Desafío
*Debates Irrelevantes
*El Gesto de un Genio
*Glosas de la Infamia
Es inexplicable, desde el raciocinio y sin apego a las tradiciones políticas facciosas, la prolongación casi enfermiza de los debates parlamentarios. Alguna vez, conversando con el icono del panismo, Diego Fernández de Cevallos, quien siempre ha pensado como priísta por lo cual algunos de sus mejores contertulios mantienen este militancia o se han vuelto tránsfugas como el repelente manuel bartlett, me decía que el exceso de “asambleísmo” deterioraría, todavía más, un modelo en el que el Legislativo asumiera el papel protagónico señalado por la Constitución.
Sí, aunque en la praxis ocurra otra cosa, el Congreso de la Unión, integrada por sendas Cámaras, tiene facultades para revocar el mandato del titular del Ejecutivo federal, inclusive, cuando se tengan pruebas corroboradas de delitos graves como la traición a la patria –tipificado por algunos miembros de la izquierda respecto a la jamás consensada reforma energética cuya esencia entreguista es innegable-. De allí que la reacción de quienes hicieron el señalamiento fuera, en realidad, bastante pobre y circunscrito a los reflectores obtenidos a lo largo de la sesión, realizada a trompicones y no el Salón de Plenos, en el cual se dio entrada a la iniciativa peñista mientras el PRD y algunos diputados afines a Andrés Manuel López Obrador defendían proyectos distintos, en esencia y forma: uno elaborado por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano –bastante ecuánime y equilibrado-, y otro, extremista, basado en las peculiares opiniones de manuel bartlett, quien carece de toda moral política. Al final de cuentas, imperaron las consignas de las dirigencias del PRI y el PAN.
Tengo por seguro que la única manera de rehabilitar nuestro descascado sistema político es dando un paso clave: del presidencialismo a un modelo parlamentario, que no necesariamente fuera excesivo en cuanto al exceso de “asambleísmo”, una vertiente demagógica que constriñe la actividad del poder Legislativo a una cena de negros en donde nadie es capaz de ponerse de acuerdo a no sea mediante chantajes, concesiones o distintas prebendas ofrecidas por los cabilderos y operadores de la residencia oficial de Los Pinos. Con dos alternancias dejadas atrás, la clase política no ha sido capaz de superar la tendencia en pro de una “presidencia fuerte” –como señalaba bartlett cuando, en su largo trayecto como priísta, defendía el arrinconado sitio desde donde gobernaba miguel de la madrid-, esto es autoritario y, por ende, no constitucional, para defenderse de quienes entonces proclamaban el imperativo de un cambio estructural entre ellos, precisamente, el ingeniero Cárdenas quien finalizó el episodio escindiéndose del PRI, y de la Corriente Democrática por él fundada, hasta fundar, después de las fraudulentas elecciones de 1988, el Partido de la Revolución Democrática aprovechando el registro que les entregó el Partido Socialista Unificado de México en uno de los actos de mayor lealtad que recuerde; precisamente, el también ingeniero Heberto Castillo Martínez, hizo lo necesario para señalar la nueva ruta del neocardenismo. Y lo logró en febrero de 1989.
No podría suponerse entonces, ni en términos de ficción, que el pluralismo buscado sobre la sangre derramada y las vendettas caciquiles e incluso golpistas, acabaría siendo, a través de algunas décadas, en un truculento amasijo de sectarismos, en donde cada grupo se siente infalible y poseedor de la verdad absoluta trasladando, además, todos los vicios imaginables a sus adversarios aun cuando, después de injuriarlos en tribuna, se sienten a tomar un café para relajar los ánimos. Primero, los intereses facciosos; después, la hipocresía “diplomática”. Se trata, por tanto, de simular por fuera lo que por dentro se detesta… como ocurrió durante las votaciones sobre la reforma energética cuando no pocos priístas se fueron por la afirmativa con las miradas bajas porque contrariaban todos los ideales de la posrevolución; pero hasta este punto llegó la fuerza del presidencialismo que ahoga voluntades en una catarata de consignas. Igual ayer que hoy, sin siquiera una “coma” menos.
De igual manera, unos y otros se acusan, desde los extremos de la derecha y la izquierda, de haber signado el Pacto por México aun cuando, el 2 de diciembre de 2012, parecían felices por acercarse al “primer mundo” recordando el histórico Plan de la Moncloa, en España, que dio paso a la paulatina democratización de una nación encadenada por la tiranía franquista a lo largo de casi cuatro décadas, desde la ominosa guerra civil provocada por los fanatismos extremistas y la asfixia de las ideas. Pero no fue así: a muy corto plazo, el acuerdo que tanto presumió el presidente peña nieto, se convirtió en arma para presionar y negociar con los emisarios del poder presidencial a costa de ceder posiciones o criterios.
¿El resultado? Aunque parezca increíble, el PAN, arrastrado hasta la posición de tercera fuerza electoral en julio de 2012, sigue siendo el factor decisivo en el seno del Legislativo, con la connivencia de los coordinadores priístas, que no peñistas químicamente puros, deseosos de abrir agujeros para ser ellos quienes los tapen. Tales son las posiciones del diputado Manlio Fabio Beltrones, quien mejor conoce al sistema político mexicano, y del senador acomodaticio emilio gamboa patrón, acusado hasta de ser pederasta en el México de las grandes simulaciones de Estado. Por supuesto, toda información al respecto está bajo los siete candados de la “transparencia”. Ni un solo avance, puras hipocresías.
Por eso, claro, se ha llegado al absurdo de mezclar ideologías confrontadas para alcanzar alianzas espurias y circunstanciales, turbias en esencia, entre el PAN y el PRD, con tal de evitar presuntos triunfos del PRI con una minoría concentrada. Pero nada se ha hecho, con todo y la reforma política en cierne, para asegurar la rehabilitación de la voluntad mayoritaria y evitar candidaturas con signos golpistas en cuanto a que se trata de derribar, no de mejorar las alternativas para la ciudadanía. Destruir, no construir. Las consecuencias están a la vista: los mandatarios llamados “aliancistas” no han sido siquiera capaces de ser congruentes respecto a los partidos que les apoyaron y acaban por decirse “independientes” aunque su formación, en el mayor número de casos, es esencialmente priísta. Lamentable.
Pasa ahora lo mismo. ¿Qué caso tiene prolongar los debates cuando se conocen de antemano los resultados?¿No sirven las comisiones en cada uno de los renglones políticos, para superar los rescoldos negativos y las vejaciones partidistas bajo la guía de la peor intolerancia concebible? Pues entonces con inútiles y no tienen razón de ser; para hacerlas efectivas es necesario que los acuerdos sustantivos ya tengan el aval de las distintas fuerzas políticas para discutir sólo las letras pequeñas, secundarias, hasta lograr el consenso democrático. Y para eso basta con unos cuantos posicionamientos y no con eternos discursos, obcecadamente reiterativos, que se lleva el viento y arrastra el tiempo. Sectarismo, no democracia.
México, los mexicanos en conjunto, merece otra cosa. Un parlamentarismo fiel a la pluralidad del gran mosaico nacional pero libre de obsesiones sectarias y de bajezas políticas; puede haber almas podridas, siempre las habrá, pero no al grado de que la perversidad mercenaria esté por encima de quienes apuestan por los intereses colectivos. Así se entiende lo que se define como “el gobierno del y para el pueblo”. Ya el presidencialismo sólo se sostiene con ominosos autoritarismos –las iniciativas de reformas impuestas, por ejemplo-, y no a través de la voluntad política de las mayorías, con respeto a las minorías, porque también la unanimidad es signo de dictaduras.
Este es nuestro gran desafío. Por desgracia, entre la clase gobernante ni siquiera se han percatado de ello.
Debate
El 24 de abril de 2010, en la Monumental de Aguascalientes, un enorme torero, para muchos el mejor de todos los tiempos, sufrió una gravísima cornada en el tercio superior del muslo izquierdo que le destruyó los vasos femorales y la arteria y vena safena. Perdió ocho litros de sangre, tres más del total que mantiene a un cuerpo humano, por lo que bien puede decirse que la transfusión se llevó hasta la última gota de hemoglobina original. Y esto lo hace sentirse “el madrileño más mexicano”.
Tardó en reaparecer en los ruedos más de quince meses y lo hizo tocado en su amor propio, sobre todo por el deseo de imponerse a la puñalada recibida con su carácter que es reflejo del genio atesorado por dentro. Y, desde entonces, ha toreado sólo nueve corridas incluyendo la del sábado pasado, en Juriquilla, Querétaro, acaso el festejo que ha causado mayor expectación en los últimos treinta años. Fue una locura conseguir localidades para verlo y alguna llegó a cotizarse en veinticinco mil pesos en la feroz reventa.
Tres días antes, en Aguascalientes, el maestro sabio de la tauromaquia, con enorme grandeza, donó un moderno equipo médico para realizar lavados de sangre, como “una muestra de agradecimiento”, dijo, porque en ese centro de salud le salvaron la vida. Pero, además, la gratitud se extendió al toro que le hirió, “Navegante” de Pepe Garfias, a quien le escribió en uno de sus sueños:
–“Unos días después de despertar de la cornada de Aguascalientes, empecé a recibir la visita de Navegante, el toro que me la dio.
En una de esas conversaciones le pregunté:
–¿Por qué te volviste de aquella manera tan inesperada?
Él me dijo:
–Te tocaba pagar otra vez por todo lo que te estábamos dando los toros. Para empezar, con nuestras embestidas le encuentras sentido a tu existencia. Estando ahí frente a nosotros, en el ruedo, te sientes más vivo; te puedes expresar toreándolos y juntos llegar al arte. Generas ilusión en la gente que acude a verte a la plaza, emoción cuando te acoplas con nuestras embestidas, y te dan premios. Todo tiene un precio… y me tocó a mí el marrón de cobrarte a ti. La verdad, sabemos que si no fuera por vosotros, los toreros, nuestra especie no existiría…”
Tal dijo el genio que ya es inmortal.
La Anécdota
Comprendí cuatro años más tarde. Cuando murió el más grande escritor latinoamericano de nuestra era, Gabriel García Márquez, el 17 d abril pasado, el mundo entero se estremeció, condoliéndose. Bueno, todos, menos los antitaurinos que insisten en defender el animalismo colocándolo por encima de los seres humanos. Y ofendieron, en su oscura mediocridad, la imagen del Nóbel inmenso, autor de “Cien Años de Soledad”, el libro emblemático de la generación actual y de las que vienen. Sí, entendí.
Cuando cayó José Tomás –viví la experiencia a las puertas de la enfermería de la Monumental hidrocálida-, me conmocionó que alguien, en su inmensa confusión mental, expresara:
–Púdrete, maldito José Tomás. Ojalá sufras la misma tortura que le infringes a los toros. Espero que te vayas al infierno, asesino.
Sí, ya entendí. Hay seres humanos irracionales. Eso es todo.
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Web: www.rafael-loretdemola.mx
E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com
NO DETENGAMOS EL RELOJ… NI SIQUIERA EL LEGISLATIVO QUE PUEDE PROLONGARSE POR HORAS INÚTILMENTE SIMULANDO QUE LA MEDIANOCHE NO TERMINA. LA OSCURIDAD NO SE IRÁ SI NO SOMOS CAPACES DE BRINDAR LA LUZ DE LA VERDAD PARA SUPERAR LAS SOMBRAS EN DONDE PULULAN QUIENES PRETENDEN GOBERNAR OLVIDÁNDOSE DE QUIENES DEBIERAN SERVIR. CUANDO LO HAGAMOS, HABREMOS SUPERADO LA PRUEBA MÁS DIFÍCIL. Y ABRIREMOS NUEVAS RUTAS.
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