De todo como en la feria

Por Guillermo Robles Ramírez

Por años y años, los bulevares, calzadas, avenidas y calles de Saltillo, pero igual ha pasado en Torreón que en otras ciudades coahuilenses, sus arbotantes del alumbrado público, camellones y postes de la energía eléctrica, han sido saturadas de propaganda comercial, sucediendo esto mismo con municipios menores como Parras, Nadadores, etc.

Y no se diga cuando hay campañas presidenciales o alcaldías, como las que se están viviendo actualmente, ese incremento de publicidad aumenta y satura nuestras ciudades generando contaminación visual.

Aunque para el concepto de algunos coahuilenses, que opinan que las calles o vía pública es de todos, así como la existencia de la libre expresión o manifestación, una bandera que solo es aplicado cuando les conviene a los políticos, según el caso; no deja de ser basura porque toda esa publicidad comercial o política tiene caducidad. Sin embargo, nadie es para quitarla una vez concluido el propósito publicitario, es decir, la carga se lo deja a las autoridades locales.

Soy partidario de que no es correcto que los ayuntamientos tengan que hacer un gasto público de nuestros impuestos o, al menos  para quienes sí pagamos, cuando se puede destinar esos recursos a otro tipo de necesidades que tiene la población.

Y posiblemente yo mismo me responda, de por qué lucen tan contaminadas visualmente nuestras ciudades coahuilenses, y es precisamente esa es la razón o motivo; por el cual tanto nuestra ciudad capital de Coahuila, y el resto de las cabeceras municipales hay tanta publicidad colgada por donde quiera. Algo que personalmente considero que no da un buen aspecto, y más cuando nos visita un extranjero de otro país, quedando desconcertado de ver lo que en su país no se permite por la simple lógica de cuidar el aspecto visual y agradable para los visitantes y también para sus propios ciudadanos.

La última vez que recuerdo, 17 años atrás, que en la capital coahuilense, la sarapera Saltillo, vi un camión con personal del Ayuntamiento recorriendo algunas de las arterias retirando toda clase de promociones y propaganda comercial colocada en postes, arbotantes, etc., y asimismo aquella que se encontraba encima de los camellones centrales de algunos bulevares y calzadas.

En ese entonces se hizo justicia a un clamor de ciertos sectores de la ciudad, pues eso resta méritos a la ciudad capital, ya que independientemente de que se viole o no algún reglamento o normativa para que las vías públicas no se utilicen para realizar propaganda comercial, dan un pésimo aspecto a la imagen de una capital como la coahuilense.

Es una situación que se ha hecho una costumbre en las 38 cabeceras municipales de Coahuila, en donde cualquiera puede usar las vías públicas para anuncios y propaganda de venta de casas, de estéticas de belleza, venta yogurt, jugos varios, reparación de neumáticos, renta de casas y establecimientos comerciales, servicios de plomería, de electricistas, ofreciendo venta de pianos, servicios de cibercafé, venta de cachorros particularmente perritos, guías o señales de cartulina para indicar la fiesta de los quince años de alguna jovencita, carnes asadas, bodas y en fin, de todo como en la feria.

Aunque para las personas quienes anuncian o publican cualquier cosa en la vía pública, consideren que no están haciendo nada malo, o que se trata de una exageración, pero al igual se van extendiendo por la nula acción de las autoridades locales de Coahuila, ya hasta en los puentes peatonales y vehiculares en donde la osadía y atrevimiento de algunos ha llegado al grado de colgar mantas haciendo público su amor a la novia, novio, al amigo, etc., también para saludar a tal pariente, etc.

Sin embargo, quienes hacen uso de este tipo de prácticas publicitarias o manifestaciones a la libre expresión, solo piensan de manera individualista, pero no se ponen a considerar que cientos de personas que piensan igual y que son los únicos en hacerlo, pero ya sumando cada uno de ellos al final terminan tapizando nuestras ciudades coahuilenses, provocando una contaminación visual, que da mal aspecto para quienes radican ahí mismo y visitantes. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México, Presea Trayectoria Humberto Gaona Silva) www.intersip.org

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