¿Deberían de regresar?

Por Guillermo Robles Ramírez

En mis más de 30 años que llevo como periodista, en los recientes años, me ha tocado vivir como es que una nota de accidente vial, ha podido ocupar como titular principal de portada de los periódicos.

Si no es un medio de comunicación, es otro, o bien varios; sin embargo, haciendo la aclaración que estos accidentes viales que han ido en aumento no es algo que suceda en las 38 cabeceras municipales de Coahuila, sino que solamente está sucediendo en Saltillo.

¿Algo mal debe de estar haciendo la Policía Preventiva y Tránsito de Saltillo?, a lo cual solo existen tres razonamientos lógicos, la primera son insuficientes elementos de tránsito, no están trabajando durante el día, si no solamente se concentran a desahogar los cuellos de conflicto vial en horas y lugares específicos, y la última es que carecen de planeación y seguimiento.

Pero cualquiera de las razones o motivos que sean, en la capital de Coahuila, existe un problema muy grave sobre la ausencia, e indiferencia por parte de los agentes de tránsito, así como la falta de respeto de esta “autoridad” por sí misma, ya que he sido testigo de cómo muchos conductores infringen alguna normativa del Reglamento de Tránsito frente de una patrulla o motociclista oficial de tránsito y estos en lugar de hacer algo simplemente se quedan viendo apáticamente o lo que es peor es la misma autoridad quienes ponen el mal ejemplo al resto de los conductores.

Iniciando la semana como nota principal en uno de los periódicos con circulación estatal, abordando el tema sobre los accidentes viales en la cual el exceso de velocidad, el uso de teléfono celular, ya sea mensajes de WhatsApp o hablando, y la falta de respeto a la señalización no solo en semáforos, sino invadiendo de dos o más carriles para dar una vuelta cuando solamente le corresponde a uno solo. Estas son las faltas más frecuentes por el cual hay un problema enorme sobre los accidentes viales. Y no se mencione los fines de semana en donde no falta la combinación del volante y el alcohol.

Las autoridades saltillenses encargadas de salvaguardar el orden vial no han podido tomar las riendas de este problema, y mucho menos el más básico que es controlar el exceso de velocidad vehicular que se está presentando en distintos sectores de la capital coahuilense, especialmente donde se cuenta con bulevares y puentes.

Y, como es de esperarse, las inconformidades han proliferado, como en administraciones anteriores y de manera muy recurrente con aquel programa llamado “foto multas”, que honestamente en lo personal, sí vi un radical cambio; pero no se dejaron esperar las protestas de los inconformes conductores que sienten que las calles, avenidas y bulevares se hicieron para correr como si fuera un autódromo

El exceso de velocidad que imprimen los medios de comunicación de muchos conductores saltillenses ha causado un sinnúmero de accidentes, una buena parte de éstos con saldos funestos, y la verdad es que no se puede tapar el sol con un dedo, ya que si no lo publican los medios de comunicación existen grupos de redes sociales quienes sí lo hacen en momento preciso.

Este tipo de notas antes solamente eran públicos o encontrados en cualquier periódico en las secciones de interior, principalmente en locales y policiacas, sin embargo, en Saltillo, es la única cabecera municipal de Coahuila en donde están fuera de control los accidentes viales que han llegado a ocupar la primera plana en portadas.

Es aquí en donde me cuestiono, ¿si es buena o no la idea de volver con la regulación de la velocidad vehicular por medio de las “foto multas”?. Muy al margen de los resultados positivos o negativos, según quien cuestione, rechace o combata esa medida, se nos olvida que, en todas las ciudades de México, al igual que en el vecino del Norte y a cualquier país que se visite, existe una reglamentación.

Monterrey, nuestra ciudad vecina, por hablar de lo más cercano, las implementó desde años atrás y muchos coahuilenses, particularmente saltillenses, fueron sancionados y ya para los siguientes viajes a la comunidad de los regios le “aplastában” menos al acelerador.

Que se actúe o no, es cuestión de las autoridades en turno de los diferentes niveles, pero es una regla que tenemos que cumplir los que conducimos, porque lo primordial es y será respetar los señalamientos.

Observo en mi diario trajín de mi trabajo a la casa al transitar por el bulevar Venustiano Carranza y sobran los conductores que se molestan y con el claxon pretenden obligar que le pisen al acelerador a quienes van al límite máximo de velocidad marcado con la señalización oficial de tránsito.

No entiendo, lloramos por las infracciones y continuamos de violadores del reglamento vial y, lo peor, seguimos oponiéndonos a las reglas establecidas antes de comprar y manejar un vehículo.

Proliferan los correlones e irrespetuosos de las luces rojas de los semáforos de la ciudad, resistiéndose a cumplir con la ley y convirtiéndose en serias amenazas de causar fatídicos percances.

Por años, lo entiendo, pero no lo apruebo, las calles han estado posesionadas de conductores manejando a velocidades endemoniadas, como siempre nos fuimos acostumbrando, los más violadores eran hombres, porque en la actualidad hay empatía con las mujeres, las que cada vez incrementan las filas de las violadoras de la velocidad y los rojos de los semáforos, con tanta displicencia que se molestan cuando alguien les hace la señal de que le bajen a su enloquecida carrera. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva 2023) www.intersip.org

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