. Ustedes, amables lectores, que tanto cuestionan al gobierno peñista debieran igualmente entender sus maniobras para imponerse a rajatabla sobre la sociedad mexicana.

Desde luego, quien miente una vez lo hace siempre. Es una regla que puede corroborarse a diario cuando, por desgracia, los mexicanos optan por el silencio ante el temor de perder empleos y comodidades –quienes las tienen-, o simplemente por creer que si alzan las manos serán arrojados a la fosa de los leones. No es así, insisto, cuando el colectivo se une y no está dispuesto a seguir soportando manipulaciones y golpes bajos. Esto es exactamente lo que está pasando ahora.

Tenemos enfrente a un mandatario federal poco preparado para gobernar –lo mismo que los últimos tres ex presidentes-, soberbio, enfermo –aunque la quimioterapia le esté resultado bien-, y dispuesto a seguir manchándose las manos. Y, por otra parte, sus defensores insisten en lanzar advertencias contra quienes deberían ser estimulados para desarrollarse y no sólo para hacerla de soldados virtuales en defensa del mal más corrosivo de la vida institucional: el presidencialismo; en la actualidad, además, fundido con la partidocracia en un escenario asfixiante.

El señor peña, repudiado por entre ocho y nueve de cada diez mexicanos –la imprecisión tiene que ver con las constantes fluctuaciones de la ciudadanía, bombardeada por los misiles de la ignorancia-, no ha entendido que su mandato ya no es legítimo por ello; no debiera serlo en una sociedad democrática, en serio, en donde la voz del mandante, el pueblo mismo, imperara sobre las decisiones de elite. Si fuera así, naturalmente, ninguna de sus reformas aterrizaría en medio del caos provocado por las mismas. Pero, las imposiciones tienen, siempre, una reacción diferente al aplauso fácil o a la actitud lacayuna de los incondicionales, en su caso, cada vez menos ante la creciente indignación.

Y en este contexto apareció una nueva denuncia periodística, incontrovertible y atinada: peña plagió su tesis profesional desde la transcripción de varios autores, sobre todo el ex presidente miguel de la madrid, tío de su esposa, la “gaviota” de las alas sucias, y algunos historiadores reconocidos. La respuesta de la Presidencia fue todavía más torpe: no puede juzgarse al mandatario por actos de hace veinticinco años y por errores como no entrecomillar los textos robados desde ensayos tomados fuera de contextos. Una simple y llana imbecilidad ante las pruebas irrefutables ofrecidas por el equipo de Carmen Aristegui, una vez más amenazada.

Existen antecedentes. El “doctor” Fausto Alzati Araujo, designado secretario de Educación por ernesto zedillo, sólo pudo sostenerse mes y medio en el cargo al serle descubierto que su hoja académica era tan falsa como un billete de dos pesos. La Universidad de Harvrad insistió en que no había cumplido con los trámites y requisitos para alcanzar el título de doctor y ello fue suficiente para que sufriera una degradación pública, en enero de 1995, en plena tormenta en la cúpula del poder.

Otro caso es el del ex gobernador de Chiapas, el sátrapa Pablo Salazar Mendiguchía, controlador de sectas protestantes y uno de los personajes más turbios de la historia reciente del país, cuyo título profesional nunca fue emitido por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. El sujeto pretendió luchar a contracorriente de los hechos y, con la fuerza que emana del poder, se sostuvo en la gubernatura pretendiendo minimizar los hechos; pero el estigma le acompaña hasta hoy y no se olvida.

También en Alemania fue retirado el Ministro de la Defensa y en Hungría un presidente, Pál Schmitt, debió renunciar en 2012 al cargo al descubrirse que habían plagiado sus tesis profesionales como se demostró, recientemente, en el caso del “defendido” señor peña nieto quien, al conocer que sería exhibido, lanzó a su testaferro, Carolina en este caso –otra vez, bajo las faldas, para no ser él quien diera la cara como cuando Angélica se inculpó en el turbio escándalo de las casas blancas-, para defender lo indefendible.

Ya no hay salidas para peña: es un mentiroso, además de otros señalamientos justamente imputados. Y, como tal, no es confiable. Debería irse, claro, para salvar un poco de la dignidad perdida. No tiene posibilidad alguna de vindicarse ante una ciudadanía ofendida y afrentada por la fabricación de un mandatario, repito, enfermo e ignorante, como lo ha demostrado en infinidad de ocasiones. Los farsantes tienen un sitio definido; los políticos, también. Y peña ya está en el basurero de la historia.

Cuando peña se vaya puede hacerlo de dos maneras: esperar que sus decisiones equivocadas cubran de sangre el país; o intentar salvar un poco de la dignidad extraviada dejando la Presidencia ya mismo. Él debe tomar la decisión… o la ciudadanía acabará por hacerlo.

Debate

Sí, hay molestias. La propaganda oficial ha sido tan efectiva que ahora se identifica a quienes manifiestan su inconformidad por el estado de cosas como vándalos, irresponsables, listos sólo a destruir cuanto encuentren a su paso; y éstos son, en el colmo del cinismo, los representantes de un gobierno manipulador y represor por antonomasia. Hay que decirlo así para hacer entender las razones por las cuales se producen las incesantes manifestaciones antes de juzgar a quienes las realizan por “ociosos”, “flojos” y “desobligados”.

Hace una semana estuve en Tuxtla Gutiérrez, a invitación de la Logia Domingo Chanona, y tuve unos minutos libres que dediqué a dialogar con los maestros –quienes sí lo son, al contrario de cuanto esgrime la argumentación falaz-, en plantón sobre la Avenida Central. Me anunciaron que, a partir del lunes pasado, como sucedió, tomarían medidas mayores para exigir, de plano, la cabeza de Aurelio Nuño, el insensible impostor quien está listo a “usar la fuerza” porque no tiene cabeza sino para eso.

No ha existido, en el gobierno de la República, la menor intención de resolver el conflicto por la vía correcta, la del diálogo, con ánimo de ceder y no de imponer, a rajatabla, las decisiones tomadas en petí comité en donde el presidente actúa como si fuera una marioneta de Luis Videgaray Caso y del propio Nuño. Es muy duro decirlo, pero desde hace tiempo el mandatario perdió su autoridad moral y su calidad política; y de ello se han aprovechado algunos miembros del gabinete.

Por ello se recrudecen los rumores sobre cambios en el equipo de colaboradores cercanos. De éstos surgirá, sin duda, el iluso candidato presidencial de un PRI destazado, hundido y muerto.

La Anécdota

Hace sesenta y nueve años murió, en Linares, Manuel Rodríguez Sánchez, “Manolete”, y su recuerdo, entre millones de personas, es imperecedero. Lo digo a una semana de que se extinguió la flama olímpica –con un resultado para México rescatado en el último día de competencias con tres medallitas-, y se habló de que todo es efímero, una sentencia que, de modo alguno, alcanza al arte verdadero.

Ni la Capilla Sixtina ni las grandes obras de Grecia y Roma han pasado. Tampoco cuanto se canta por los juglares de la vida en torno a las pasiones y aficiones. Por eso hoy, millones recuerdan al “Monstruo” de Córdoba dentro de una sociedad caótica en donde el culto a los animales crece a cambio de degradar la grandeza humana.

 

Por favor, entiéndalo señor peña: su sexenio ya es fallido.
Váyase antes de que México sea, también, en sus manos, un estado igualmente fallido.
Siquiera evite que caigamos en el abismo.
Tendrá que responder por ello más temprano que tarde.

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