Desafío: Los Tesoros de AMLO
- Los Tesoros de AMLO
- Pérdida de Dignidad
Por Rafael Loret de Mola
La radicalización del país va tomando un curso inexorable hacia la parálisis y la violencia que la genera. Ya no se trata solo de los embates de los grupos criminales sino de la verborrea de un mandante-mandatario que, cada día y así durante varios años ya, crispa a sus adversarios, los injuria y descalifica provocando así el rencor y la furia de sus incondicionales –aunque algunos pertenezcan a la pequeña burguesía definida por Karl Marx-, quienes desearían ser los únicos mexicanos con derechos menoscabando a los demás.
Me recuerda ello a la célebre sentencia del infame gallego Franco, al fin sepultado fuera del monumental Valle de los Caídos como simbólico reacomodo de la historia de España, quien sin rubor llegó a decir:
–Si para que haya paz en mi país es necesario pasar por encima de la mitad de los españoles… ¡lo haremos!
Derechista al punto de legarle una incierta monarquía a los hispanos –con los viejos republicanos todavía sometidos al esquema-, el “caudillo” nacido en El Ferrol es muy parecido en cuanto a las conductas de AMLO a quienes sitúan en la izquierda –la bolivariana se entiende aunque el libertador no tiene vela en este entierro-, sus mismos adoradores, cada vez se iguala a los peores tiranos de la derecha como el citado chaparrón ibérico –como el jamón- de la vocecita afeminada.
Pregunta a quienes creen todavía en Andrés y sus fechorías verbales:
1.- ¿Es un jefe de Estado aquel que insta al rencor entre sus gobernados al punto de pretender, consciente o no, a una guerra civil sencillamente ajena a los intereses del colectivo?
2.- ¿Tiene autoridad moral el sujeto que alega en favor de los criminales, narcos sobre todo –sus pretensos aliados-, y fustiga los periodistas y medios cuestionadores además de un sector de empresarios no afines?
3.- ¿Puede tolerarse, en este tercer milenio, que de forma desequilibrante el presidente de una nación arremeta contra el “aspiracionismo” –esto es el deseo de superarse- de una clase media que conforman el 40 por ciento de sus gobernados?
4.- ¿Es aceptable que un líder, quien asegura velar por los pobres en primera instancia, los empobrezca más y les extienda limosnas de tres mil pesos bimestrales con afanes netamente electoreros para luego felicitarse porque las remesas de los llamados “indocumentados” aumentan más que los ingresos petroleros y consolide así la economía de la miseria?
5.- ¿Puede pasar desapercibido un titular del Ejecutivo que viola la ley electoral, asumiéndolo con cinismo, retando al árbitro comicial abierta y cínicamente luego de intervenir suciamente en las campañas proselitistas?
6.- ¿Puede decirse demócrata el gobernante que impone violaciones a la Constitución –para prorrogar su mandato, por ejemplo-, disfrazándolas de justas cuando él juró defender y “hacer guardar” la propia Carta Magna?
7.- ¿Qué merece el presidente dispuesto a tratar bien a los narcotraficantes –abrazos y besos- conminándolos a “portarse bien” aunque con la única sanción, si no lo hicieran, de “acusarlos con sus mamacitas”?
Si usted no puede responder a favor las preguntas suscritas NO debe seguir favoreciendo al farsante que ha dilapidado la confianza general y “ha pisoteado nuestros derechos y nuestros civismo”, como decía el “burgués” Madero sobre el dictador Díaz Mori en su célebre obra “La Sucesión Presidencial en 1910”.
Todo mexicano que se niegue a abrir los ojos es potencialmente un traidor a su patria.
La Anécdota
¿Cuándo perdió su dignidad y cualquier resquicio de autoridad moral el señor López Obrador? Tenemos una fecha precisa: el 17 de octubre de 2019 cuando ordenó la liberación del “poderoso” hijo de “El Chapo”, Ovidio Guzmán López, tras una trifulca –operativo le llamaron- en pleno corazón de Culiacán, Sinaloa, una entidad sepultada por el narco y en donde, claro, ganó el aspirante a gobernador de MORENA, Rubén Rocha Moya, antiguo entenado de Peña Nieto, y fue reelecto como alcalde de la capital Jesús Estrada Ferreiro a pesar de que las apuestas corrían en su contra incluso después de los resultados del PREP.
En tierra de narcos sólo hay un rey: AMLO. ¡Y quién lo dude que le pregunte a Ismael “El Mayo” Zambada!
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1 thought on “Desafío: Los Tesoros de AMLO”
No es más que la pura verdad, qué ven los ancianos muertos de hambre que lo siguen
Y no es más que el antiguo método de los priistas solo que el lo hace bajo su ⚖