Desafío

*Marihuana, Muerte
*Debate Democrático
*La Moderna Ciudad
Por Rafael Loret de Mola

Dicen que es hora de debatir sobre los grandes temas. Malo que uno de quienes protagonizaron la escalada fuese Vicente Fox, el degradado, adicto al poder y al Prozac como fórmula para equilibrarse emocionalmente, pretendido empresario de la cannabis con la inútil pretensión de arrebatarle el “mercado” a “El Chapo”:
–Se trata –dijo- de que el dinero mal habido por “El Chapo” pase a manos de los empresarios –como él-.
Una filosofía, digamos, de nacionalismo chabacano, si otro sustento que no alejarse de las candilejas y pretender dar las ideas que no puso en marcha cuando cubrió la gestión presidencial. Lo mismo que sus predecesores y sucesores, empeñados en ganar tiempo sin menoscabo de su alta jerarquía y resguardados en los búnkers presidenciales, como los avestruces, bajo el suelo. Vicente quiere seguir en la palestra, sin importar el cómo, con tal de ganar una historia que ya no es suya… como sí lo es la de Juárez, con quien el iluso pretendió compararse sin poder lamerle las suelas, quien salvó la integridad de la República y cimentó las bases de la soberanía nacional. ¿Puede haber símil posible?
Todavía estamos esperando dos actos de desagravio que, de tener gobierno, hubieran producido la reacción de distintos cuadros de poder bajo la hegemonía priísta; ahora estamos en una época de indefiniciones en donde cuentan más las crónicas rosas sobre la salud del presidente Peña que el análisis serio sobre su realidad política. (Sigue circulando, y con buen pie, “Despeñadero”; hoy aparece la segunda edición a una semana de haberse puesto a la venta. Gracias por permitirme el comercial):
El primero tiene que ver con la agreste protesta del grupo Green Pace que, de manera por demás insolente, trepó por el asta bandera del zócalo y colocó una manta de protesta en contra de las políticas sobre el maíz transgénico, que aumentaría las disposiciones de esta gramínea en forma importante e inmediata aunque los métodos no sean acordes don el lento devenir de la naturaleza. ¿Qué hacer, entonces, cuando la ciencia, movida por la inteligencia de los seres humanos, va más rápidamente que los ciclos naturales?¿Sencillamente desterrarla, como lo hacían los “torquemadas” de la Inquisición –algunos la nombran “santa”-, conduciendo a la hoguera a quienes, estudiando mucho, llegaron a la superación de inercias y tabúes, haciendo rendir más nuestra tierra?¿Es válida esta argucia con un enorme caudal de demagogia?
Pero lo peor vino después. Green Pace –temida por sus reacciones con ecos internacionales para colmo-, tomó la ciudad de México –a eso equivale a izar un pendón distinto al lábaro patrio en el Zócalo, nada menos-, y se creyó con derecho a afrentarnos a todos desde la capacidad alpinista de una media docena de fanáticos y un pequeño grupúsculo de mirones, entre ellos algunos disidentes magisteriales del CNTE apostados allí como si estuvieran en un hotelucho de paso y sin esperanzas de soluciones –esto es lo más grave- a sabiendas de sus escasas potencialidades.
Sea o no positiva la causa –estoy seguro de que no pocos de mis lectores simpatizarán con ella y con cuanto hacen los ecologistas aunque les falle la congruencia-, el agravio fue monumental…como el asta. ¿Y hubo alguna voz, acaso, que clamara, por homenajear a nuestra enseña y desdeñar a la manta pintarrajeada? Ni una sola, entre los legisladores; ni uno solo entre quienes forman parte del gabinete. La nuestra se alzó pero, al parecer, la tinta no fue suficiente, ni siquiera la poderosa arma de Internet en donde ahora me refugio, a falta de trincheras equilibradas para contender con las fuerzas del poder envilecido, para detener la oleada de cursilerías y los apotegmas que todos dan por hecho sin ponerse siquiera a investigar cuáles son las intenciones que guían a los subversivos con disfraz de organización no gubernamental con espacios multinacionales.
¿No creerán en nuestra inteligencia?¿A quiénes les conviene que México, pese a su riqueza natural, siga importando granos básicos a pesar de una falsa, supuesta autosuficiencia anunciada desde los días de Salinas en el poder? Vamos, por tanto, atando cabos sueltos y nos daremos cuenta, a perfección, de los intereses anglosajones detrás, además de los conjuros de las transnacionales y sus prestanombres mexicanos, listos a hincarles el diente a la soberanía y dignidad nacionales?
¿No será Fox uno de ellos? Es muy posible desde la perspectiva de sus afanes. Segunda afrenta contra México: situarse él en un plano semejante al Benemérito, escupiendo sobre el rastro de la historia y la grandeza, sin par, del enorme indio zapoteca capaz de trocar su vida por la soberanía y el futuro de su patria. Cuántos, como él, no anclados en el poder, ni enfermos por éste, sin dispuestos a morir, como sucedió, con las armas de la razón en la mano, defendiendo cuanto no es ahora entrañable: libertad, sobre todo, y un estado de derecho… ahora en riesgo por quienes, desesperados como el tuerto de San Cristóbal –con tantos rasgos con el barbado enajenado de Miramar; recuérdese la antigua apariencia de Fox y Diego Fernández de Cevallos, quienes exhibieron luengas y aristocráticas barbas en sus primeros años de “lucha”, acaso para intentar redimir a los desnacionalizados que viajaron a Francia y Austria en busca de un monarca de sangre azul, perteneciente a los Habsburgo –los dueños del mundo entonces-, y “regalarles”, de hecho, cuanto había sobre territorio nacional. Esa infame acción jamás podrá ser borrada… aunque los mismos logren traerse el cadáver de Don Porfirio desde su tumba-aposento de Mont-Parnasse, en París, cien años después d su destierro, vencido por la sangre vertida por su causa y en pleno auge de las empresas mineras y petroleras en manos de ingleses y franceses, europeos en general.
Por lo antes suscrito se le reverenció allá a pesar de haber comandado el ataque del ejército francés en Puebla, el 2 de abril de 1867 aunque también participó en la batalla del 5 de mayo de 1862, esto es cinco años antes y con el carruaje de Juárez en fase itinerante hasta su llegada triunfal a México luego de lograr que permaneciera intacta la nación mexicana-, incluso permitiéndole portar, por un instante, la espada de Napoleón, cuyo nieto, Luis, fue el causante de las atrocidades contra los mexicanos, reclamando una deuda superflua que dio origen a la “guerra de los pasteles”… que intercambiamos con balas. ¡Y todavía existen quienes se acercan en busca de los bombones con los recovecos de aquellas épocas! Por favor, ¡tengamos un poco de dignidad!
El caso es que el señor Peña Nieto y sus colaboradores, no han sido capaces, siquiera, de anunciar un acto de desagravio en contra de la lengua viperina de Fox y el pro de las grandes vindicaciones nacionales, la República y la soberanía, condiciones sine qua non para defender nuestro suelo y su grandeza. ¿Alguien lo duda, aun cuando se esté contaminado por las recurrentes quejas clericales que perdieron los “bienes de manos muertas”? Razonemos y lleguemos a conclusiones válidas antes de anteponer a esta historia la negra hoja de los tratados Mc-Lane-Ocampo que nunca se firmaron y sí, en cambio, gracias a la habilidad de Don Benito, permitieron tomar el aliento necesario para derrotar a los invasores y mandarlos hasta el Arco del Triunfo.
Por todo ello, es necesario debatir, primero, sobre las cuestiones históricas intocables que incluso alcanzan a la Revolución, la expropiación del petróleo, la fundación de un partido-gobierno para derrotar a los caudillos posrevolucionarios y la sangrienta institucionalización de “la bola” con elementos que reposan en el mismo sitio pero fueron asesinados unos por otros. Ya es hora de poner los puntos sobre las íes, superando tabúes y engañifas para siquiera honrar a nuestros próceres y exhibir a los verdaderos antihéroes de la gran crónica nacional: Agustín de Iturbide, el emperador espurio, Antonio López de Santa Anna, el presidente cobarde, Porfirio Díaz, el eterno que se creyó inmoral, Victoriano Huerta, el traidor por antonomasia… y los ex presidentes de paso reciente por Los Pinos.
Es el momento de cuestionar en cuál bando quiere situarse, desde ahora, el enfermo presidente Peña a quien, según parece, le hacen falta algunas intervenciones en el quirófano. ¿O lo hará al final, como calderón –minúsculas-, imitándole hasta en eso con una maestría en alguna prestigiada universidad anglosajona como valladar?
Debate
Mientras ello ocurre –a despecho que los desagravios lleguen para quitarles las llagas al Benemérito afrentado por Fox y la bandera ofendida por los “ecologistas”-, se insiste en debatir sobre dos puntos torales:
1.- La pena de muerte para quienes sean culpables de crímenes de lesa humanidad como los armados por los grands grupos criminales en México, desde narcotraficantes hasta terroristas en potencia pasando por guerrilleros que se nutren igualmente del paso de estupefacientes. ¿No es curioso que las geografías de los capos y los narcos coincidan?¿Hasta cuándo se va a indagar, en serio, por órdenes de la superioridad política, sobre este hecho irrefutable que inicia apenas se cruza el Suchiate?
¿O acaso la máxima pena es exclusiva para los miles de indocumentados que mueren cada día o son cooptados por los cárteles, esto es quienes se animan a cruzar el país en “La Bestia”, uno de los escasos trenes que aun pululan con pasajeros transportados como animales de carga? Todos estos hechos nos avergüenzan; nos salpican el rostro.
2.- En este contexto, es necesario debatir acerca de la marihuana. ¡Ah! Para comenzar: informamos al señor Fox que las nutrientes financieras de “El Chapo” no provienen de la cannabis sino de la coca importada desde Colombia y Guatemala, aunada a la producida en México. Tal es su negocio y no el de la verde planta que comenzó a crecer, allí por Baridaguato, Sinaloa, cuando el ejército norteamericano requirió “hipnotizar” a sus soldados para darles valor en la tome de las playas de Normandía. El día “D”. ¿Será por “desprecio”?
La Anécdota
La peor trampa para la democracia es, desde luego, su antítesis la demagogia. Por ejemplo, cuando comenzó a debatirse sobre si el Distrito Federal debiera ser bautizado antes de erigirlo como el estado número treinta y dos de la República, los asambleístas tuertos, diputados sin cultura, hablaron de que se impondría el título que surgiera de la voluntad mayoritaria.
Así las cosas, el nombre más sonado fue el de “Ciudad Gótica” –en serio-, una remembranza de Batman Forever, cuya premier tuvo lugar en Los Pinos organizada por Ernestito Zedillo-, obviamente distante a la pretensión de elevar a la capital y no desdeñarla.
La demagogia carcome los tejidos de la democracia. Cuidado. Al rato, la voz popular exigirá que la banda tricolor se substituya con el apretado traje inmune del “hombre-murciélago” y se obligue al presidente a subirse a los tejados en busca de Gatúbela, una de las pocas damas públicas que se le han escapado. No digo más. Por ahora.
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Web: www.rafael-loretdemola.mx
E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com
¿PODREMOS ACCEDER A DEBATES RAZONABLES SOBRE LAS GRANDES PRIORIDADES DE ESTE PAÍS? ES NECESARIO HACERLO PARA DERRUIR MITOS Y, SOBRE TODO, LOS CIMIENTOS PODRIDOS DEL VIEJO SISTEMA POR AHORA INAMOVIBLE. POR SI NO LO HA PERCIBIDO EL SEÑOR PEÑA, TODAVÍA HAY MUCHOS “INTOCABLES” AUNQUE ÉL SOSTENGA LO CONTRARIO… RENDIDO A LA VIEJA, INÚTIL Y PONZOÑOSA DEMAGOGIA. PERO TIENE AÚN TIEMPO PARA CORREGIR EL CAMINO; Y ESO LO SALVA… POR EL MOMENTO.

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