Defender nuestro futuro

Una celebración esperada por todos los chiquitines año tras año es el que recibirán este fin de semana en nuestro país con motivo del Día del Niño. Semana larga para todos aquellos pequeños que cuentan desesperadamente terminen las clases y que ya sea sábado.

En las escuelas de educación básica principalmente las de gobierno se lo han celebrado en grande porque no los han obligado a llevar el uniforme sino han tenido diferentes actividades como llevarse un disfraz, pijamas y el día jueves tema libre, es decir, pueden usar su ropa que usan en casa.

Para ellos el no llevar uniforme es su máximo logro ante la tan aburrido sentir de ponerse la ropa oficial de la escuela. Curioso que cuando crezcan y avancen sus estudios y que ya no sea un requisito parar estudiar todos dirán que era mejor llevar uniforme ante la encrucijada decisión de no saber qué ropa ponerse porque ya le dieron vuelta a la ropa del closet.

El folklor mexicano en donde todo se celebra hasta la muerte, no iba dejar escapar el Día del Niño y sin ser una excepción para festejarlo también los adultos aprovechan para hacerlo reuniendo a los amigos, a los compadres y familiares para la carne asada, su cerveza y su tequila.

Pero a diferencia de los muchos días celebrados en nuestro país, el del niño tiene su origen y forma de existencia por una causa de derecho para prevalecer la justicia social en los menores.

Fue la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas quienes llegaron a la conclusión que para darle formalidad a los derechos universales de los niños y recordarle a todo el mundo la necesidad de reafirmar la fraternidad y compresión entre los niños del mundo se le dedicara un día para hacer actividades que pudiera ayudar el bienestar de los pequeñitos quedó establecido que cada país tomara un día para hacerlo; quedando en México el 30 de abril, cuando verdaderamente éste acuerdo fue el 20 de noviembre de 1952 acordándose el propósito de su existencia.

Con el pasar de los años ha habido muchas modificaciones en los derechos y legislaciones en defensa de los menores obviamente con sus adaptaciones jurídicas dependiendo de cada país pero para darle una recordadita a quienes no saben cuáles son sus derechos que marca la ONU, las pequeñas y los pequeños tienen derecho a la vida, al juego, a la libertad y a compartir sus puntos de vista con otros, dar a conocer sus opiniones y manifestar sus ideas, a una familia, protección durante los conflictos amados, libertad de conciencia, protección contra el descuido o trato negligente, la protección contra el trabajo infantil, información adecuada, protección contra la trata y el secuestro, conocer y disfrutar de nuestra cultura, protección contra las minas terrestres, protección contra todas las formas de explotación, a crecer en una familia que les dé afecto y amor, derecho a un nombre y una nacionalidad, a la alimentación y la nutrición, vivir en armonía, la diversión, libertad, paz mundial, salud, no ser discriminados por sexo, credo, etnia o ideología.

Si no son suficientes, existen las constitucionales y estatales como en nuestra entidad; que establece que los menores y adolescentes de Coahuila tienen derecho a ser protegidos contra toda forma de descuido, abandono, violencia, explotación y no ser sometidos a torturas, tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Todo parece que existe mucha protección para los menores, pero tristemente la Procuraduría de la Familia de Coahuila ha tenido que atender abusos en contra de ellos y muchos de esos casos son desgarradores reconociéndole la valentía e interés de la protección de los pequeñitos para quienes laboran en esa dependencia estatal.

Simplemente en lo que va del año la Procuraduría de la Familia de nuestro Estado ha atendido arriba de los mil quinientos menores por violencia, y en lo que va del año hay registros de casos de explotación sexual denunciadas formalmente; pero comparativamente al año anterior fueron diecisiete casos comprobados, pero por abuso sexual se reportaron ciento cincuenta y siete menores, teniendo en lo que va del año doce casos comprobados.

Pero el delito más popular por decirlo así, es el de omisión de cuidado que es la incapacidad de valerse por sí mismo ya sea menores o de cualquier persona entrando en éste delito las personas de la tercera edad según datos proporcionados por la Procuraduría de la Familia.

Existen leyes por todos lados, y funcionarios preocupados por el bienestar de los niños y niñas siendo un oficio que no se sabe si es bien pagado o no, si cuentan con el personal suficiente o equipamiento moderno para defender a los menores; pero de algo si estamos seguros que la pasión de salvaguardar a tantos infantiles es más grande que fijarse en lo material.

De nada sirve discursos ni celebraciones en el día 30 de abril como: “son los niños y las niñas la esperanza de México”; pero para eso nosotros los adultos y las autoridades tenemos la obligación de abrirles ese camino y facilitarles todos los instrumentos necesarios con amor, compresión e iniciativa para que no tengan impedimento alguno de que sean la esperanza de nuestro país. La cultura de la denuncia, aunque se traten de menores ajenos; puede ser un inicio para darles esperanza porque difícilmente un niño acudiría por sí solo a una autoridad para poner una denuncia.

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