Desafío
*Nuestro Mundo Feliz
*El PAN a la Defensa
*Banco de los Narcos
Es lógico. Cualquiera en su lugar, bajo el considerando de ser “presidenciable” aunque no se ejerza liderazgo popular alguno, lo haría. Bueno, entre la clase política porque afuera de ella millones de mexicanos dan muestras evidentes de su cansancio ante las manipulaciones permanentes del poder público. A éstos quiero sumarme. No así, claro, Luis Videgaray Caso, secretario de Hacienda y una de las figuras claves del presente –además una especie de filtro para que no le lleguen los golpes al presidente quien, seguro, estará muy agradecido por ello pero no tanto para desviar su propio proyecto personal-, quien con inaudito desparpajo aseguró que “se confía más en México en el exterior que aquí”.
Una sentencia antológica sólo comparable con la uno de sus predecesores en el cargo, el salinista Pedro Aspe Armella –el hombre del superávit basado en las ventas de paraestatales y los réditos petroleros por las guerras de Bush padre, quien en uno de sus momentos de euforia, cuando todavía “sonaba” como una presunta carta para relevar a salinas en la Primera magistratura, lanzó una afirmación que dejó a todos –los de adentro, por supuesto-, boquiabiertos:
–La pobreza en México… es un mito genial.
Y lo genial es que le ganó tal repulsa que ni sus incondicionales tuvieron arrestos para armar la infraestructura de una precampaña. Así las cosas, debió retornar a dar clases en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y a asistir a las misas dominicales, de las once, en la iglesia de San Ángel. Tiempo después, el sector privado sacaría jugo ofreciéndole consejerías y gerencias claves. Actualmente es co presidente del consejo de administración de Evercore Partners, una empresa estratégica de asesoría financiera en la que han originado sus proyectos algunas de las firmas de mayor relieve en México, luego de reencauzar la deuda del gobierno del Distrito Federal, precisamente en 2009, esto es bajo la férula de Marcelo Ebrard Casaubón, de extracción salinista como lo fue su jefe, Manuel Camacho Solís, entonces regente de la ciudad de México y también con cariz de “presidenciable”. Dios los hace y ellos se juntan sin remedio. ¡Ampáranos, señor!
Videgaray, por tanto, es un distinguido escolapio del maestro Aspe, quien ha guiado la economía mexicana, detrás de bambalinas, incluso durante los doce angustiosos años de las presidencias panistas. Bien que mal, hasta finales del sexenio de calderón, las finanzas nacionales parecían el gran sostén del país, con reservas suficientes para cubrir la deuda externa de México y con ello respirar al fin con libertad –claro, para ello, hubiesen sido necesarios algunos movimientos poco ortodoxos pero realizables-, y no tener que llegar a las urnas, en 2006, con la alquimia burda como único recurso para hacer caer a la izquierda y su ensoberbecido abanderado que se dejó muchos puntos en la ruta por desdeñar algunos foros y reñir, inútilmente, con quien aparecía como presidente, vicente el de las botas, y no contra sus adversarios directos.
Quizá la memoria le falle al actual titular de Hacienda pero debe considerar que, en todo momento y lugar, nunca las segundas partes fueron buenas. Y su estrategia, lamentablemente, se parece mucho a la utilizada por Aspe en la década de los noventa de la centuria pasada: esto es, vender paraestatales –ahora las compañías de electricidad, donde ya invierte la española Iberdrola con mil 200 millones de dólares como “enganche”, y PEMEX cuyos contratos se disputan los grandes consorcios estadounidenses e hispanos-, para presumir, uno o dos ciclos anuales, por el superávit obtenido, además con la posibilidad de incrementar los precios del petróleo mientras se formaliza la reforma energética. Todavía el gobierno puede obtener ingresos importantes en el renglón mientras los Estados Unidos inicia su nueva “guerra fría” con Rusia. ¿Estamos preparados para los efectos que seguramente nos llegarán en torno a la crisis de Crimea?
Pero el señor Videgaray, en seguimiento a lo anterior, insiste en que sólo los mexicanos no confiamos en nuestro país. ¡Vaya perogrullada! No confiamos en nuestro gobierno, debió decir, porque México es bastante más que la cáfila usufructuaria de la Presidencia. Nos acusan ahora, a todos, por observar que nos estamos, poco a poco, desintegrando sin que existan afanes y suspiros independentistas como en Cataluña y Ucrania. En ninguna parte se ha planteado algo similar pese a la dureza con la que se vive en una decena de entidades, y en otras más comienzan a asustarse porque comienzan el recorrido de la violencia imparable. Por todo se nos miente, como con la supuesta captura de “El Chapo” –en realidad una entrega concertada como aseguramos desde el primer momento y luego otros nos siguieron-, y todavía la clase política ¡nos culpa por desconfiados y malos publicistas de nuestra nación!
Se ha alcanzado un nivel de cinismo que sólo es comparable al de Porfirio Díaz cuando anunció que México estaba “listo para la democracia” e inició una cacería contra Francisco Madero, el único dispuesto a presentarle cara, que llevó a éste a la cárcel, en San Luis Potosí. Así, ahora. Porque Videgaray no explica las verdaderas razones por las cuales los inversionistas foráneos están de plácemes. Por si dice no recordarlas, lo hacemos nosotros:
1.- La violencia abarata al territorio nacional y “obliga” al gobierno a ofertarlo, con concesiones tributarias y de todo tipo, para hacer frente a su déficit, buena parte del mismo heredado de las administraciones predecesoras colocadas en el banquillo de los acusados, hasta hoy sólo con fines propagandísticos.
2.- La “apertura” en los renglones energéticos, de electricidad y sobre telecomunicaciones, despiertan la avaricia de las multinacionales y ha creado una especie de guerra interna, cada vez de mayores tonos, entre algunos de los grupos con mayores fortunas en nuestro país: Carso, Televisa, TV Azteca, entre otros. Así, por supuesto, se posibilita, sin enseñar las verdaderas intenciones, la injerencia foránea justificándose los privilegios gubernamentales brindados a los empresarios extranjeros a costa de los mexicanos.
3.- Nunca será razonable que si México es colocado en segundo sitio en el mundo, entre las naciones más violentas de acuerdo a estudios calificados por la ONU, tal no sea un factor de disuasión para quienes siempre aseguran sus fortunas y las colocan en sitios en donde rendirán más y tendrán amplias ganancias en varios años. Sería enormemente absurdo tirar el dinero a las manos del narco y los subversivos. ¿Nos vamos entendiendo?
Pues todo ello es lo que NO plantea el secretario de Hacienda al hacer sus evaluaciones y señalar a los mexicanos como efectos negativos que inhiben la imagen del país e incluso la deterioran. En todo caso, entonces, sería casi una obligación del gobierno desaparecernos a todos, quedándose sólo a la vista los peñistas y sus cómplices, para extender, todavía más, las garantías oficiales en beneficio de los poderosos consorcios del exterior. Todavía tiene tiempo, el señor Videgaray, para ganar así el derecho de ser presidente en la pequeña capillita de los incondicionales del régimen actual. No faltaría más. Los liderazgos populares, ya lo han demostrado quienes premian al señor peña en el exterior aunque descienda su “ángel” entre quienes creyeron en él, no sirven para nada… y hablamos de democracia al estilo de Wall Street.
Luis Videgaray, por lo visto, no entiende a los mexicanos pero sí a los extranjeros… como tantos otros que han optado por ser lacayos de las multinacionales –ernesto zedillo, el primero- y hasta académicos perentorios de las universidades norteamericanas –tal el caso del pobre calderón-, antes de preocuparse, en serio, sobre los argumentos que se esgrimen para tratar de salvar nuestra identidad nacional antes de que ellos, los malos gobernantes, nos sumen a las “estrellas” del pendón estadounidense.
Debate
En mi peor pesadilla me defiende el PAN. Observo alrededor de mi escritorio, sin defensa posible, las antiguas barbas de Diego, la barbilla de Madero Muñoz, el gesto de suficiencia de Cordero y hasta a Josefina con todo y látigo. Es horroroso. Perdón por la confidencia pero, la verdad, el blindaje que pretende la dirigencia nacional de este partido para salvar a sus próceres calderón y hasta el renegado fox –lo que es increíble-, es tan falso como los sueños maléficos que produce la mala digestión.
En este tenor, los panistas de cepa consideran una “estrategia” del gobierno –es decir de los priístas que tanto les deben-, sacar a relucir los escandalosos fraudes de las empresas protegidas por los fox, ella y él naturalmente, y calderón, incluyendo concesiones de PEMEX y la trama de la naviera Oceanografía que ha dejado, al punto de naufragio a ciento cincuenta barcos en alta mar. ¡Somos ricos, quién dice lo contrario, y podemos darnos ese lujo mientras destinamos millones a favorecer la construcción de astilleros…en Galicia! Entendamos cuáles son las prioridades de un gobierno, que no de México y los mexicanos, con mentalidad de vasallaje.
Alegan que “golpeando” a calderón trastabillan sus adoradores y pueden quedarse atrás de los continuistas. ¡Esto es como si calderón ya hubiera ofrecido explicaciones sobre las atrocidades del sexenio de la violencia y el derrumbe de la economía que encontró, más o menos resistente pese al paso del predador fox! No hace mucho, el senador Guillermo Anaya Llamas –muy incendiario-, además de presumir las hazañas de su estratega, el catalán Antonio Solá ahora nacionalizado mexicano por decreto unilateral de calderón, me dijo respecto a las conexiones entre la deuda de Coahuila y la sostenida campaña para devastar a Humberto Moreira Valdés, indefendible en este renglón:
–No le pegamos a Humberto… pero allí está la deuda, ¿o no?
Aplicando la misma filosofía cabría preguntar: ¿lo ocurrido en Oceanografía no es suficiente para poner detrás de las rejas a fox y calderón? Diría que sobran argumentos.
La Anécdota
En su estupenda “Crónica de Héroes y Bandidos” –Grijalbo, 1998- publicada hace dieciséis años, Andrés Oppenheimer, relata, con abundancia de datos, cómo el Citigroup estadounidense se había convertido en la mayor “lavandería” de dinero sucio en el mundo y algo más: en dos capítulos describe la manera como “la señorita Elliot”, encargada de atender en el grupo financiero a los potentados y jefes de Estado o sus familiares, se condujo para captar y luego ocultar los millones del ladrón y asesino raúl salinas de gortari, excarcelado desde 2005 –un año antes del finiquito presidencial de fox, como para congraciarse con la mafia priísta-.
En mayo de 2001, el mes en el que fox cumplió su primer semestre presidencial, Citigroup compró Banamex a un precio ridículo: doce mil quinientos millones de dólares, mucho menos de lo que había pagado, en Chile, por un banco de muy inferior cobertura y con el diez por ciento de sucursales que el banco mexicano. Con ello terminó la iniciativa para fusionar Banamex con Bancomer y presentar un frente fuerte ante la banca mundial lo que nos habría redituado ampliamente. La corrupción de la derecha tiró al traste con ello.
Y hasta ahora se “investiga” a Banamex. ¿Y a los ex mandatarios predadores, cuándo?
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Web: rafael-loretdemola.mx
E-Mail: loretdemola.rafael@yaho.com
DESDE HACE VARIOS SEXENIOS, EL DISCURSO Y LA COMPOSTURA DE CADA UNO DE LOS SECRETARIOS DE HACIENDA SON EXACTAMENTE, EN UNA PROPORCIÓN EXACTA A LA INVERSA, CONTRARIAS A LA VOLUNTAD MAYORITARIA DE LOS MEXICANOS Y A LA PERSPECTIVA DE FUTURO QUE PRETENDEMOS. ¿CÓMO PUEDE EL SEÑOR VIDEGARAY SEÑALAR A LOS MEXICANOS COMO DESCONFIADOS CUANDO DEBIERA, POR LA VÍA DMOCRÁTICA, SEGUIR LOS LINEAMIENTOS DE LA COLECTIVIDAD Y SÓLO DE ÉSTA? MÁS PARECE UN GERENTE QUE TRATA DE OCULTAR, EN UN LIBRO DUPLICADO, LOS DESVÍOS, CORRUPTELAS Y MANIPULACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN FEDERAL EN CURSO.
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